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La ciudad cerca de Galicia famosa por sus mantecadas, cocido y una impresionante catedral

Escaparate y puerta de entrada a la histórica comarca de la Maragatería, la localidad de Astorga presume de un casco antiguo declarado Bien de Interés Cultural por el que atraviesan la famosa Vía de la Plata y el Camino de Santiago
Vista panorámica de Astorga, León.
Vista panorámica de Astorga, León.
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A escasa distancia de la frontera entre Galicia y Castilla y León se encuentra uno de los destinos turísticos más destacados de la provincia leonesa: la ciudad de Astorga, capital de la Maragatería ―comarca histórica repleta de leyendas, tradición y buena gastronomía― y lugar de paso de la famosa Vía de la Plata y el Camino de Santiago. Lo cierto es que la llamada en el pasado Asturica Augusta puede presumir ahora de tener un casco antiguo que ha sido declarado Bien de Interés Cultural, conocido sobre todo por su impresionante catedral, los monumentos románicos y un callejero empedrado de enorme belleza y singularidad. La oferta culinaria también es otro de los elementos que elevan la fama de este destino leonés, especialmente en el caso de sus mantecadas y el cocido maragato (el único de la región que se toma al revés)

Sea como fuere, Astorga rebosa historia en cada avenida, plaza y rincón de intramuros. El origen de la ciudad se remonta a un campamento romano convertido en asentamiento civil que tomó el nombre de Asturica Augusta en honor al emperador de Roma, César Augusto. Cabe destacar que el nacimiento de esta capital romana del territorio astur coincidió en el tiempo con el comienzo de las explotaciones a gran escala de minas de oro como la de Las Médulas, un desastre natural declarado Patrimonio de la Humanidad.

Por su importancia, esta antigua ciudad bajo el dominio del Imperio Romano se encontraba protegida por una muralla de más de dos kilómetros con muros de hasta cinco metros de grosor, de los cuales todavía se conserva algún fragmento como el acceso de una de las puertas originales, situada junto al Palacio de Gaudí. Además, en lo que respecta también a su historia, desde el siglo IX la localidad leonesa ha estado vinculada de forma estrecha al Camino de Santiago, el cual entra en la ciudad a través de la Puerta del Sol y recorre el grueso del casco urbano hasta la Puerta Obispo, donde continúa su trazado hacia Compostela. 

Qué ver y hacer en Astorga

Vista de la Catedral de Astorga y el Palacio de Gaudí. Foto: Shutterstock

Se narra sobre la ciudad de Astorga que esta fue fundada por César Augusto, saqueada por las tropas árabes de Almanzor y visitada por un Napoleón Bonaparte que convirtió a estas tierras en su particular cuartel general y el foco principal de las Guerras Napoleónicas. No es de extrañar por tanto que en el presente Astorga sea definida como una ciudad pequeña, pero vetusta. Un auténtico libro abierto a la historia que se abre paso en el callejero dibujado entre un ingente patrimonio histórico y cultural.

De entre todos ellos, uno de los mayores tesoros de la capital maragata es la conocida Catedral de Santa María de Astorga, obra de varios siglos y actual sede de la Diócesis. El templo en cuestión conserva su planta original y presenta diferentes estilos arquitectónicos y artísticos (como el gótico, el barroco leonés o el renacentista) que dan sentido a una sorprendente armonía visual. En el interior de la catedral destacan elementos como el retablo mayor de madera policromada, datado del siglo XVI y obra de Gaspar Becerra; el coro de nogal, de estilo flamenco, o las imágenes de la Virgen de la Majestad y la Inmaculada. En el caso del Museo Catedralicio, la colección del espacio presume de piezas tan singulares como la arqueta de San Genadio o el Cádiz de Alonso de Portillo. 

No obstante, la impresionante Catedral de Santa María de Astorga no es la única obra arquitectónica destacada, pues a pocos metros de la misma se localiza otro de los grandes emblemas de la ciudad: el Palacio de Gaudí. El actual Palacio Episcopal fue diseñado por Antoni Gaudí, siendo una de las tres construcciones que este afamado arquitecto realizó fuera de Cataluña. Entre sus muros, el Museo de los Caminos permite a los visitantes acercarse al arte sacro y contemporáneo, así como observar distintas piezas prehistóricas y arqueológicas tanto romanas como medievales.

En lo que respecta a los romanos en Astorga, la ciudad presenta hoy por hoy su propia Ruta Romana, la cual da comienzo en el Museo Romano y continúa haciendo paradas en rincones como el foso, las termas menores y el Aedes Augusti, dedicado a la memoria de César Augusto. Por su parte, los viajeros más golosos no pueden abandonar Astorga sin antes visitar su famoso Museo del Chocolate, instalado en un palacete modernista restaurado que permite un recorrido de lo más completo por la historia de la industria chocolatera local a lo largo del siglo XX

Tesoros culinarios: las mantecadas, la cecina y el cocido

Cocido maragato en una foto de archivo

Más allá de su riqueza histórica, cultural y paisajística, y como en cada rincón de la geografía española, la gastronomía también constituye una parte fundamental dentro de la identidad de la Maragatería y de la propia ciudad de Astorga. Las mantecadas, la cecina o el cocido maragato son tres de las elaboraciones que más fama otorgan a esta localidad leonesa. De hecho, en el último caso la receta presenta una gran particularidad en comparación a otros cocidos de la región: el orden en el que se disfrutan sus elementos y las tres partes del mismo.

Es decir: primero van las carnes (que pueden llegar a ser hasta siete en función de la localidad), le siguen las legumbres con verduras, y para finalizar, la sopa de fideos elaborada con el propio caldo, pues como dice un dicho popular de la comarca: "de sobrar, que sobre la sopa". Lo cierto es que son muchos los lugares que incluyen en su carta este plato típico, si bien a la hora de saborear un auténtico cocido maragato no existe en Astorga lugar que se compare a la Casa Juan Andrés, restaurante emblemático ubicado en Castrillo de los Polvazares. 

Por lo que se refiere a la cecina, la producción y el consumo de este sabroso alimento conforma una de las tradiciones más arraigadas de Astorga. Una receta centenaria que hoy por hoy está considerada un verdadero producto gourmet procedente de la salazón de los cuartos traseros de la vaca. Por su parte, los paladares más dulceros que visiten la capital de la Maragatería sabrán también apreciar la calidad y el sabor de uno de los dulces típicos más famosos de la ciudad: las mantecadas de Astorga, una exquisitez suave y esponjosa resultante de hornear una masa batida compuesta por harina de trigo panificable, huevo de gallina con cáscara o pasteurizado, materia grasa procedente de mantequilla de vaca y, en mayor medida, manteca de cerdo y azúcar en forma de azúcar blanquilla. Sobre sus orígenes cabe recordar que estos, como en el caso de otros muchos dulces, se encuentran vinculados a la religión, pues su elaboración comenzó en el convento de Sancti Spiritus de Astorga

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