El Papa Francisco.

El Papa Francisco. Reuters

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Esta es la razón por la que se cierra la Capilla Sixtina tras la muerte del Papa Francisco: ningún cardenal podrá salir

El primer pontífice jesuita ha fallecido a los 88 años en Roma tras más de un mes ingresado con problemas respiratorios.

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El Papa Francisco ha muerto este lunes tras haber impartido ayer Domingo de Resurrección la tradicional bendición Urbi et Orbi, en lo que para muchos se ha intuido como una despedida simbólica. Llevaba más de un mes ingresado en el hospital Policlínico Gemelli de Roma, donde fue atendido por una infección respiratoria que se agravó con el paso de los días. Su fallecimiento marca el final de un pontificado marcado por la cercanía con la gente, la humildad y los intentos de reforma dentro de la Iglesia católica.

Conocida la noticia, se ha activado el protocolo del Vaticano para la elección de un nuevo Pontífice, y una de las primeras señales visibles de este proceso es el cierre de la Capilla Sixtina.

Esta zona del Vaticano es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Construida en el siglo XV por orden del papa Sixto IV, de quien adquiere su nombre, es especialmente conocida por sus frescos, en particular por el techo pintado por Miguel Ángel, que representa escenas del Génesis, así como por el imponente Juicio Final que decora la pared del altar.

El pontífice fue el primer jesuita en ocupar este cargo.

El pontífice fue el primer jesuita en ocupar este cargo. Reuters

Aunque es un punto central del turismo religioso y artístico en Roma, su función principal va mucho más allá de lo estético. Y es que este rincón del Vaticano acoge nada más y nada menos que el cónclave papal, el proceso para elegir al sucesor del Papa tras su muerte.

Es por ello por lo que esta capilla se cierra tras conocerse esta noticia, ya que desde hace siglos, este espacio se convierte en el centro de una de las decisiones más importantes de la Iglesia católica.

El cierre tiene como objetivo garantizar el secreto y la concentración de los cardenales durante las votaciones. Se trata de asegurar que la elección se realice sin presiones externas, sin filtraciones a los medios y en un ambiente de recogimiento espiritual.

Durante el cónclave, los cardenales quedan completamente aislados. No pueden usar teléfonos móviles, ni acceder a internet, ni tener contacto con personas ajenas al proceso. Por este motivo, además de cerrarse al público, la Capilla Sixtina es revisada cuidadosamente para impedir cualquier tipo de espionaje o comunicación.

Este cierre se realiza durante los días que dure el cónclave y forma parte de un protocolo antiguo que busca preservar la seriedad del momento. Desde ese instante, nadie más entra ni sale sin autorización. Las votaciones se celebran dentro de la capilla y las papeletas se queman tras cada ronda, produciendo el conocido humo negro si no hay acuerdo, o blanco si ya hay nuevo sucesor.

Fue en 2013, tras la elección del Papa Francisco, cuando se instalaron dos estufas en esta capilla para facilitar el proceso. Una de ellas es la tradicional, utilizada desde el cónclave de marzo de 1939, en la que se queman las papeletas de votación y la otra es la estufa auxiliar que, mediante un mecanismo electrónico, mejora la visibilidad de las fumatas y permite ajustar el color.

Uno de los papas más seguidos.

Uno de los papas más seguidos.

Durante este proceso, las dos estufas se sitúan en un lateral trasero de la Capilla Sixtina y están conectadas al tubo de cobre interno de la chimenea de la capilla, que mide casi dos metros de altura.

Este cierre simboliza el silencio, la reflexión y el aislamiento necesarios para tomar una decisión que afectará a más de dos millones de personas en el mundo entero.