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10 pueblos de la provincia de A Coruña para visitar al menos una vez en la vida

Lugares mágicos, escenarios de películas y monumentos con los que viajar al pasado. Además, mucha gastronomía. Esto es lo que ofrecen estas villas gallegas
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El turismo rural está en tendencia. Viajar a pequeños pueblos en entornos naturales es una de las mejores formas de desconectar. Y podemos hacerlo sin salir de la provincia de A Coruña. Solo hace falta mirar el mapa un poco más allá de los nombres más grandes o conocidos para descubrir lugares alejados de las grandes urbes que tienen mucho que ofrecer. Hay pueblos muy conocidos en la provincia como Betanzos, Pontedeume, Ortigueira o Fisterra, por citar algunos, pero en este artículo queremos recomendar otros menos habituales que merecen la pena por su belleza o historia.

Tanto para una escapada de fin de semana, como para pasar un día distinto, seleccionamos 10 lugares que merecen una oportunidad. Además, muchos de ellos tienen joyas ocultas como iglesias antiguas, o paisajes naturales o la experiencia de comer menús exclusivos. Aquí dejamos las ideas:

Boimorto

Foto: Wikipedia

Pertenece a la comarca de Arzúa y no suma más de 2.000 habitantes. Situado en el interior, es una aldea que vive fundamentalmente del sector primario. El patrimonio natural es uno de sus puntos fuertes, por lo que recomendamos buscar una de las casas rurales que se ofrecen para pasar unos días. Casitas restauradas y llenas de encanto. Además, Boimorto cuenta con un auténtico tesoro patrimonial, la iglesia de Santa María de Sendelle, una construcción del siglo XII que guarda en su interior pinturas del silgo XV en muy buen estado con representaciones del Juicio Final y la Última Cena.

Malpica

As Garzas. Foto: Guía Repsol.

Hay varios pueblos emblemáticos en la costa coruñesa y uno de ellos es Malpica. No sólo porque aquí se inicia el recortado litoral que da nombre a esta zona, si no también porque es el punto de partida del Camiño dos Faros, y Punta Nariga el primero de ellos. Recorrer la zona en kayak, navegar hasta las Illas Sisargas, modelar cerámica de Buño o seguir los pasos de Santo Hadrián son algunos de los planes que nos esperan en este mágico rincón de Costa da Morte. Aunque queremos insistir en una recomendación gastronómica, una vista a As Garzas, un restaurante con Estrella Michelin abierto desde los 90 en un paisaje único. Además, también tienen habitaciones para pasar la noche.

Porto do Son

Castro de Baroña (turismo.gal)

Un lugar perfecto para viajar en el tiempo desde la costa atlántica. Porto do Son es un municipio bañado por el mar, que cuenta con varias playas imprescindibles, como la Playa das Furnas. Situado en la ría de Muros y Noia cuenta también con varias rutas de senderismo, para los que prefieren la montaña a la playa. Su emblema, y no es para menos, es el Castro de Baroña, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Galicia que cuenta con un paisaje espectacular. En este lugar podrás viajar al siglo I a.C y en el Centro de Interpretación encontrarás toda la información para completar la visita. Y no es el único resto arqueológico de importancia, ya que por la zona hay múltiples mámoas y petroglifos.

San Andrés de Teixido

"A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo", cuenta el refranero local inspirado en la leyenda de San Andrés, el Apóstol que falleció en los imponentes acantilados y su "sepultura divina" se convirtió en lugar de romería. Así es está aldea de menos de 50 habitantes, imponentes paisajes mezclados con tradiciones y leyendas. Los acantilados son los más altos de la Europa continental.

Las inmediaciones de San Andrés de Teixido cuentan con una veintena de túmulos o amilladoiros en donde los peregrinos arrojan piedras, como manda la tradición, para dejar constancia de su presencia en vida en el lugar. Aquellos que quieran prever su futuro deben posar una miga de pan sobre el agua de la Fuente de los Tres Caños y, si flota, aguardar su fortuna.

Carnota

Hórreo de Carnota (A Coruña).

