Poco hay que decir sobre está receta, conocida por muchos como “almóndigas”, en lugar de albóndigas. Tengo que reconocer que me encanta decir almóndigas, no sé por qué, pero me gusta mucho. Os voy a dar un gran consejo, y es que os arméis con una buena barra de pan si vais a preparar esta receta, porque mojar la salsa después es uno de esos placeres que simplemente no os podéis perder. Y dicho esto, vamos con la receta.

Preparación

Lo primero que haremos será preparar la masa para las albóndigas (o almóndigas, si preferís). Para ello juntamos en un bol la carne picada, algo menos de media cebolla picada muy fina, un puñado de pan rallado, 1 ajo triturado o cortado en cachitos muy pequeños, 1 huevo y un poco de sal y pimienta. Lo tapamos con un poco de papel film o albal y lo dejamos en el frigorífico mientras seguimos con el proceso.

Ahora empezamos a preparar la base de la salsa. Para ello ponemos en una cazuela (será la misma donde haremos todo, así que calcula para que luego quepan las albóndigas) un poco de aceite y añadimos media cebolla en cuadraditos. Le puedes poner medio pimiento rojo y medio verde si te apetece, le dará algo de sabor, así que hazlo sólo si te gusta, ya que no es ni mucho menos necesario. Lo dejaremos unos 10 minutos a fuego bajo (3/10), para que se poche y quede bien blandito. Antes de taparlo le añadiremos un poco de sal y pimienta.

Mientras se hace la salsa nos pondremos a darle forma a las albóndigas. Para ello cogemos pedazos de la masa con la mano y la moldeamos como cuando jugábamos con plastilina, haciendo que quede bien compacto. Cuando tengamos todas las bolas hechas las tenemos que pasar por un poco de pan rallado. Un buen truco es poner el pan rallado en el fondo de un bol, de modo que metemos las albóndigas ahí y agitándolo un poco quedarán cubiertas, pero no te pases, que quede una capa fina como en las fotografías de abajo.

Ahora la base de la salsa ya estará lista, y simplemente tenemos que añadir el tomate y una pizca de sal, para contrarrestar la acidez. En lugar de usar un tomate preparado te puedes pasar por nuestra receta de tomate casero y hacer una deliciosa salsa para acompañar las albóndigas, te quedará de lujo

Ahora tenemos que dejar la cazuela destapada al fuego 5/10, para que se evapore el agua y reducir la salsa, de modo que vaya espesando. Esto es cuestión de gustos, para albóndigas a mi me gusta bastante espesa, pero tendrás que ir controlando y parar el fuego cuando esté en el punto que más te guste. Mientras la salsa espesa, en una sartén a parte (yo lo he hecho en un wok) con bastante aceite y al fuego 6-7/10 pasamos las albóndigas hasta que queden doraditas por fuera. Si se doran muy rápido tenemos que reducir el fuego para que se hagan bien por dentro.

Una vez las albóndigas estén hechas y la salsa reducida, juntamos todo en la cazuela y removemos. Ya están listas para servir y disfrutar, y no olvides mojar con pan al final.

Tiempo: 30 minutos

Dificultad: 3/5

Digestión: 3/5

Precio: 5€ (para 4 personas)

Noticias relacionadas