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Patrimonio, naturaleza y gastronomía en una de las ciudades mágicas de Galicia en otoño

Considerada la capital simbólica de la Ribeira Sacra y agrupada dentro de la Red de Juderías de España por su legado histórico, Monforte de Lemos es uno de los destinos más completos y visitados del interior de la provincia de Lugo
Vista del conjunto monumental de San Vicente del Pino, en Monforte de Lemos.
Vista del conjunto monumental de San Vicente del Pino, en Monforte de Lemos.
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Enmarcada en el corazón de la comarca da Terra de Lemos y considerada en toda Galicia como la capital simbólica de la Ribeira Sacra, Monforte de Lemos conforma uno de los destinos turísticos más completos de la provincia de Lugo. La localidad lucense se encuentra situada en un valle fértil entre los ríos Miño y Sil, e incluso es atravesada por uno de los afluentes de este último, el río Cabe. Se trata de una zona conocida por sus increíbles paisajes y monumentos, pero también por la cultura vitivinícola que se profesa en esta región perteneciente a una de las cinco denominaciones de origen de Galicia. Lo cierto es que Monforte de Lemos atesora en todo su territorio una enorme riqueza patrimonial, natural y gastronómica capaz de conquistar a cada nuevo viajero que visita por primera vez este idílico rincón de la Ribeira Sacra.

Además, Monforte de Lemos es asimismo una de las grandes ciudades de Galicia que todavía conservan su importante legado judío ―junto con Ribadavia y Tui―, por lo que recorrer su callejero significa descubrir su pasado más remoto y viajar en el tiempo hasta la mismísima Edad Media. De hecho, esta ciudad gallega empezó a crecer en el medievo gracias a su fortaleza defensiva situada en la zona más alta, en el promontorio conocido como Monte de San Vicente (apodado por los romanos como Castro Dactonio). Alrededor de esta ciudad-fortaleza feudal y atalaya se construyó también una muralla defensiva de la cual todavía quedan en pie algunos lienzos de los siglos XIII al XV, tres puertas de entrada y varios torreones; mientras que del castillo únicamente se mantiene la Torre del Homenaje

Un callejero salpicado de historia

"El Escorial" gallego de Monforte de Lemos. Foto: Turismo Monforte de Lemos

A pesar de tener el encanto de un bonito pueblo de interior, Monforte de Lemos lleva un siglo siendo considerada una pequeña ciudad por Decreto Real. Este hito en el relato de vida de la localidad lucense tuvo lugar cuando el rey Alfonso XIII llegó a Monforte para inaugurar la estación de ferrocarril. Una historia viva que salpica el callejero local y donde uno de los monumentos de mayor interés lo protagoniza el colegio de la Compañía de Nuestra Señora de la Antigua, más conocido como "El Escorial" gallego. Este majestuoso edificio hunde sus raíces en el siglo XVI y presenta un estilo herreriano muy característico, destacando a nivel constructivo por rincones como su claustro, una iglesia renacentista, la escalinata y el museo. Además, alberga también en su interior una importante pinacoteca con obras del Greco y Andrea del Sarto entre otros. Cabe destacar que el colegio en cuestión fue fundado por el Cardenal Rodrigo de Castro, uno de los eclesiásticos del Renacimiento más importantes de esta ciudad lucense, siendo propiedad de la Familia Alba desde mediados del siglo XVIII y cedido a los Padres Escolapios ya en el año 1873. 

Pero más allá de "El Escorial" gallego, el callejero de Monforte de Lemos oculta auténticas joyas históricas y monumentales, muchas de ellas relacionadas con su pasado judío. De hecho, el viejo barrio judío de la localidad se encuentra en la parte más alta de Monforte, tras cruzar el icónico Puente Viejo de origen románico. Los nombres de las calles en este punto alto de la ciudad nos descubren que estamos en plena judería, con designios que hacen referencia a emblemáticos gremios como en el caso de la Rúa Pescaderías o Zapaterías, donde se sitúa la Puerta de la Alcazaba, una de las torres y la antigua cárcel. También se conservan varios símbolos judíos en las fachadas de las viviendas tradicionales, algunas abandonadas y otras restauradas como es el caso de la conocida como "Casa de los Gaibor". En la calle Falagueira por su parte, núcleo de la villa y el bullicio de la ciudad, se situaba en tiempos más remotos el ayuntamiento y la sinagoga, un templo de culto judío del cual sólo se conserva la referencia histórica

