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La de estos rollitos de manzana, salmón y queso es más una receta de ensamblaje que de cocina propiamente dicha. No hay que encender el fuego, solo hay que cortar, colocar los ingredientes en el orden adecuado y enrollar. ¿El resultado? Un aperitivo para comer con las manos que no deja a nadie indiferente.

Crujientes al morderlos, pero muy cremosos por dentro. Dulces al primer mordisco, pero también ácidos, ligeramente salados, ligerísimamente picantes y con el irresistible toque ahumado del salmón. Un festival de sabores en la lengua que hace que después de ese primer bocado ya no quieras parar.

El salmón y la manzana siempre han sido una pareja muy bien avenida, lo mismo que el salmón y la crema de queso para untar, por lo que, en este caso, tres no son multitud, sino todo lo contrario, son una historia de poliamor entre ingredientes que acaba por seducir hasta al más escéptico.

La única 'complejidad' puede surgir a la hora de laminar la manzana, pero desaparece con suma facilidad si se dispone de un laminador de vegetales. Si no es el caso, un pelador de verduras y algo de maña nos permitirán hacer nuestras láminas con buenos resultados. Otra opción, si queremos hacerlo más fácil es cortar la manzana en rodajas muy finas y hacer una especie de tacos en vez de rollitos. En este caso, la manzana haría las funciones de la tortilla mexicana.

Por último, una cosa importante, como la manzana tiende a oscurecerse en contacto con el aire, se trata de una receta que debemos preparar en el momento en el que vayamos a comerla. Si necesitamos ganar algo de tiempo, lo que podemos hacer es pincelar la parte exterior de la lámina de manzana con zumo de naranja -el ácido ascórbico de ésta ralentizará la oxidación- y asegurarnos de que la interior queda totalmente cubierta por una capa de queso que impida el contacto con el aire.

Cómo hacer rollitos de manzana, salmón y queso

Ingredientes

  • Manzana roja grande, 1 ud
  • Salmón ahumado, 80 g
  • Crema de queso para untar
  • Pimienta roja
  • Cebollino fresco

Paso 1

Lo primero que haremos será lavar bien la manzana, pues vamos a consumir parte de la piel, y laminarla con un laminador de verduras, con un pelador y un poco de maña o con un cuchillo bien afilado y mucho cuidado.

Podría pelarse la manzana completamente antes de laminarla, pero no es algo imprescindible. Lo que sí haremos es desechar la primera parte de la lámina que es todo piel.

Paso 2

Cortamos nuestra lámina de manzana en trozos de unos 10-12 cm de largo, la untamos con una capa de crema de queso, sazonamos con un poco de pimienta roja recién molida, colocamos una tira de salmón ahumado y enrollamos.

Es importante que la crema de queso llegue hasta los bordes cortos porque será lo que nos haga de «pegamento» para que el rollito se mantenga cerrado.

Paso 3

Vamos colocando los rollitos en una fuente y, cuando estén todos, espolvoreamos con algo más de pimienta roja recién molida y un poco de cebollino fresco picado.

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