
Ilustración: Tomás Serrano.
Covid, dana, aranceles, defensa… Los fondos Next Generation o el ‘bolso de Mary Poppins’ que sirve para todo
La presentación por sorpresa de Sánchez se produce tras las exigencias de Trump de aumentar el gasto en la OTAN si quiere negociar los aranceles.
Más información:Sánchez gastará 10.471 millones más en Defensa para llegar al 2% del PIB en 2025 sin pasar por el Parlamento.
Primero fueron los fondos para paliar los efectos de la pandemia, pero después se han convertido en el asidero político para compensar el efecto de los cambios de mercado que han surgido por el camino.
Los Next Generation son ya como el bolso sin fondo de Mary Poppins, útiles para todo aunque haya que retorcer concepto y objetivos. Tanto es así que María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, los usa para tapar casi cualquier agujero que surge.
Desde el punto de vista legal, Bruselas estableció las llamadas "cláusulas de cambio" para poder adaptar los fondos millonarios en estos años de aplicación (2020-2026) a situaciones sobrevenidas como la evolución económica, la adopción de nuevas políticas europeas o la aparición de circunstancias imprevistas.
A falta de datos fidedignos sobre el grado de ejecución real de los fondos europeos, parece claro que los 70.000 millones de subvenciones a fondo perdido van mejor (hay más de 46.000 millones adjudicados) que los 84.000 millones en créditos, de los que apenas se tiene datos, recuerda el diputado del PP Santiago Sánchez.

DPA / Europa Press
Mientras se decide sobre las ayudas de los fondos UE a la dana de Valencia, como efectos colaterales del cambio climático, el Gobierno ya anunció la semana pasada la decisión de "recanalizar" 5.000 millones para "reorientar" a las empresas golpeadas por los aranceles de Trump hacia nuevos mercados.
El colofón ha sido el Plan de Seguridad y Defensa, que convierte en dual el objetivo de I+D+i incluido en los diversos PERTE de "tecnología y digitalización" del Plan de Recuperación, para que sirvan a lo civil y lo militar, y puedan computarse como gasto en defensa en el nuevo contexto UE.
La presentación por sorpresa que el presidente Sánchez ha hecho este martes para sacar a la luz su plan se produce tras las reiteradas exigencias de EEUU para que aumente el gasto en defensa y España deje de ser uno de los rezagados en su aportación a la OTAN, a pesar de participar en casi todos sus programas conjuntos.
Esa fue la cantinela con la que Carlos Cuerpo volvió tras su encuentro con el secretario general del Tesoro norteamericano la semana pasada, con la premisa de que había que actuar rápido en una negociación sobre aranceles en la que Trump no duda en canjear gasto en defensa, apoyo a China, deuda o cualquier otro interés adyacente.
Examen en la UE y la OTAN
Un análisis técnico preliminar del caso de los fondos UE susceptibles de entrar en ese concepto tecnológico de defensa, nos lleva básicamente a dos de los PERTE: el aeroespacial y el de los chips, de los que, según las estimaciones de LLYC, quedaría un remanente de subvenciones de cerca de 900 millones.
Si bien esa parte de dinero a fondo perdido es fácil que se utilice en el año y cuatro meses que quedan para ejecutarlos, las fuentes consultadas aseguran que es muy probable que quede bastante opción de acceder a la parte de los créditos, sobre todo en el caso de los chips, que tienen una dotación de 12.000 millones, casi sin usar.
En cualquier caso, todas las fuentes consultadas advierten que serán la Comisión Europea, en principio, y la propia OTAN, después, quienes evaluarán y decidirán sobre la validez de los nuevos conceptos que Sánchez quiere adoptar para aplicar a los Fondos Next Generation al gasto en defensa.
"Habrá que ver cada partida que se cambie, de donde sale y a dónde se quiere destinar", advierte Lorenzo Bernaldo de Quirós, que alerta del bajo nivel de ejecución que tienen todavía los fondos y la necesidad de que lleguen más al sector privado.