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Todos los caminos llevan a Roma... ¿Pero cuántos a Santiago?

El Camino de Santiago fue declarado Primer Itinerario Cultural Europeo en 1987 y desde entonces los Caminos para llegar hasta el santuario del Apóstol han crecido a un ritmo imparable
Diferentes Caminos que llegan a Santiago.
Correos.
Diferentes Caminos que llegan a Santiago.
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Hace siglos que peregrinos de todas partes del mundo salen de sus casas para comenzar un peregrinaje que los lleve a Santiago de Compostela. Y este camino tan transitado a lo largo del tiempo, fue dando lugar a diversas rutas que, aunque convergen en el mismo destino, recorren distintos territorios no solo de España sino también de Europa.

Actualmente el Camino de Santiago se ha convertido en uno de los grandes atractivos de Galicia al acoger cada año a miles de peregrinos. Si en tus planes está ser uno de esos caminantes que llegan a la capital, te lo contamos todo sobre las seis principales rutas de peregrinaje para que aciertes al elegir.

Camino Francés: el clásico

El Camino Francés fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 y se ha convertido en la principal Ruta Jacobea al ser la más transitada, sobre todo por aquellos peregrinos primerizos. Este camino tradicional cuenta con la ventaja de ser el más agradecido en cuanto a infraestructuras y sencillez del terreno, puesto que no hay mucho desnivel y la señalización es constante. La ruta, que puede iniciarse en Saint Jean Pied de Port, Roncesvalles o en Somport, presenta casi 800km de recorrido hasta la capital.

Cabe destacar que aunque se le llame "Francés", la mayor parte del recorrido se hace por España, pasando por grandes ciudades como Pamplona, León, Burgos, Ponferrada... y Sarria, justo en donde comienzan las etapas más concurridas del Camino. ¿La razón? Recorrer los últimos 100km (4 etapas) desde Sarria hasta Santiago te permitirá obtener la Compostela.

Fuente: Ideas Peregrinas.

Camino Portugués: bom caminho

Una ruta, dos países. Este Camino Portugués, el segundo más transitado, sí que encuentra sentido en su nombre ya que combina la gastronomía, paisajes, cultura, historia... de Portugal con Galicia al recorrer localidades como Santarém, Tomar, Ponte de Lima, Valença do Minho o Pontevedra, entre otras.

Con un punto de inicio tradicional muy sugerente - Lisboa - son muchos los caminantes que deciden acortar esa distancia de casi 500km y empezar desde otras ciudades más al norte, como Coimbra (293km) o Porto (235km). Esta ruta de carácter internacional cuenta con un terreno bastante amable con la pisada y muchas comodidades a precios bastante más bajos que otros caminos. Además, tiene una gran ventaja: no presenta tantas multitudes como el Camino tradicional Francés.

Fuente: Pinterest.

Camino del Norte: al ladito del mar

Considerado el más bonito de todos, esta ruta comienza en Francia y cruza las fronteras entre Hendaya e Irún para continuar el recorrido por la costa Astur-Galaica, al lado del Mar Cantábrico, y entrar a Galicia por la Ría de Ribadeo.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015, este camino atraviesa acantilados, playas vírgenes y tramos de montaña con maravillosos bosques y valles. Como curiosidad, el Camino del Norte confluye con el Camino Francés en el municipio de Arzúa.

Fuente: Shutterstock.

Camino Inglés: todo se queda en Galicia

Curiosamente el Camino Inglés no atraviesa ningún territorio británico, pues empieza y termina en Galicia, pero debe su nombre a que se trata de la ruta que los peregrinos británicos recorrían desde A Coruña o Ferrol, puertos a los que llegaban en barco, durante la época de la Edad Media.

El trayecto, aunque permite conocer los paisajes más bonitos de la provincia de A Coruña, no cuenta con una gran afluencia de peregrinos, por lo que las ayudas en cuanto a señalización e infraestructuras son menores que en otras rutas. Aun así, es una ruta muy asequible en cuanto a distancia, puesto que si empiezas en Ferrol recorrerás poco más de 100 kilómetros, atravesando Pontedeume, Betanzos, A Coruña, Sigüeiro… en unas cinco etapas.

Fuente: Fundación Hispano Británica.

Camino Primitivo: el más arduo

Este camino comienza en Oviedo (Asturias) y se extiende hacia Santiago en poco más de 200km. Se trata del más antiguo de los caminos ya que se trazó tras la peregrinación realizada por el rey astur Alfonso II El Casto.

Es importante recalcar que sus primeras etapas son bastantes duras y exigentes físicamente por el gran desnivel del terreno y las zonas montañosas que atraviesa. Por ello, esta ruta de aproximadamente 10-15 etapas está recomendada para caminantes veteranos.

Fuente: Tuserco Travel.

Vía de la Plata: desde el sur y hasta el norte

La Vía de la Plata era una calzada romana que atravesaba de sur a norte parte de la antigua Hispania desde Augusta Emerita (actual Mérida) hasta Asturica Augustica (actual Astorga). En la actualidad ese primitivo camino se ha prologado y tiene como punto de partida Sevilla, haciendo de esta ruta la más larga al alcanzar los casi 1000km de recorrido.

Su principal atractivo es el gran peso monumental que posee al atravesar ciudades como Zafra, Mérida, Astorga, Cáceres, Salamanca, Zamora… ciudades llenas de vestigios de la época romana. Un itinerario muy tranquilo, recomendable para aquellos caminantes que tienen tiempo (mínimo cinco semanas) para disfrutar de la naturaleza y la historia a cada paso. Eso sí, abstenerse de hacer esta ruta en pleno verano.

Fuente: Pinterest.

Cabe destacar que además de esas seis principales rutas existen muchas, muchísimas más: Camino del Ebro (desde la desembocadura del río Ebro); Camino de la Lana (desde Alicante o Valencia); Camino de Invierno (desde Ponferrada); Camino Mozárabe (desde Almería o Málaga); Camino del Piamonte (a lo largo del Prepirineo francés)...

Pero debes saber que elijas el Camino que elijas (siempre que vayas siguiendo la flecha amarilla) llegarás a Santiago. Y una vez en la ciudad, si aun te quedan fuerzas, puedes ampliar el recorrido caminando cuatro etapas más por la ruta de la Costa de Morte hasta llegar al Faro del Fin del mundo en Finisterre. Ultreia et suseia; vamos más allá y vamos más arriba.

Faro de Finisterre. Fuente: Shutterstock.
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