Los 15 castillos de la provincia de A Coruña que tienes que visitar
Castillos, fortalezas, murallas, torres o simplemente los restos arqueológicos de aquellos que en su día fueron gigantes de piedra y que en sus respectivas épocas eran el principal símbolo de riqueza y poder. En la actualidad, estos majestuosos castillos conforman el testimonio vivo de un patrimonio histórico y cultural que en Galicia resulta interminable. Lo cierto es que tan sólo en la provincia de A Coruña podemos encontrar una buena muestra de estas antiguas fortificaciones ―una de ellas incluso declarada Patrimonio de la Humanidad y muchas otras Bienes de Interés Cultural―, desde el Castillo de San Antón en la ciudad A Coruña hasta la fortaleza de San Carlos en la localidad Fisterra, os proponemos un recorrido por 15 de los castillos más importantes que se conservan en la provincia coruñesa.
Castillo de San Antón (A Coruña)
Enmarcado en la bocana de la bahía de A Coruña, el Castillo de San Antón hunde sus raíces en el siglo XVI y conforma a día de hoy un importante espacio museístico de objetos de arqueología en la ciudad herculina. En su día, la fortaleza en cuestión formó parte de un sistema defensivo para la defensa de la ciudad de A Coruña en el que se incluían asimismo los castillos de Santa Cruz y San Diego. En épocas posteriores, el edificio también funcionó como prisión y más tarde como lazareto para aislar a los marineros que arribaban a puerto afectados por alguna enfermedad infecciosa. El Castillo de San Antón fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1949 y desde 1994 también ostenta el título de Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Castillo de San Felipe (Ferrol)
El Castillo de San Felipe es una antigua fortaleza defensiva de la ría de Ferrol ―junto con el Castillo de La Palma y el de San Martín― cuyo origen se encuentra en el siglo XVI. Lo cierto es que la construcción fue erigida en 1589 por iniciativa del Rey Felipe II, si bien experimentó algunos cambios posteriores hasta bien entrado el siglo XVIII. Cabe destacar que esta joya de la arquitectura fortificada fue declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco y se ha convertido en uno de los emblemas turísticos más importantes de la ciudad ferrolana.
Castillo de Moeche
El castillo ferrolano de Moeche fue levantando en el siglo XV sobre el posible asentamiento de un antiguo castro. Esta fortaleza medieval perteneció al importante linaje de los Andrade, el cual también poseía la titularidad de la torre de Vialbao o el castillo de Pontedeume. Cabe destacar que esta fortificación tuvo que ser reconstruida a finales del siglo XV a consecuencias de las Revueltas Rrmandiñas. El Castillo de Moeche mantiene un aspecto arquitectónico ligado a su carácter más defensivo, con un pequeño foso rodeando la estructura y una planta poligonal que se encuentra dividida en hasta siete estancias. Como curiosidad, cada año se celebra un festival en el castillo en el que se conmemora el levantamiento popular irmandiño donde los asistentes recrean el asalto al castillo.
Castillo de Santa Cruz (Oleiros)
Por su belleza natural, paisajística y arquitectónica, el Castillo de Santa Cruz de Oleiros conforma una de las fortificaciones más emblemáticas y reconocidas de toda Galicia. Este singular castillo se emplaza en una pequeña isla situada en el margen derecho de la ría do Burgo y su historia empezó a escribirse en el año 1594 ―si bien su construcción se demoró hasta bien entrada el siglo XVII― con el objetivo de defender la ría de A Coruña de los ataques invasores por mar, como las incursiones del temido Francis Drake. Cuando perdió su carácter defensivo, la propiedad pasó por manos de diferentes familias nobles que establecieron allí su residencia, entre ellos José Quiroga, esposo de Emilia Pardo Bazán. A día de hoy, el castillo de Santa Cruz de Oleiros es sede del Centro de extensión Universitaria e divulgación científica de Galicia (CEIDA).
