El Español
Treintayseis
Vivir
|
Escapadas

El pueblo de Galicia con un nombre que es todo amor y presume de rocas milenarias

Enmarcado en el corazón de las Rías Altas, el municipio de Cariño debe su nombre a su naturaleza geológica y entre sus límites se encuentra algunas de las rocas más antiguas del mundo
Pequeño puerto pesquero natural y bahía en Cariño
Pequeño puerto pesquero natural y bahía en Cariño
Ofrecido por:

Al norte del norte en Galicia, en plenas Rías Altas se enmarca la tan visitada comarca de Ortegal, un destino mágico donde el océano Atlántico junta sus aguas con las del Cantábrico. Se trata además de una de las zonas más septentrionales del territorio gallego, caracterizada por un interior salvaje y un fiero litoral que moldean a su gusto un sinfín de paraísos vírgenes a lo largo y ancho de municipios como Mañón, Ortigueira, Cerdido, Cedeira y Cariño, este último también conocido como el pueblo que es pura ternura y no sólo por su nombre.

Lo cierto es que Cariño podría definirse sin lugar a dudas uno de esos pueblos gallegos con encanto, con un callejero local que se encuentra repleto de avenidas de colores y casas marineras; y una costa que se divide entre arenales de ensueño, escarpados acantilados y fascinantes miradores que permiten al visitante descubrir toda la belleza oculta en esta localidad que presume de tener unas de las rocas más antiguas del mundo. Sea como fuere, la verdad es que Cariño hace honor a su nombre ―aunque en verdad la etimología de su topónimo no tenga nada que ver con el actual significado de afecto y amor. De hecho, según apuntan los expertos, Cariño deriva de la raíz indoeruopea "kar", que significa piedra; lo cual tendría mucho sentido teniendo en cuenta la peculiar naturaleza geológica del municipio.  

Cariño: el antiguo centro de la tierra

Cabo Ortegal, municipio de Cariño. Foto: Shutterstock

El municipio de Cariño puede alardear de tener uno de los nombres más curiosos de toda Galicia, compitiendo en originalidad con otros tan peculiares como Paraíso, Exipto, Sexo o Quinto Pino. Pero más allá de lo que pueda evocar su significado actual, lo cierto es que el topónimo en cuestión no proviene de esa manifestación de amor o afecto que se siente hacia alguien o algo. Nada más lejos de la realidad, la etimología del vocablo encuentra su origen en una base prelatina: kar, o dicho con otras palabras, piedra. Además, cabe destacar que el topónimo Cariño aparece documentado ya desde el siglo X en sus diferentes formas: Carinio, Carinno o incluso Villa de Carino.

En cualquier caso, la evolución del topónimo atiende a una razón de naturaleza puramente geológica. Y en ese sentido, las formaciones rocosas que se encuentran en el entorno de Cabo Ortegal podrían ser, sin atisbo de duda, las principales culpables. Es en este punto, considerado en el pasado como "el centro de la Tierra primigenio", donde se localizan unas de las rocas más antiguas del planeta (las cuartas del mundo y las primeras de la Península Ibérica). Dichas formaciones milenarias destacan en el horizonte marino y presentan unas curiosas y llamativas formas en unos peñascos afilados situados frente al Faro de Ortegal y conocidos como Os Anguillóns, una de las zonas de mayor interés dentro del proyecto Geoparque de Cabo Ortegal. De hecho, una de las últimas dataciones llevadas a cabo en este complejo geológico gallego determinó que la roca de granito negro analizada se había formado hace 1.160 millones de años bajo la superficie terrestre y a partir del magma, una cifra que duplica en edad a las conocidas hasta la fecha en otros puntos de España. 

Qué ver en Cariño y alrededores

Acantilados de la Serra da Capelada, Galicia. Foto: Shutterstock

En el norte de Galicia, Cariño conforma uno de esos destinos de referencia a la hora de viajar por el territorio. ¿Qué quieres disfrutar de arenales salvajes y tranquilas ensenadas? Visita Cariño. ¿Qué quieres maravillarte con la riqueza paisajística y natural de las Rías Altas? Visita Cariño. En definitiva: un municipio que tiene de todo y no presume de nada, simplemente, porque no le hace falta; porque sus paisajes ya son motivo suficiente para entender el encanto inherente de este rincón gallego con el nombre más amoroso.

Lo cierto es que el núcleo poblacional de Cariño ya desprende una belleza sin parangón, de semblante marinero y plagado de pintorescas calles peatonales salpicadas de bonitas casas marineras, avenidas y plazas. Y es que las actividades económicas relacionadas con el mar siempre han sido el motor y esencia de esta localidad coruñesa. De hecho, la costa de Cariño también se encuentra bañada por numerosas playas (urbanas o salvajes) como la de A Concha, Áncora, Cala de O Peiral, Fornos o el destacado arenal da Basteira, un enclave protegido que destaca por sus dunas, arena blanca y aguas turquesas. Pero más allá de las playas, uno de los puntos más importantes del litoral cariñés lo conforman el entorno del Cabo Ortegal y su emblemático vigía. 

Lo cierto es que gran parte de la riqueza natural y paisajístico de Cariño recae en lugares como los acantilados de Cabo Ortegal o de Vixía Herbeira, estos últimos considerados los más altos de la Europa Continental y enclavados en plena Serra da Capelada a unos 620 metros de altitud. Sin duda unos auténticos paisajes de película que pueden ser disfrutados desde miradores como el de A Miranda, cuyas vistas panorámicas en altura abarcan el grueso de la ría de Ortigueira, la mencionada sierra, así como Faladoira, Coriscada y Punta de Estaca de Bares. En primera línea de costa, la balconada de Pósito también permite a los visitantes disfrutar de la imagen de los acantilados desde otro punto de vista más cercano.

Vivir