Si pasas por la Costa da Morte el pueblo de Carnota es uno de los mejores lugares para pararse a disfrutarlo con calma. Aquí encontraremos desde playas salvajes, restos arqueológicos y un monte legendario hasta uno de los hórreos más largos de Galicia. También cuenta con la playa más larga de la comunidad con 7 kilómetros de longitud y unos 500 metros de ancho con marea baja. Para los más aventureros hay varias rutas de senderismo por la zona. Otra opción es visitar el Castelo de Penafiel, o lo que queda de él, ya que fue parcialmente destruido durante las Revoltas Irmandiñas.

Ponte Maceira

Está considerado uno de los pueblos más bonitos de España, y es totalmente merecido. Esta aldea coruñesa, corazón del Camino Marítimo a Santiago, mezcla tradición y paisajes. Su puente de piedra, el pazo de Baladrón, la capilla de San Brais, los molinos de agua y su palomar son algunas de las muestra de patrimonio más destacables.

También vale la pena visitar el conocido como Pazo de Quintás, construido entre 1945 y 1955 y formado por un edificio principal y varias dependencias de distintas épocas. El edifico más alto, que haría las funciones de torre, es el más antiguo, aunque la parte más destacable de la casa es la torre

Sobrado dos Monxes

Imagen: Turismo de Galicia

A medio camino entre Teixeiro y Melide, se esconde el pequeño municipio de Sobrado dos Monxes, que guarda uno de los lugares más imponentes de la comunidad. El Monasterio de Santa María, lleva en pie desde hace más de un milenio. El santuario, consagrado a la Orden del Císter, fue inaugurado en el año 952 d.C. por Hermenegildo Alóitez, un noble gallego de gran abolengo. Un lugar que refleja inmensidad y sobriedad al mismo tiempo, con muros de piedra que sorprenden al visitante. Está integrado en la lista de monumentos reconocidos como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Otras de las atracciones destacables de Sobrado dos Monxes son el campamento romano da Ciadella y la laguna de Sobrado, donde nace el río Tambre y en la que abundan los nenúfares.

Redes

Situado en la Ría de Ares su nombre rinde homenaje al utensilio de pesca, sustento tradicional de la economía del lugar. Estas redes se colgaban para secarlas en estructuras de madera que aún se pueden contemplar en el puerto. Es un pueblo muy pequeño, pero encantador, de hecho sedujo al propio Almodóvar, que rodó ahí varias escenas de la película Julieta. Ya en el audiovisual gallego, fue escenario de Padre Casares.

Su arquitectura también es muy especial, ya que tienen varias de las denominadas "casas indianas" un estilo que llegó con los emigrantes retornados de América en el siglo XIX.

Corcubión

Es la villa más alta de las Rías Baixas, Corcubión se descubre como perfecto destino de fin de semana para disfrutar de su belleza monumental y paisajística y de las delicias de su gastronomía. Una mezcla entre la bravura de la Costa da Morte con la calma de las rías del sur. Está declarado como Conjunto Histórico-Artístico y su casco antiguo es Bien de Interés Cultural. De esta forma, en un pequeño paseo podemos contemplar varios lugares destacables. Tiene varias iglesias medievales, como la Iglesia de la Redonda, construida en el s. XIII, o la iglesia románica de San Marcos, del s. XII aunque con reformas posteriores. 

Para los aventureros proponemos una visita a la Illa Lobeira Grande y a su faro. Un lugar característico por sus rocas que es refugio de cormoranes y gaviotas.

Vimianzo

Imagen: Turismo de Galicia

Situado en el interior de la provincia es un pueblo que hará las delicias de los amantes de la historia, empezando por su monumento más emblemático, el castillo. Conocido como Torres de Martelo, su construcción se remonta al siglo XIII por el linaje Mariño de Lobeira. Cada primer sábado de julio tiene lugar el tradicional "asalto al castillo", celebración que se enmarca dentro de un festival que se prolonga durante toda la semana previa. 

Otros lugares imprescindibles son la mina de Recesindes, la casota de Freáns, las arcas de Rabós y Vilaseco, y las pedras de Arca, Cuberta, Lebre y Moura, todos monumentos pertenecientes el Megalítico. También existen vestigios de arte rupestre que se pueden apreciar en los petroglifos de Boallo y O Pedrouzo.

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