Toni, mecánico, dirige el autotaller Antonio Viñes Simón

Toni, mecánico, dirige el autotaller Antonio Viñes Simón

Sociedad

Toni, autónomo y dueño de un taller, relata su dura situación: "He tenido dos hijas y la baja por paternidad han sido dos días"

Entre permisos, deudas y jornadas interminables, Toni lucha por su taller mientras su profesión le roba tiempo con su familia.

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Las claves

Toni, dueño de un taller en L'Hospitalet de Llobregat, relata las dificultades que enfrenta como autónomo en el sector del motor.

Invirtió 200.000 euros para abrir su taller y denuncia la falta de ayudas y el exceso de trabas administrativas.

Su vida personal se ha visto afectada por el trabajo, lamentando solo haber podido disfrutar de dos días de baja por paternidad tras el nacimiento de sus hijas.

Toni expresa escepticismo sobre el futuro de los talleres con la llegada del coche eléctrico y defiende la convivencia de tecnologías tradicionales.

En L'Hospitalet de Llobregat, el aroma a aceite y el rugido constante de los motores marcan el día a día de Toni en el autotaller Antonio Viñes Simón.

Los coches han formado parte de su vida desde siempre, una tradición que viene directamente de su padre. "Desde siempre mi padre había tenido talleres, entonces, dijo: 'Como no estudias, vamos a abrir un taller'", recuerda en el canal de Eric Ponce.

No fue fácil poner en marcha su propio negocio, pero Toni creyó en su sueño y se lanzó con decisión: "Invertí 200.000 euros en abrir el taller".

Un camino complicado

A esa inversión inicial, se sumaron los interminables gastos y permisos que exige el sector. "Comprar la cabina de pintura, el compresor, el permiso de agua, de luz…", enumera.

Pero lo que más le molesta, como a muchos autónomos, es la falta de apoyo institucional: "No he tenido ayudas, todo son trabas y trabas".

A su vez, el sacrificio personal ha sido enorme. "Tengo a mi mujer de ahora frita, a mis ex fritas, paso más tiempo en el taller que en casa", confiesa con una sonrisa amarga.

Pero la emoción lo desborda cuando habla de sus hijas. En un intento por mantener la compostura, Toni se rompe: "He tenido dos hijas y la baja de paternidad han sido 2 días".

Con la voz entrecortada, reconoce: "La verdad es que me arrepiento de eso, de hacer tantas horas y no estar con la familia".

Tras una breve pausa, se seca las lágrimas y concluye: "Pero bueno, así es la vida… Y eso, a currar, currar y currar”.

A las dificultades económicas, se suma el reto de mantener una plantilla completa. "No puedes contratar un chaval hoy en día, te supone 3.000 euros al mes", lamenta.

Con los márgenes cada vez más ajustados, contratar personal cualificado se convierte casi en una utopía. "Tienes que reparar muchos coches para pagar un chaval", añade.

El futuro tampoco se presenta halagüeño para quienes viven del motor. Toni desconfía de la transición hacia la movilidad eléctrica.

"No es el futuro esto de los coches eléctricos, no hay capacidad para cargar tanto coche, es imposible", afirma.

En su opinión, el camino está en una convivencia tecnológica: "Vamos a seguir como estamos, coches híbridos, gasolina, y arreando".

Con estas declaraciones, Toni confirma una realidad desconocida para muchos: los talleres, uno de los negocios predominantes en nuestro país, guardan historias de superación y sacrificio que, en muchas ocasiones, condicionan vidas enteras.