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10 puentes de origen romano para cruzar Galicia de norte a sur

Aunque sólo dos de ellos siguen conservando su esencia original, en Galicia hay muchos puentes que fueron levantados por los romanos a su paso por la antigua Gallaecia.
Puente romano de Ourense.
Puente romano de Ourense.
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Son dos los puentes de época romana que se conservan en Galicia casi íntegros, tal como los construyeron los romanos a partir del año 218 a.C., cuando entraron en la Península ávidos de obtener las riquezas naturales que aquí se hallaban. 

Para acceder a la antigua Gallaecia o norte peninsular, los romanos llevaron a cabo diversas obras de ingeniería, entre ellas numerosos puentes de los que hoy se conservan en buen estado el de Bibei en A Pobra de Trives y el do Freixo en Celanova. 

Sin embargo, son muchos los puentes que hoy sobreviven en territorio gallego que tuvieron como origen un puente romano, que fueron restaurados, modificados parcialmente en época medieval y posteriores y que hoy se siguen nombrando como romanos aunque de ello tengan poco más que los cimientos. 

1. Ponte Vella de Ourense

Ponte Vella de Ourense (Foto: turismo.gal)

Con sus cinco metros de ancho, 370 de largo y sus siete arcos, el central de 37 metros de alto (el mayor del Imperio romano), el Puente romano de Ourense, más conocido como Ponte Vella o Ponte Maior, se edificó en tiempos de Trajano y se completó en los de Augusto, aunque de entonces sólo quedan algunas piedras en su base. 

Fue reconstruido en el s. XII por el obispo Lorenzo y de esta obra surgió el actual arco apuntado. Posteriormente sufrió otras remodelaciones, como en el s. XVII y en el XIX. En la actualidad el puente es peatonal y une la ciudad con el llamado Barrio da Ponte, pero llegó a ser uno de los más importantes puntos de paso hacia Santiago de Compostela. 

2. Puente romano de Lugo

Puente romano de Lugo (Foto: turismo.gal)

Formando parte de la Vía XIX que unía la ciudad de Lugo con la antigua Bracara Augusta se encontraba el viejo Puente romano de Lugo, construido en sillería y esquisto con vigas metálicas añadidas recientemente. 

Situado sobre el Miño, el puente mide 104 metros de longitud y 4 metros de anchura y sigue siendo uno de los más utilizados en la ciudad de Lugo. 

3. Puente de Bibei, Pobra de Trives

Puente de Bibei (Foto: turismo.gal)

El de Bibei es el puente romano de Galicia mejor conservado junto con el de Freixo en Celanova. Fue construido en época de Trajano, entre los años 114 y 119 d.C. para dar paso a la Vía Nova que cruzaba el río Bibei. 

Ubicado en una hermosa zona rodeada de vegetación, el Puente de Bibei mide 75 metros de largo por 7 de ancho y tiene grandes arcos apuntados. Para su edificación se usaron materiales y disposición rústica, granito pardusco y sillería horizontal, lo que le ha permitido resistir los achaques del paso del tiempo y las inclemencias climáticas, a lo que también han contribuido sus gruesos pilares de cinco metros de ancho. Con un par de remodelaciones a finales del s. XIX y principios del XX, el Puente de Bibei es una de las grandes obras de ingeniería legadas por los romanos que nos quedan en Galicia.

4. Puente do Freixo, Celanova

Ponte do Freixo (Foto: turismo.gal)

Declarado Monumento Histórico Artístico, el Puente do Freixo se encuentra sobre el río Arnoia, siendo una de las pocas construcciones romanas en Galicia que no ha sufrido modificaciones posteriores. 

Es un gran puente de cuatro arcos cimentado sobre roca maciza, que reúne muchas de las características de la arquitectura romana, entre ellas tener sillares almohadillados, arcos de medio punto y tajamares. El puente mide 57 metros y permitió a los romanos salvar el obstáculo que les suponía el río Arnoia en su camino hacia su campamento en Ourense.

