Un plato de gachas manchegas que son algo distintas a las gachasmigas
El plato que reúne a un pueblo de Murcia para desayunar cada 7 de diciembre: lo preparan más de 300 voluntarios
Es una tradición de las fiestas en honor a la Purísima. Para reponer fuerzas en la madrugada del 7 de diciembre antes de la bajada de la virgen al pueblo.
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No son pocas las tradiciones gastronómicas españolas que están ligadas a una celebración religiosa. Las torrijas en Semana Santa, el turrón en Navidad o los canelones por San Esteban son algunas de las más conocidas, pero también hay otras, como la de este pueblo del que os hablaremos hoy, que lo son mucho menos y son realmente curiosas.
Hay que irse hasta Yecla, una ciudad de la Región de Murcia conocida por su producción vitivinícola, su gastronomía y su patrimonio cultural.
Gran parte de su fama como destino gastronómico le viene por pertenecer a la denominación de origen D.O. Yecla, reconocida por la calidad de sus vinos, especialmente los elaborados con la variedad de uva Monastrell. Estos vinos tintos y rosados son muy apreciados tanto a nivel nacional como internacional.
Las gachasmigas de Yecla
Entre sus tradiciones culinarias, hay una receta que tiene todo el protagonismo en las fiestas de la Virgen, las gachasmigas, un plato a medio camino entre las gachas manchegas y las migas de harina que se hacen en Almería.
Las gachasmigas yeclanas no son ni tan blandas como las primeras ni tan sueltas como las segundas, sino que tienen un aspecto similar al de una tortilla con una costra dorada y crujiente.
Las gachasmigas, tradicionalmente, se comían directamente de la sartén acompañadas de algunos encurtidos, pues la acidez del vinagre es muy adecuada para equilibrar la grasa que llevan. También se pueden degustar acompañadas de embutidos frescos cocinados en la lumbre.
Aunque las gachasmigas pueden consumirse en cualquier momento del día, los yeclanos las prefieren a la hora del desayuno/almuerzo junto a un vino tinto de la Denominación de Origen Yecla, que realza el sabor del plato.
Es tradición degustarlas durante la Alborada, en la madrugada del 7 de diciembre, antes de la Bajada de la Virgen. Tras la tradicional ceremonia de disparos de arcabuz con "arcas cerradas" en el atrio de la basílica, las gachasmigas se convierten en el alimento perfecto para recuperar energías y continuar con las actividades festivas.
Una fiesta benéfica
Como parte de las actividades que se llevan a cabo durante las fiestas en honor a la Virgen, la Asociación de Mayordomos de la Purísima Concepción de Yecla en colaboración con otras entidades y algunas tiendas locales que aportan los ingredientes, organizan las Gachasmigas Populares a beneficio de las Hermanitas de la Anunciación.
Desde su primera edición en 2014, se ha convertido en un acto multitudinario que congrega a miles de personas en la calle San José, donde más de 300 voluntarios se encargan de remover las más de 200 sartenes que se emplean para cocinar las gachasmigas que desayunarán los asistentes.
La receta para hacerlas en casa
Aunque, sin duda, disfrutar de la fiesta es uno de los alicientes de este plato popular, no hay que irse hasta Yecla para disfrutar de él. Solo hacen falta unos pocos ingredientes y seguir unos pasos muy sencillos para que las gachasmigas yeclanas formen parte de alguno de nuestros menús.
Ingredientes para hacer gachasmigas
- Harina de trigo, 1 kg
- Aceite de oliva virgen extra, 1 vaso
- Cabezas de ajos, 3 ud
- Sal, al gusto
- Agua, cantidad suficiente
Paso 1
Calentamos el aceite de oliva en una sartén amplia. Mientras tanto, realizamos un pequeño corte transversal en cada diente de ajo (sin pelarlos) para evitar que salten al freír.
Paso 2
Sofreímos los dientes de ajo en el aceite caliente, pero sin que hierva, hasta que estén dorados. Lo que buscamos es aromatizar el aceite, por eso hay que tener cuidado de que los ajos no se quemen, pues dejarían un desagradable sabor amargo.
Paso 3
Añadimos la harina a la sartén, poco a poco, mientras removemos constantemente con una cuchara de madera o espátula. Mezclamos bien hasta que toda la harina absorba el aceite y adquiera una textura arenosa uniforme.
Paso 4
Cuando la harina esté frita y ligeramente tostada, incorporamos el agua lentamente mientras seguimos removiendo como si estuviésemos haciendo una bechamel. Hay que hacerlo con cuidado de que no se formen grumos.
Paso 5
Agregamos sal al gusto y continuamos removiendo enérgicamente para integrar todos los ingredientes. Seguimos cocinando la mezcla a fuego medio, sin dejar de batir, hasta que comience a espesar.
Paso 6
Una vez que la gacha tiene una consistencia espesa y manejable, favorecemos su cocción y textura levantándola parcialmente con la espátula y girándola en la sartén para que se dore de manera uniforme.
Paso 7
Cuando la masa haya adquirido un aspecto similar al de una tortilla, con una costra dorada, realizamos un par de giros completos en el aire (opcional) para asegurarnos de que esté bien cocida por ambos lados.
Paso 8
Apartamos las gachas del fuego y las servimos calientes, acompañadas de rebanadas de pan. Como complemento, podemos añadir tocino, longaniza, embutidos variados o incluso algún encurtido para realzar los sabores.