Castillo de Andrade o de Nogueirosa (Pontedeume)
Conocido como Castillo de los Andrade o de Nogueirosa, este antiguo castillo medieval se encuentra situado en el corazón del municipio de Pontedeume, sobre una ladera a más de 300 metros de altitud en el monte de Pena Laboreira. Es importante resaltar que la fortificación coruñesa adquirió la etiqueta de Bien de Interés Cultural ya en el año 1994 dentro del catálogo de Monumentos del Patrimonio Histórico de España. Según los datos recopilados sobre esta fortaleza, se sabe que el castillo fue construido sobre una antigua estructura del siglo XII o XII, sobre unos terrenos que pertenecían a los monjes de Sobrado. Una de las reformas más importantes se produjo en el siglo XIX por mandato del Duque de Alba, propietario por aquel entonces del castillo de los Andrade.
Castillo de La Palma (Murgados)
En los límites del municipio de Murgados, el Castillo de La Palma constituye otra de las grandes fortalezas defensivas del sistema instaurado en la ría de Ferrol durante el siglo XVI. Con unas vistas privilegiadas al mar y la ensenada, el castillo fue erigido en el siglo XVI para convertirse en uno de los puestos de vigilancia más importantes de esta zona. No sería hasta mediados del siglo XVIII que el Castillo de La Palma se convertiría en la fortificación defensiva de referencia tras experimentar una notable transformación en su aspecto. Con todo, la figura que luce en la actualidad la estructura coruñesa se debe a una reconstrucción de finales del siglo XX.
Castillo de la Concepción (Cedeira)
Este emblemático fuerte coruñés fue levantado en el siglo XVIII con el objetivo de defender la bocana de la ría de Cedeira. Conocido como Castillo de la Concepción, fortaleza de San Antonio o incluso Batería de Sarrida, el complejo es en la actualidad uno de los grandes atractivos turísticos de la localidad. El castillo se sitúa sobre el puerto pesquero, con una ubicación privilegiada para ver el grueso de la ría y los entornos terrestres más próximos. En la actualidad el espacio alberga en su interior un Centro de Interpretación sobre el propio castillo como el antiguo Castro Sarridal.
A Torre de Celas de Peiro (Culleredo)
La Torre de Celas de Peiro conforma el último vestigio que se conserva en pie de la antigua Fortaleza de Vinseira, en el municipio de Culleredo. Esta construcción defensiva fue declarada en 1994 Bien de Interés Cultural, siendo el único monumento de la localidad en alcanzar dicha distinción hasta la fecha. La antigua fortificación se emplaza en un rincón privilegiado, rodeada por los valles de Veiga y el Monte Xalo. Si bien se desconoce el origen exacto de su construcción, se estima que la estructura pudo ser levantada en el siglo XIV. Cabe destacar que anexa a la torre existió un pazo cuya titularidad fue fluctuando entre distintos nobles de la zona. La Torre de Celas llegó a albergar en su interior un museo etnográfico, si bien en la actualidad hace ya un tiempo que cerró sus puertas.
Castillo de Narahío (San Sadurniño)
El Castillo de Narahío se encuentra situado sobre un peñasco desde el que se puede observar el paso del río Castro, en la localidad de San Sadurniño y dentro del espacio natural de Xuvia-O Castro. Lo cierto es que las ruinas de esta fortaleza abandona en el siglo XVII tienen mucha historia por contar, ya que sirvió de puesto de vigilancia y espacio defensivo durante su época. Gracias a diversas referencias históricas, se sabe que el origen de este castillo coruñés se sitúa en el siglo XIV, una época donde las grandes familias feudales de Galicia tuvieron un poder desorbitado sobre los habitantes de sus señoríos. Pese a todo, esta antigua construcción de estilo normando se encuentra en la actualidad sobreviviendo a duras penas en un estado de ruinas absoluto.
Castillo da Rocha Forte (Santiago de Compostela)
El antiguo castillo-fortaleza medieval de Rocha Forte se encuentra situado en las proximidades de Santiago de Compostela y se trata de uno de los castillos medievales más emblemáticos de la mitra compostelana. Su existencia queda constatada en un periodo de ocupación que va desde el año 1240 hasta el 1467 aproximadamente, momento en el que fue destruido durante las revueltas irmandiñas para nunca más ser reconstruido. Lo cierto es que en el pasado, el Castillo de Rocha Forte fue sin lugar a dudas uno de los mayores exponentes de la opresión feudal de la época sobre los habitantes de las tierras pertenecientes a este señorío.