5. Puente romano de A Miserela, A Pobra do Caramiñal

Puente de Miserela (Foto: turismo.gal)

Aunque totalmente reformado en el s. XIV, el Puente de A Miserela se sigue llamando “romano” por haber sido construido sobre uno anterior de la época que formaba parte de la calzada romana que cruzaba el Barbanza desde Boiro hasta Porto do Son. 

Es un puente pequeño pero de gran encanto, ubicado sobre el cauce del río Pedras, hecho en sillería y mampostería, con grandes dovelas y arcos de medio punto y un vano con luz de 5,2 metros. 

6. Puente romano de O Burgo, Culleredo-Cambre

Puente romano de O Burgo (Foto: turismo.gal)

La provincia de A Coruña también tiene algún puente que en su momento fue romano, como el Puente de O Burgo, de origen romano y reformado en el s. XII. Cruza el río Mero uniendo los municipios de Culleredo y Cambre y conserva seis arcos del puente primitivo, cinco en el cauce principal. 

Los arcos fueron restaurados en 1992, contando ahora con once de ellos, todos de medio punto con luces de unos siete metros. 

7. Puente romano de Augapesada, Ames

Ponte de Augapesada (Foto: turismo.gal)

La existencia del Puente de Augapesada está datada desde la segunda mitad del s. XVIII, aunque se cree que se construyó sobre uno de origen romano dada la importancia de la localidad en la época. El puente cruza el río del mismo nombre, también conocido como Rego dos Pasos, consta de un arco de medio punto rebajado y dos aliviaderos, estando su calzada formada por grandes losetas de granito y con parapetos de cantería. 

El entorno es muy bonito: a un lado del puente se halla un molino movido por el agua del mismo río (o regato) que deja una imagen de postal.

8. Puente romano de Baños de Molgas

Puente Baños de Molgas (Foto: turismo.gal)

Construido con alta probabilidad en el s. II, el Puente romano de Baños de Molgas formaba parte de las vías secundarias de la Vía Nova XVIII, que cruzaba la localidad. Esta vía fue mandada construir por el emperador Tito Flavio en el s. I d.C. y se cree que Baños de Molgas era entonces un punto de encuentro para los distintos destinos del Imperio Romano. 

El puente tiene un único arco con 10,76 metros de luz con bóveda abocinada, y de época romana se aprecia el almohadillado. Como casi todos los puentes de esta lista, también sufrió reformas, en el s. XIV y en el s. XX. 

9. Puente romano de Barxa, A Pobra do Brollón

Puente de Barxa (Foto: turismo.gal)

También conocido como Ponte do Lor por cruzar el río de idéntico nombre, el Puente de Barxa fue objeto de muchas reformas y actualmente lo que se conserva pertenece al s. XVI. Sin embargo, la parte correspondiente a la calzada sigue siendo romana, por la que transcurre el Camino de Invierno que entra en A Pobra do Brollón en este punto. 

Hecho en piedra, tiene dos pilares, un arco y dos medios arcos, el central de medio punto. Por aquí pasaba la vía romana secundaria procedente de Belesar que pasaba por Monforte y enlazaba con Quiroga y Montefurado y además de la zona de calzada romana también se aprecian restos del Camino Real. 

10. Puente romano de Duarría, Castro de Rei

Puente romano de Duarría (Foto: turismo.gal)

El último puente de esta selección se ubica en las proximidades del Castro de Duarría, en cuyo entorno aparecieron numerosos restos romanos, por lo que se cree que el puente actual fue construido sobre la base de uno de época romana. 

Cruzando el río Vello, el Puente de Duarría tiene un arco de medio punto y calzada empedrada, rodeado de vegetación autóctona que le confiere un aire bucólico a pesar de las restauraciones realizadas en los últimos años. 

Emma Sexto

https://unmundoinfinito.com/

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