Torreo del Homenaje, Monforte de Lemos. Foto: Turismo Monforte de Lemos

En el laberíntico recorrido por el callejero que conforma la ciudad de Monforte de Lemos dentro de los límites de la muralla también podemos destacar la gran torre atalaya originaria del siglo XIII, un punto de vigilancia de 30 metros que todavía erige su figura en la cima del Monte San Vicente. Además, en el interior de esta Torre del Homenaje también encontraremos un pequeño museo dedicado a la historia de la ciudad y las poblaciones más cercanas a Monforte de Lemos. La torre también oculta en sus paredes diferentes símbolos de origen judío, como las Estrellas de David talladas varias veces en piedra. En este punto las vistas panorámicas sobre la ciudad resultan espectaculares y muy cerca del lugar se encuentran también el Palacio Condal (Pazo de los Condes de Lemos) y el Monasterio Benedictino de San Vicente do Pino, utilizado a día de hoy como hotel de los Paradores Nacionales.

Belleza natural en Monforte de Lemos

Mirador do Duque, Monforte de Lemos. Foto: Ribeira Sacra

La belleza natural de Monforte de Lemos se intensifica más si cabe cada vez que se acerca el otoño. Los increíbles paisajes de la Ribeira Sacra a su paso por la localidad se tiñen de color y encanto siendo uno de sus grandes atractivos turístico. El contacto con la naturaleza en esta ciudad de interior va más allá de los parques y jardines de su callejero, ya que en todo el territorio se esconden rincones especialmente interesantes como la propia ladera de San Vicente, el Parque de los Loureiros o el Parque de los Condes. Todo ello sin tener en cuenta, claro está, que Monforte de Lemos se enmarca en plena Ribeira Sacra, una de las joyas de la corona del interior de Galicia

El Parque de los Condes se encuentra situado en pleno centro del municipio justo al lado del llamado Campo de la Compañía. Desde este punto parte una bonita senda que recorre los márgenes del río Cabe, el principal recurso natural de la ciudad y todo el entorno. El paseo a orillas del río avanzan por enclaves donde poder para a descansar como el área recreativa de Ribasaltas y Villanueva. Es importante destacar también en este punto que Monforte de Lemos es el final de la cuarta etapa del Camino de Invierno a Santiago de Compostela, por lo que la riqueza natural y paisajística de la localidad fuera de la temporada de verano está más que asegurada. Una de las mejores formas de disfrutar del encanto de Monforte de Lemos y sus paisajes es visitar el famoso Mirador del Duque, una impresionante balconada natural cuyas vistas se extienden sobre los viñedos en bancales  del río Sil. Y también podremos descender hasta el embarcadero de Doade para disfrutar una perspectiva totalmente diferente de la Ribeira Sacra. De hecho, incluso es posible surcar los cañones del Sil a bordo de un catamarán. 

Entre vinos y tapas

Vinos y tapas en Monforte de Lemos. Foto: Turismo Monforte de Lemos

El patrimonio gastronómico de Galicia no encuentra rivales. Desde la costa al interior, la cocina gallega es sinónimo de buen producto y mejor calidad en cada uno de sus platos y recetas. En el caso particular de Monforte de Lemos, la tradición de las tapas se encuentra profundamente arraigada en la localidad, siendo muy habitual combinar estos aperitivos con algunos de los mejores vinos de la zona. Entre los productos más famosos y codiciados de Monforte destacan los panes artesanos en horno de leña y empanadas, desde la clásicas de atún o carne a otras exquisiteces rellanas de congrio, anguilas, bacalao o zorza. Pero sin lugar a dudas, las empanadas más típicas son las de huesos e iscos (rellena de chorizo y tocino). En lo referente a los postres, la larpeira sigue siendo la sobremesa estrella de la localidad lucenso. 

Cabe destacar que antaño, una de las joyas de la corona culinaria de los hornos en Monforte de Lemos era la empanada de papuxas, un manjar que cayó en el olvido tras la prohibición de la caza de esta ave migratoria tan abundante en el pasado en el Val de Lemos. El número de ejemplares en la zona descendió de forma preocupante a partir de la década de los setenta debido a la caza, los incendios forestales y la utilización de insecticidas en los campos.

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