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Eurociudades del Miño: fronteras que unen Galicia y Portugal

Las ciudades de “a raia”, que antes eran territorio divisorio entre países, forman hoy un tándem perfecto que suma oportunidades turísticas y añade el atractivo de vivir entre dos culturas
Puente entre Tui y Valença
Tui.gal
Puente entre Tui y Valença
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Eurociudades. Un término que une dos poblaciones de países distintos pero que se encuentran a pocos kilómetros, e incluso metros, la una de la otra. En Galicia hay varias y tres de ellas viven al amparo del río Miño, comunicadas por largos puentes que antes servían como frontera física y hoy son su vínculo más evidente. 

Es la llamada “raia”, esa línea casi tangible en la que se balancean a diario los habitantes de estas ciudades que, en pocos pasos, cruzan hasta el país vecino para ir a trabajar, para comprar a mejores precios o, simplemente, para chapurrear un poco el idioma del contrario. Ahora también pueden hacerlo en bicicleta, gracias al servicio de préstamo de bicicletas transfronterizas puesto en marcha desde la AECT Río Miño. 

 Valença do Miño (Fuente: @PQ3 vía Wikipedia)

Aprovechando la proximidad geográfica, las eurociudades comparten servicios y elaboran planes económicos conjuntos, aumentando así su potencial y la cooperación transfronteriza, apoyada por Bruselas con importantes fondos económicos. 

Tui y Valença do Minho, Tomiño y Vilanova de Cerveira, Salvaterra de Miño y Monçao. Son las tres eurociudades del Miño (la cuarta es Verín-Chaves, pero aquí no llega el río), pequeñas urbes en las que el Miño juega un papel fundamental como nexo de unión, vinculadas por un proyecto común que las convierte en una sola a ojos del visitante, que ve la oportunidad de conocer dos países en uno: España y Portugal. 

Tui y Valença do Minho

Tui (Fuente: Turismo de Galicia)

Los habitantes de Tui tienen amplias nociones de portugués y los de Valença de gallego. El idioma se convierte en otro elemento de cohesión en estas eurociudades en la que sus puentes son todo un símbolo. Hay proyectado otro puente entre ambas poblaciones, esta vez sólo para peatones y bicicletas, que facilitará el tráfico de personas. 

Valença do Minho comenzó siendo un pequeño asentamiento en la frontera luso-galaica para ir creciendo en torno a su fortaleza medieval de la que aún conserva sus murallas de forma estrellada. Decenas de gallegos cruzan de Tui a Valença cada fin de semana para comprar en su famoso mercado, donde se encuentran todo tipo de objetos, desde prendas de vestir hasta menaje de cocina, cerámica o cestería. 

Además de recorrer decenas de tiendas y tenderetes donde encontrar artesanía portuguesa a buen precio, no hay que dejar de pasear por sus estrechas calles o admirar algunos de sus monumentos, como la iglesia de San Teotonio, las capillas de Bom Jesús y del Señor del Encuentro o su curioso Marco Miliario levantado por el emperador romano Claudio para marcar las millas de distancia entre Braga y Tui.

Y a Tui precisamente volvemos, cruzando el puente a pie o en coche en escasos minutos, para gozar de su bello casco histórico, presidido por su imponente catedral medieval, que comenzó a construirse en el s. XII, mezcla de estilos románico y gótico. Su pasado sefardí ha dejado huella en la ciudad en forma de interesante Barrio Judío y la inevitable presencia del Miño permite disfrutar de un animado paseo fluvial y de paseos en barco al atardecer. 

Tomiño y Vilanova de Cerveira

Vilanova (Fuente: CM Vilanova de Cerveira)

Otros dos pueblos hermanos a pesar de pertenecer a países distintos son los que forman la eurociudad Tomiño-Vilanova de Cerveira

Tomiño tiene varios alicientes que atraerán a los viajeros más exigentes, comenzando por su peculiar Espazo Fortaleza y siguiendo por sus espacios naturales donde la Serra do Argallo con sus miradores y el Monte Tetón con sus importantes petroglifos se llevan todo el protagonismo. Su patrimonio arquitectónico, encabezado por sus construcciones religiosas y sus pintorescas casas indianas, además de su enclave único, rodeado de numerosos lugares de interés, hacen de Tomiño un perfecto impasse en cualquier ruta por la provincia de Pontevedra.

Espazo fortaleza (Fuente: Tomino.gal)

Conocida por su famoso Miradouro do Cervo y su gran columpio que se balancea sobre el Miño, Vilanova de Cerveira se fundó en el S. XIV y tomó su nombre de la gran cantidad de ciervos que existían en esa región. Situada junto a la frontera española, frente a Tomiño, y ubicada a orillas del río, una agradable travesía en barca la une a la localidad gallega de Goián. 

Además del espectacular mirador y de su notable casco histórico, Vilanova de Cerveira es de importancia desde 1978 por su Bienal de Artes Plásticas, referente nacional que se va expandiendo año tras año fuera de sus fronteras. 

Hay un proyecto reciente de pasarela peatonal que cruzará el Miño uniendo Tomiño y Vilanova de Cerveira, formando parte del parque del mayor parque recreativo transfronterizo. Es el llamado Ponte Goián-Cerveira, que medirá 330 metros de largo y 4,7 metros de ancho, y permitirá hacer del Parque da Amizade un espacio continuo entre España y Portugal. 

Salvaterra de Miño y Monçao

Vistas de Salvaterra desde el castillo (Fuente: Turismo de Galicia)

La última eurociudad del Miño está formada por las poblaciones de Salvaterra y Monçao, dos pequeños enclaves unidos también por un puente, el Ponte Joao Verde e Amador Saavedra, y conocidos por la calidad de sus vinos. 

En Salvaterra de Miño destacan dos monumentos, uno arquitectónico y otro natural. El primero es el Castelo de Salvaterra, una fortaleza amurallada del s. X con pazo, capilla y construcciones palaciegas que sirvió como baluarte en 1640 durante los ataques portugueses. El segundo es el Monte Castelo, con su curiosa Ermita de Nosa Señora da Asunción, ubicada sobre un antiguo castro romanizado, y que parece fundirse con el peñasco en el que se resguarda. 

Salvaterra también dispone del parque más grande de Galicia, A Canuda, que en sus más de 200 mil km cuadrados alberga un gran lago navegable, zona infantil y hasta un jardín botánico entre otros lugares de ocio. 

Pasarelas de Monçao (Fuente: Emma Sexto)

A poco más de 2 km se encuentra Monçao, que en sus inmediaciones cuenta con el encanto de su Ecopista, un espacio que se puede recorrer caminando o en bicicleta y que transcurre por lo mejor del entorno fluvial del Miño. Monçao vive de sus termas y sus viñedos, que producen una variedad de albariño llamado Vinho Verde, por lo que fomentar el turismo enológico es su prioridad. 

Además de su casco histórico, con plazas de gran encanto, hay que rodear la ciudad recorriendo sus murallas del s. XVII con buenas vistas al Miño, visitar las ruinas de su castillo del s. XIV y acercarse al Palacio da Brejoeira, un bello edificio neoclásico con impresionantes y cuidados jardines. 

Visitar una de estas eurociudades supone llevarse lo mejor de dos mundos muy parecidos, que comparten por proximidad similar modo de vida, pero también muy diferentes, con distinto idioma, gastronomía y cultura. Una experiencia, sin duda, muy enriquecedora. 

Emma Sexto

https://unmundoinfinito.com/

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