Uno de los pueblos medievales más bonitos de España está a un paso de Galicia
Siempre es buen momento parar disfrutar de las escapadas de fin de semana y descubrir rincones con encanto situados a sólo un paso de Galicia. Desde el norte de Portugal hasta el vecino Principado de Asturias, son muchas las aldeas y localidades cercanas que merece la pena visitar al menos una vez en la vida. De entre todas ellas, hoy destacamos el caso del que está considerado uno de los pueblos medievales más bonitos de España: Peñalba de Santiago, un remanso de paz y espiritualidad enmarcado en pleno corazón del Valle del Silencio, justo al sur de la comarca de El Bierzo (León).
Peñalba de Santiago es sin lugar a dudas el destino perfecto para disfrutar del turismo rural en León. Situado a más de 1.100 metros de altitud a los pies de los conocidos montes Aquilianos, esta pequeña pedanía castellanoleonesa constituye uno de los pueblos más emblemáticos del Valle del Silencio, un entorno virgen formado por amplias zonas boscosas, ríos, montañas y sobre todo, auténticas aldeas de cuento. De hecho, el encanto inherente de Peñalba de Santiago así como su enorme valor patrimonial provocaron que en el año 2016 se le concediera el título magno de uno de los pueblos más bonitos de España. Además, el conjunto artístico y monumental de este pueblo ―marcado por la arquitectura tradicional berciana (piedra y techos en pizarra)― fue declarado Bien de Interés Cultural ya en el año 1976.
Un pueblo de postal en El Bierzo
El camino hacia Peñalba de Santiago es, con toda probabilidad, uno de los paisajes más bonitos de cuantos existen en todo el territorio de Castilla y León. Lo cierto es que para acceder a esta aldea de película es necesario recorrer parte de un valle que en tiempos remotos era más conocido como la "senda de los monjes", una ruta milenaria que discurre entre Ponferrada y la localidad de Montes de Valdueza. Un trayecto de entrada que supone una verdadera maravilla para los sentidos, enmarcado entre frondosos bosques de naturaleza autóctona y los altos farallones rocosos de cumbres tan significativas como las de Silla de la Yegua, el Pico Tuerto o la Aguiana. No es de extrañar por tanto que Pañalba y sus alrededores destaquen en toda España por su encanto natural y singularidad, pues su ubicación en plena cuna del Oza y el corazón de la Tebaida leonesa (zona declarada como "paisaje pintoresco") marcan el carácter excepcional de este pueblo medieval de montaña.
Una vez ponemos los pies en la localidad de Peñalba de Santiago descubrimos que este pueblo berciano se encuentra totalmente integrado al paisaje y los tiempos de la naturaleza sobre la que se erige. De hecho, la belleza innata de la pedanía se hace también evidente durante la época de nevadas, pues el grueso del territorio tiñe sus callejuelas empedradas de un manto blanco que le confiere un aspecto de lo más singular. Además, la arquitectura rural tradicional de esta comarca leonesa marca el semblante general de cada vivienda y construcción pública, con sus característicos tejados de pirraza y unos corredores de madera que fijan la mirada en el horizonte montañoso formado por los Montes Aquilinos.
Pero más allá del paisaje mágico que envuelve al lugar, uno de los elementos más destacados de su patrimonio recae sobre la conocida iglesia de Santiago de Peñalba, una auténtica joya de estilo mozárabe que fue declarada Monumento Nacional en 1931. Lo cierto es que la historia de Peñalba de Santiago siempre ha estado vinculada a la vida monacal y religiosa. Al parecer, ya en el siglo VII fueron muchos los eclesiásticos que eligieron este rincón de León para sus retiros. De hecho, se sabe que en el siglo X existió también un monastario fundado por San Genadio, aunque de él únicamente se conserva el citado templo, construido por el sacerdote Salomón varios años más tarde (entre 931 y 937).
Senderismo en Peñalba de Santiago
Como la naturaleza es una de las grandes protagonistas de esta pedanía leonesa, las rutas de senderismo conforman uno de los mejores planes a la hora de recorrer y descubrir los rincones con más encanto de Peñalba de Santiago. Una de las sendas más conocidas es la que avanza desde el entorno de la iglesia mozárabe hasta la curiosa Cueva de San Genadio, convertida en un verdadero lugar de culto en pleno valle del Silencio. Su origen como eremitorio se remonta al siglo X, cuando el antiguo obispo de Astorga habría hecho uso del lugar para su particular retiro espiritual y con el fin de dedicar sus últimos años a la vida ermitaña.
Existe una leyenda muy conocida en la comarca de El Bierzo que explicaría la razón por la cual el valle del Silencio recibe este singular designio. Según parece, San Genadio se encontraba meditando una jornada pero no lograba concentrarse pues el río descendía con mucha fuerza y provocaba un ruido atroz en toda la cañada. Fue entonces cuando alzo la voz, sin apenas esperanzas, y gritó en mitad de su recogimiento: ¡Silencio!, cesando de repente el revuelo y llevando la tranquilidad y el sosiego a cada rincón de este valle berciano. Al margen de la historia, es verdad que el valle del Silencio conforma a día de hoy uno de los remansos de paz más preciados de El Bierzo. Y en el caso de la Cueva de San Genadio, su interior todavía alberga un pequeño altar con una imagen del santo, flores y un libro de visitas donde la gente escribe sus ruegos y milagros dirigidos al sagrado.
