Ginecóloga realizando una mamografía.

Ginecóloga realizando una mamografía. iStock

Salud y Bienestar

John Blenis, investigador: "Comer huevos, aceites vegetales o carne podría acelerar el cáncer de mama"

Un estudio liderado por John Blenis advierte de que alimentos habituales en España podrían favorecer el cáncer de mama más difícil de tratar.

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Una buena alimentación es clave para prevenir y combatir el cáncer. Diversos estudios han demostrado que ciertos alimentos contienen compuestos con propiedades anticancerígenas. Sin embargo, también se ha evidenciado que algunos productos comunes en nuestra dieta diaria pueden tener el efecto contrario, favoreciendo el crecimiento de células tumorales.

Una investigación reciente publicada en Science y realizada por expertos de Weill Cornell Medicine (EEUU) advierte sobre este riesgo. En concreto, señala que el consumo habitual de ciertos alimentos presentes en muchas mesas españolas puede aumentar el riesgo del cáncer de mama más agresivo: el subtipo triple negativo.

El estudio identifica al ácido linoleico, un tipo de grasa Omega-6 que se encuentra en aceites de semillas como el de cártamo o el de soja, además de en carnes como la de cerdo o los huevos. Este compuesto, según los investigadores, potencia el crecimiento del cáncer de mama triple negativo, un tipo difícil de tratar por su resistencia a las terapias hormonales.

La clave estaría en cómo el ácido linoleico interactúa con la proteína FABP5, muy presente en este tipo de cáncer. Esta unión activa una vía de crecimiento celular exclusiva del subtipo triple negativo, algo que no se ha observado en otros cánceres de mama que sí responden a tratamientos hormonales.

En pruebas con ratones, una dieta rica en ácido linoleico aceleró notablemente el crecimiento del tumor. Estos hallazgos refuerzan la importancia de revisar nuestra alimentación, especialmente en casos de predisposición genética o antecedentes familiares de este tipo de cáncer.

Grasas y cáncer

La investigación sobre el cáncer de mama triple negativo ha revelado una preocupante relación entre ciertos tipos de grasa y el desarrollo de esta enfermedad. Según el doctor John Blenis, del Centro de Cáncer Sandra y Edward Meyer en Weill Cornell Medicine, estos hallazgos permitirán avanzar hacia recomendaciones nutricionales personalizadas para prevenir o frenar el avance del cáncer.

El ácido linoleico Omega-6, presente en muchos productos de la dieta occidental, es esencial para algunas funciones del organismo. Sin embargo, su consumo excesivo ha crecido debido al uso masivo de aceites de semillas en fritos y ultraprocesados. Esta sobreexposición ha despertado sospechas sobre su posible vínculo con enfermedades como el cáncer.

Aunque durante años los estudios han ofrecido resultados contradictorios, esta nueva investigación ha logrado identificar por primera vez un mecanismo biológico que conecta directamente los Omega-6 con el crecimiento tumoral. En concreto, este tipo de grasa activa una vía de crecimiento celular muy concreta.

Los investigadores analizaron cómo el ácido linoleico estimula la vía mTORC1, que detecta nutrientes y regula el crecimiento celular. Comprobaron que esta activación se produce solo en el cáncer de mama triple negativo, el subtipo más agresivo y resistente a tratamientos.

Este descubrimiento supone un paso importante para entender cómo lo que comemos puede influir directamente en el desarrollo del cáncer. Además, refuerza la necesidad de controlar el consumo de ciertos tipos de grasa, especialmente en personas con factores de riesgo o antecedentes familiares.

Ácido linoleico y cáncer de mama

Los científicos han identificado cómo el ácido linoleico puede influir directamente en el cáncer de mama triple negativo. Este ácido graso poliinsaturado se une a una proteína llamada FABP5, muy presente en este tipo de tumor, lo que activa una vía de crecimiento celular clave: la mTORC1, relacionada con el avance del cáncer.

En ensayos con ratones, una dieta rica en ácido linoleico estimuló esa misma vía y aceleró el crecimiento tumoral, además de elevar los niveles de FABP5. También se detectaron concentraciones elevadas de esta proteína y del propio ácido graso en muestras de sangre y tumores de pacientes recién diagnosticados con este subtipo de cáncer.

Este hallazgo es clave porque demuestra por primera vez cómo un ingrediente común de la dieta occidental puede impactar de forma tan directa en un tipo concreto de cáncer. Se trata del primer estudio que vincula un mecanismo molecular específico con un componente alimenticio como el ácido linoleico.

Gracias a esta investigación, el FABP5 podría convertirse en un nuevo biomarcador que permita diseñar tratamientos y recomendaciones nutricionales personalizadas para mujeres con cáncer de mama triple negativo, una enfermedad que hoy en día tiene pocas opciones terapéuticas.

El problema es que el ácido linoleico está muy presente en la alimentación diaria en España. Se encuentra en aceites vegetales (como girasol, soja o palma), frutos secos, cereales, margarinas, huevos y algunas carnes. Esto subraya la importancia de revisar la dieta en casos de riesgo o diagnóstico reciente.