Torres de Mens (Malpica de Bergantiños)
La relevancia de Malpica en el territorio de Bergantiños a lo largo del tiempo queda demostrada con la figura de la majestuosa fortaleza de las Torres de Mens, situada en la parroquia malpicana de la que toman el nombre. Este castillo gallego fue construido en el siglo XV por Lope Sánchez de Moscoso tras las revueltas irmandiñas y sobre una fortaleza anterior que a su vez se situaba sobre un antiguo castro. En la actualidad la propiedad del castillo se encuentra en manos de Agustín Ordóñez, el cual decidió rehabilitar las torres en 1988 y encargó dicha tarea al reconocido arquitecto Manuel Gallego. De hecho, la construcción recibió en 1993 el premio que entrega Europa Nostra a los monumentos salvados de la ruina.
Castillo de Vimianzo
Conocido también como Torres de Martelo, el Castillo de Vimianzo fue erigido entre finales del siglo XII y principios del XIII por los Mariño de Lobeira, uno de los linajes más importantes que existieron en Galicia. Cabe destacar que de esta primitiva fortaleza tan sólo quedan los restos de lo que pudo ser una torre del homenaje, que en la actualidad acoge el actual patio de armas. En el siglo XV la propiedad pasó a manos de los Moscoso, aunque no estuvo exento de disputas por su titularidad por parte del Arzobispo de Santiago. Otro hecho relevante en la historia del castillo es que durante las Guerras Irmandiñas la población tomó la fortaleza como protesta ante las opresiones de los señores feudales de la época. Con todo, hoy en día el Castillo de Vimianzo acoge un interesante museo de Artesanía así como un Centro de Interpretación de A Costa da Morte.
Castillo de las Torres de Altamira (Brión)
El municipio coruñés de Brión también cuenta con su propia fortaleza medieval: el Castillo de las Torres de Altamira, enmarcado en la aldea de la Torre se trata de uno de los vestigios más importantes y significativos del municipio. Las Torres de Altamira que se conservan en la actualidad son las ruinas de un castillo que jugó un destacado papel durante la Edad Media, ya que perteneció a una de las familias más poderosas de Galicia, los Moscoso. Los restos del castillo fueron declarados Bien de Interés Cultural y hoy en día la construcción es propiedad de la Diputación Provincial de A Coruña.
Castillo del Príncipe (Cee)
El Castillo del Príncipe empezó su construcción allá por el año 1740, situado en la actualidad en la parroquia de Santiago de Ameixenda, en Cee. La fortaleza empezó a ser erigida a la par que la vecina edificación do Cardeal, enmarcada en la otra orilla de la ría de Corcubión. De hecho, ambas fortalezas se encargaron de defender la ría de Corcubión de las posibles invasiones por mar. Ya en el siglo XIX la fortaleza quedó abandonada y fue habitada en épocas posteriores por unos moradores que dejaron su particular huella arquitectónica de vanguardia en zonas como el mirador modernista, el cual cuenta con una escalera de caracola que da acceso a una balconada. En el año 1994, el Castillo del Príncipie fue declarado Bien de Interés Cultural, convirtiéndose en un importante elemento dentro del patrimonio gallego.
Castillo de San Carlos (Fisterra)
Con la mirada puesta en el océano Atlántico, el Castillo de San Carlos se alza majestuoso en este rincón del fin del mundo desde mediados del siglo XVIII. La emblemática construcción se encuentra asentada sobre un terreno rocoso y en su día también formó parte del plan defensivo de la ría de Corcubión, junto con las fortalezas del Príncipe en Cee y la de Cardenal en Corcubión. Con todo, el Castillo de San Carlos no estuvo completamente terminado hasta 10 años más tarde de su primera ejecución. La fortaleza también sufrió un devastador incendio durante el asalto francés a Fisterra durante la Guerra de la Independencia, por lo que tuvo que ser reformada la nave central y recientemente también experimentó una restauración completa.
