
Equipos de rescate en la zona donde se produjo el accidente del avión en el aeropuerto de Muan, Corea del Sur el pasado diciembre.
Qué probabilidad hay de sobrevivir a un accidente aéreo: la ciencia tras los distintos escenarios de una catástrofe
Una persona tendría que volar todos los días durante aproximadamente 103.239 años para sufrir un siniestro fatal.
Más información: Accidente aéreo en Washington: cuánto tiempo puede sobrevivir una persona en las aguas heladas del río Potomac
La ciudad de Washington (Estados Unidos) vive uno de sus peores momentos tras el accidente aéreo que tuvo lugar en ciudad ayer. A las 21.00, hora local, un avión de American Airlines, con 64 integrantes a bordo, colisionó con un helicóptero Skikorsky UH-60 Black Hawk en el que iban tres militares. Por desgracia, las autoridades locales confirmaron el mismo día la ausencia de supervivientes, por lo que el objetivo es el rescate de cadáveres. Ante este tipo de sucesos, la posibilidad de sobrevivir es muy variada porque hay que tener en cuenta un gran número de variables.
En un caso como el acontecido en la capital de Estados Unidos, las posibilidades de que acabara de forma fatal eran bastante altas, dice Pedro Carvalho, divulgador sobre aviación y piloto privado. La suma del choque a unos 260 kilómetros por hora y la caída a las aguas heladas del río Potomac dejó pocas esperanzas de sobrevivir.
El riesgo de una colisión
Las colisiones en el aire suelen tener un pronóstico bastante malo, indica el divulgador. "El resultado suele ser catastrófico y sin supervivientes", agregan expertos en seguridad operacional del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC). Por eso, los aviones cuentan con el Sistema de Alerta de Tráfico y Aviso de Colisión (TCAS).
La función de esta herramienta es rastrear otras aeronaves que puedan aproximarse a su alrededor y dar indicaciones a los pilotos con tiempo suficiente para que sorteen el obstáculo. El problema es que se desactiva a una altitud inferior a los 300 pies, por lo que durante el aterrizaje no está disponible, detalla el piloto.
El avión que iba a aterrizar en Washington estaba a unos 200 pies de altura, por lo que, aunque el TCAS hubiera estado en funcionamiento, no hubiera servido de mucho. "A esa velocidad y con tan poco margen de maniobra, los pilotos no hubieran podido llevar a cabo una maniobra evasiva", cuenta Carvalho.
Accidentes durante el despegue y el aterrizaje
Otro escenario que plantea el piloto es que el accidente tenga lugar durante el despegue. En este caso es menos mortal que una colisión. Aquí lo más preocupante es que en ese momento la aeronave va cargada de combustible, por lo que hay un mayor riesgo de incendio.
Si esto ocurre, los integrantes pueden fallecer por las llamas o por inhalación de humo si no se hace la evacuación de manera rápida y correcta. Las muertes también pueden producirse por efecto del propio impacto, lo que Carvalho menciona como "fuerzas dinámicas". Se produce porque al ir acelerando a una velocidad constante y detenerse de golpe, el cuerpo humano puede no soportarlo.
Si el siniestro ocurre durante el aterrizaje del avión, las posibilidades son más o menos las mismas. En ambos momentos, el avión va más lento que durante el resto del viaje, cuando va en crucero. La posibilidad de muerte por impacto es menor, pero no es descartable. Aunque en esta ocasión el nivel de combustible es menor, eso no significa que no haya riesgo de incendio, cuenta el divulgador.
Los expertos en seguridad operativa del COPAC señalan que, en ambos casos, la velocidad es un factor determinante. Cuanto mayor es, menos probabilidades hay de supervivencia. El despegue y el aterrizaje son fases críticas del vuelo, indica Carvalho. Es cuando los pilotos tienen menos margen para actuar si ocurre algún problema, porque se encuentran más cerca del suelo y el margen ahí se reduce. Aun así, "en ningún momento son fases peligrosas", deja claro el piloto.
No hay dos accidentes iguales
"No hay dos accidentes aéreos iguales", resalta el divulgador sobre aviación. Las consecuencias y la supervivencia de los pasajeros dependen, entre otras cosas, de cómo se produzca el evento y en qué fase del vuelo se encuentre. No es lo mismo que el avión esté en tierra, lo que facilita la evacuación, que el siniestro ocurra en el aire. En el último caso, los aviadores hacen todo lo posible para aterrizar.
En suelo firme, lo más importante es que la evacuación se realice en menos de 90 segundos. Este es el plazo en el que los integrantes pueden abandonar la aeronave de forma de segura, desgrana el divulgador.
Desde COPAC destacan que otro elemento crucial es "la pronta actuación de los servicios de rescate del área aeroportuaria o del servicio SAR (Search and Rescue)", que debe ser menor a tres minutos. Asimismo, la colaboración de los pasajeros con los tripulantes de cabina y los auxiliares de vuelo es fundamental para su supervivencia. "Deben hacerles caso en todo momento", añade Carvalho.
Algo anecdótico
Este tipo de eventos, por suerte, son algo muy inusual. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), en 2023 se registró un accidente por cada 1,26 millones de vuelos. De acuerdo con estas cifras, una persona tendría que volar todos los días durante aproximadamente 103.239 años para sufrir un accidente fatal, indican expertos en seguridad operacional del COPAC.
"Es muy poco frecuente un desastre en vuelo que inutilice el avión", expone el divulgador. De hecho, la mayoría de las veces, los incidentes se resuelven satisfactoriamente. Esto ocurre, por ejemplo, con la despresurización a bordo, uno de los problemas más comunes.
Los aviones van presurizados para que pasajeros y tripulantes puedan respirar a la altitud a la que se realiza el viaje. Cuando hay un fallo así, el piloto realiza un descenso rápido de emergencia a una altitud por debajo de los 10.000 pies para que los integrantes de la aeronave puedan respirar con normalidad. "Dentro de que es algo anómalo, es fácilmente controlable", cuenta Carvalho.
El divulgador reconoce que los accidentes aéreos suelen ser muy impactantes porque, cuando ocurren, suelen dejar bastantes víctimas mortales. Sin embargo, insiste en remarcar que tienen un carácter totalmente anecdótico y que volar es la forma más segura de viajar. "Tenemos muchísimas más probabilidades de tener un choque cuando nos desplazamos en coche de casa al aeropuerto", agrega.