Image: Imanol Uribe presenta “Plenilunio” en el certamen

Image: Imanol Uribe presenta “Plenilunio” en el certamen

Cine

Imanol Uribe presenta “Plenilunio” en el certamen

“No sé si volveré a hablar de ETA en mis películas”

20 septiembre, 2000 02:00

49 FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

Dos veces ganador de la Concha de Oro, Imanol Uribe vuelve a San Sebastián -aunque fuera de concurso- con su último trabajo: Plenilunio. Basado en el bestseller de Muñoz Molina, con guión de Elvira Lindo, el cineasta vasco cuenta a EL CULTURAL los pormenores de un rodaje en el que han intervenido Miguel ángel Solá, Adriana Ozores y Juan Diego Botto.

De un cineasta que dice sin que se le enturbie la mirada: "Si me quitan mi escasa filmografía no tendría sentido mi vida", podemos esperarlo todo. Tanto los espectadores comunes como los más exigentes han podido comprobar que en esa escasa filmografía de la que habla -diez películas en veinte años-, Imanol Uribe ha compuesto una trayectoria cinematográfica absolutamente coherente, de la que no resulta complicado rescatar momentos de enorme talento. Así lo reconoció el jurado del Festival de San Sebastián en dos ocasiones, otorgándole sendas Conchas de Oro por Días Contados (1994) y Bwana (1996). En esta edición, el director de procedencia vasca presenta su último trabajo, Plenilunio (que se estrena el 29 de septiembre) con el que vuelve a demostrar su interés por el cine negro y las adaptaciones literarias (como ya hiciera en Adiós, pequeña, Días contados y Extraños).

-Con esta película confirma su interés por el género policíaco, ¿cree que seguirá en esta línea?
- Creo básicamente que el cine policíaco es un buen vehículo para contar historias. De todos modos, yo no calificaría esta película como un thriller, a pesar de que hay un inspector de Policía, un asesino y una investigación. En realidad es un mero formalismo, porque no existe una verdadera intriga. El asesino desde el principio sabemos quién es, al igual que en la novela, y he cuidado mucho que no haya sorpresas.
Como ya hiciera con otros textos literarios, Imanol Uribe recibió hace dos años el encargo de llevar a las pantallas el best-seller homónimo de Antonio Muñoz Molina. "Pocas veces había tropezado con un texto que tuviera personajes tan complejos, así que creo que eso fue el motor de todo", explica Uribe. De elaborar el guión, sin embargo, se encargó Elvira Lindo, pareja del autor de El invierno en Lisboa.

-En la primera conversación que tuve con Muñoz Molina, tuvimos la idea de que Elvira escribiera el guión. Ella, además de estar muy cerca de Antonio, conoce la novela a la perfección, y su labor como guionista es admirable. Así que me pareció una idea muy razonable. Creo que ha hecho un trabajo magnífico, sobre todo en la construcción de personajes, si tenemos en cuenta que en la novela no hay prácticamente diálogos.
-Su filme Extraños era una adaptación de La soledad era esto. Sin embargo, el autor, Juan José Millás, no estuvo conforme con ella y decidió no aparecer en los títulos. ¿Cómo ha sido la colaboración de Muñoz Molina en Plenilunio?

-La verdad es que siempre le he tenido muy cerca en el desarrollo de la película, desde el guión hasta el final. Incluso hace una pequeña aparición. Fue el primero que la vio y creo que se quedó a gusto con la historia. La película se mueve en los mismos territorios que la novela; y creo que en ese sentido es muy fiel al texto original.

-Como tiene acostumbrado, ha vuelto a tratar un tema polémico y candente en nuestra sociedad: en este caso la pederastia. ¿Cómo cree que será la reacción del público?
-Bueno... el tema no da para muchas alegrías, es algo que está en la calle pero que no podemos ignorar. Ahora, con los casos del Reino Unido y el reciente caso de Mijas, la película se va a estrenar en un contexto que no tenía previsto, sobre todo para un tema tan complejo y terrible como éste. Creo que en ningún momento hemos abandonado el rigor, y una de las complejidades del rodaje ha sido precisamente ésa.

Curiosidad por las raíces

-¿Se refiere a la participación de la niña Noelia Ortega, una de las víctimas del pederasta, interpretado por Juan Diego Botto?
-Noelia nunca había trabajado en cine. Después de un largo proceso de cásting vi clarísimamente que tenía que ser ella quien interpretara a Paula. Es una niña muy lista y dócil, a quien se le puede augurar un excelente futuro como actriz. Para ella el rodaje ha sido muy duro, sobre todo en las escenas que rodó desnuda en el río durante unos de los inviernos más duros que se recuerda en Palencia.

-En este filme, de nuevo, incluye referencias a ETA, aunque de forma más sesgada que en otros trabajos suyos como El proceso de Burgos o Días contados. ¿Su obesión por tratar el tema de ETA, presente en la mitad de sus películas, también se debe a que es "algo que está en la calle"?
-Como sabrás, las referencias al terrorismo en el filme también estaban presentes en la novela, así que no es algo que haya salido de mí.

-Sin embargo, tampoco ha querido evitarlo...
-No tendría sentido. Todo el mundo sabe el tipo de cine que hago y mi preocupación por el terrorismo. Es un tema tan complejo e increíble, con tanto peso en la sociedad, que no encuentro motivos para evitarlo. El cine debe abarcar todos los aspectos de la realidad, y en él también es necesario hablar de temas tan dolorosos como es el terrorismo.

»En mis primeras películas (El proceso de Burgos, La muerte de Mikel, La fuga de Segovia), mi interés por ETA partió de una curiosidad. Yo soy de familia vasca, pero nací en Centroamérica, y no había vivido nunca en Euskadi, así que cuando me planteé hacer cine "político" no fue porque conociera el tema de primera mano, simplemente sentía, y todavía siento, mucha curiosidad por el asunto, por investigar mis raíces. En cualquier caso, no sé si volveré a hablar de ETA en mis próximas películas.

Calibrar intereses

-Sin embargo, también ha hecho comedia (El rey pasmado), demostrando que usted no es de esos directores que convierte el cine en un espejo de las obsesiones personales...
-Creo que no tiene sentido hacer una película para uno mismo. Es un trabajo tan largo e intenso, en el que intervienen tantas personas que no sería justo utilizarlo como vía para fantasmas individuales. El cine tiene que trascender. El aspecto más difíicil cuando se plantea un proyecto es unir dos motivaciones: calibrar tus propios intereses y los del público.

-En este sentido, ¿de qué cineastas todavía aprende lecciones?
-Nunca he sido muy fanático respecto a cineastas o muy dogmático respecto a géneros. En la época que pasé por la Escuela de Cine (principios de los setenta), que es un momento muy decisivo para absorber influencias, lo que más me interesó fue el clásico americano: John Ford, Howard Hawks, Raoul Walsh... Pero luego todos me han influido. Siempre me atrajo la polivalencia de Stanley Kubrick, que tocó prácticamente todos los géneros. Yo tampoco soy de esos directores que siempre hacen la misma película... me gusta cambiar de registros. En este sentido, Kubrick me parece el máximo exponente.