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6 planes para hacer en Poio en cualquier época del año

Pasear por el Concello de Poio es encontrarse con lo mejor de las Rías Baixas y con enclaves de gran belleza que también se pueden visitar en invierno
Monasterio de Poio
José Antonio Gil Martínez vía Wikimedia
Monasterio de Poio
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Frente a la ciudad de Pontevedra y en la ría del mismo nombre se encuentra Poio, un pequeño concello conocido por Combarro, uno de los pueblos costeros más bonitos de Galicia. 

Pero Poio tiene mucho más que ver, entre otras cosas dos curiosos lugares que probablemente no esperarías encontrar aquí: un bosque de secuoyas rojas y un museo dedicado a Cristóbal Colón

1. Visitar el Monasterio de Poio

Hórreo del Monasterio de Poio (Fuente: Turismo Rías Baixas)

En Poio se encuentra uno de los conjuntos monásticos más interesantes de Galicia, el Monasterio de San Xoán de Poio, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1970. Hay un controvertido debate entre los historiadores sobre su fundación y, aunque la primera referencia documental data del año 982, parece que los orígenes del cenobio son del siglo VII. Sobre ello hay distintas leyendas y teorías, siendo la más difundida la que apunta a San Fructuoso como fundador del monasterio. 

Cualquier visita al conjunto monacal debe incluir la iglesia abacial, construida entre los siglos XVI y XVIII, en la que se combinan elementos renacentistas y barrocos. En ella destaca la fachada principal clasicista, con una imagen de San Juan Bautista en su puerta central adintelada. En su interior espera la nave central, con grandes arcos y una magnífica bóveda, además del impresionante retablo mayor de 1631, obra de Bernardo Cabrera, que contrasta con el resto del sencillo templo por su elaborado estilo barroco. 

Entrando ya en el monasterio nos tropezamos con su fachada, muy sencilla, y con los claustros que organizan las dependencias monacales. Son dos, el Claustro de los Naranjos, de estilo barroco formado por veintiséis arcos y el Claustro Procesional, compuesto por veinticuatro arcos de medio punto. Además, el Monasterio de Poio conserva una de las bibliotecas privadas más importantes de la comunidad

En sus jardines destaca un enorme hórreo del s. XVIII con algo más de 33 metros de largo y 3,36 metros de ancho, que hacen más de 123 metros cuadrados y lo convierten en el hórreo más grande en superficie de toda Galicia y también del mundo. 

2. Pasear por Combarro y conocer su conjunto de hórreos

Combarro (Fuente: Turismo Rías Baixas)

No necesita presentación porque Combarro es uno de los pueblos más turísticos de Galicia. Aquí no te espera un pequeño puñado de hórreos, sino hasta 60 de estas construcciones del siglo XVIII en las que se guardaban las cosechas, el pescado para ser secado al viento y hasta algunos aparejos de pesca. 

Los hórreos de Combarro representan la tipología del granero gallego de estructura rectangular en granito, con la puerta situada en uno de sus lados mayores. Los tejados, a dos aguas y hechos de teja, se decoran aquí con pináculos o cruces protectoras. Los pies se apoyan en una especie de repisa con escalera adosada para facilitar el acceso y soportan todo el peso de la construcción. 

Sólo 30 de estos ejemplares están orientados al mar, formando la típica estampa por la que se ha hecho conocida esta bella población marinera. Para contemplar esta singular escena debes dirigirte hacia la Praia de Padrón, donde la panorámica de los hórreos junto al mar es óptima. 

Además de estos singulares hórreos, en Combarro encontrarás otros elementos etnográficos interesantes, como fuentes de piedra, cruceiros en cada plaza y casas típicas marineras

3. Alucinar con el Bosque de secuoyas o Bosque de Colón

Bosque de Colón (Fuente: Turismo Rías Baixas)

Todavía un gran desconocido, el Bosque de Colón de Poio está situado en más de 2 hectáreas de superficie donde se alzan 450 ejemplares de grandes secuoyas. Se considera uno de los mayores bosques de secuoyas rojas de toda Europa y además es un buen mirador hacia la Illa de Tambo. 

¿Cómo llegaron a Galicia estos ejemplares? Fueron un regalo que el gobierno de Estados Unidos hizo al Concello de Poio en 1992 para conmemorar el aniversario del descubrimiento de América, de ahí el curioso nombre del lugar. 

Muy cerca se encuentra el área recreativa de O Castro. 

4. Conocer los orígenes de Colón en su casa museo

Casa museo de Colón en Poio (Fuente: Turismo Rías Baixas)

¿Conoces la teoría del Colón gallego? Se dice que hay un gallego hasta en la luna y que Colón era gallego, de Poio para más señas. La Casa Museo de Cristóbal Colón nace para apoyar y defender esa tesis, surgida a finales del s. XIX, con indicios como los numerosos galleguismos empleados por el navegante en sus manuscritos o el posible origen pontevedrés de la nao Santa María. 

En el museo se puede disfrutar de distintos contenidos audiovisuales, como el documental “Pontevedra, cuna de Colón”, rodado por el cineasta Enrique Barreiro en los años 20 del s. XX. 

5. Recorrer el Rego dos Muíños de Samieira

Muíños de Samieira (Fuente: Turismo Rías Baixas)

Para acercarnos a la naturaleza del Concello de Poio podemos hacer una ruta circular por el río Freiría, que pasa por un conjunto etnográfico formado por 23 molinos. 

Son 5,5, kilómetros de baja dificultad que comienzan en Samieira y en los que vamos caminando por un bosque de ribera y encontrando los molinos próximos al río. 

6. Disfrutar de las mejores vistas de Poio desde el Mirador da Caeira

 Mirador y área arqueológica A Caeira (Fuente: Thalía García)

La panorámica más amplia y bonita de Poio y Pontevedra se obtiene desde el Mirador da Caeira, situado en el Monte Tomba, en una zona conocida como Boa Vista. Aquí también se encuentra otro de los tesoros de Poio, el Área Arqueolóxica da Caeira, un conjunto excepcional de arte rupestre que aglutina más de veinte petroglifos o grabados rupestres en la roca. 

Los más importantes y visitables son tres: Pedra Grande de Montecelo, Laxe das Lebres y el petroglifo de Pozo Ventura que, aunque no pertenece a esta área se encuentra muy cerca de ella. 

Hay muchas más cosas que ver en Poio, aunque para disfrutarlas ya tendremos que esperar al verano. Entre sus playas, próximas a Sanxenxo, destacan la pequeña Cabeceira y la más grande de Lourido. Para conocer su costa conviene recorrer el Sendeiro Litoral de Poio, que se prolonga durante 9,5 kilómetros de ida y vuelta y que transcurre siempre pegado al mar. 

Emma Sexto

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