El recinto de más de tres hectáreas está ubicado en una pequeña aldea de Chantada (Lugo) y todas las atracciones se hicieron en menos de un día a raíz del tronco y la madera de un carballo centenario derribado por el viento
El verdor del entorno coincide con el cromático topónimo de esta pequeña parroquia de Coristanco en la que se ubica uno de los refugios naturales más entrañables de toda la provincia. Visitamos con entusiasmo este edén gallego tan próximo a Carballo, la capital comarcal de Bergantiños.