Actualidad gastronómica

Boho Club, el resort de lujo marbellí al que querrás ir por su gastronomía

Lo que fuera un retiro del funcionariado sueco, hoy es uno de los resort más exclusivos de Marbella. Lujo, relax y una propuesta gastronómica a la altura, capitaneada por el chef Diego del Río. 

7 marzo, 2022 17:09

Viajar a Marbella en la provincia de Málaga siempre es un lujo. Y más si la niña bonita de la Costa del Sol te recibe con temperaturas primaverales en pleno invierno. Hoy ponemos rumbo a uno de los hoteles más especiales de la Milla de Oro marbellí, Boho Club, un alojamiento boutique con una interesantísima propuesta gastronómica a la que seguir la pista muy de cerca.

Tan solo 30 habitaciones, un entorno idílico a unos pasos del mar, sencillez, lujo relajado, confort... ¿No es lo que todos soñamos para unas vacaciones? Así se presenta Boho Club, como un coqueto resort en el que todo tiene sentido. Un hotel al que irás por su cocina y al que volverás por su diseño. 

Boho Club, un hotel muy sueco

¿Y si te dijéramos que antaño el espacio que hoy ocupa Boho Club fue un retiro? Durante los años sesenta, encontraron en este lugar, el perfecto espacio para levantar el Centro Forestal Sueco, un espacio para el descanso del funcionariado sueco, donde olvidarse del trabajo en Suecia y recargar pilas, con una disposición muy parecida a la actual.

Pasó el tiempo y el retiro cayó casi en el olvido hasta que hace unos años, todo el complejo fue adquirido por una empresa también sueca, que decidió dar a tan idílico espacio, una nueva vida en forma de hotel boutique de lujo. Para ello contaron con el arquitecto Ismael Mérida, que consiguió unificar todas las edificaciones que se fueron levantando cuando todavía era el Centro Forestal Sueco.

El lavado de cara fue espectacular y ahora es un híbrido a medio camino entre un pueblecito blanco andaluz de estilo boho chic y un espacio donde reinan el diseño, el arte y el paisajismo, que se funden en un todo.

Diego del Río, cuando un gran chef se pone al frente de un hotel

Abrieron sus puertas en diciembre de 2019 y desde aquel primer momento, se apostó por la buena gastronomía como punta de lanza. Para ello, contaron con Diego del Río, uno de los grandes chefs malagueños, que tras estar durante un tiempo al frente de un restaurante gastronómico, se encargaba de toda la propuesta del Boho Club. 

Pero ¿quién es Diego y qué ha conseguido aquí? Su trayectoria ha sido intachable. Tras formarse en Marbella y Francia, en Le Cordon Bleu, pasó por varios restaurantes de París y Londres, para terminar volviendo a su tierra. Estuvo durante ocho años al frente del restaurante El Lago, en los que mantuvo su estrella Michelin, para en 2019 asumir la dirección gastronómica de Boho Club.

¿Cómo fue el cambio de un gastronómico a un hotel? "Todo un reto complicado. Tuve que cambiar el chip completamente y aún así, sigo complicándome a la hora de concebir platos y su montaje", nos cuenta Del Río. Su incorporación al equipo ha sido todo un éxito, porque Diego no es de los chefs que pone el nombre y se desentiende, sino que cada día da el 100 % para que en el tiempo que llevan abiertos, Boho Club se haya convertido en todo un referente. 

Y lo es, tanto para el cliente habitual como para el gastrónomo que va en busca de algo más. "Hemos conseguido lograr un equilibrio, escuchando mucho a los clientes y lo que demandaban", aporta el chef. Lo mejor de Boho es que no es necesario estar alojado para disfrutar de su cocina, porque el restaurante abre al público general. 

La propuesta gastronómica de Diego del Río para Boho Club

¿Cómo se come entonces en Boho Club? La cocina de Diego del Río es honesta y con mucho apego a la tierra, pero sin olvidarse de que está en un hotel, haciendo concesiones a la cocina internacional. Abanderado de la cocina andaluza, cada día recibe el mejor producto, traído de las lonjas cercanas y frutas y verduras de proveedores de confianza.

Con el producto como base, Del Río ha conseguido crear una oferta de platos en los que nada tiene desperdicio. Elegancia, sutileza y sabores sorprendentes, que se pueden disfrutar en un formato de carta y menú degustación (85 euros por persona).

Y lo mejor de todo, es que la oferta cambia ligeramente entre el día y la noche. En horas de comida, el ambiente es más relajado y la cocina, por lo tanto, más sencilla. La carta arranca con opciones como ensaladas, ostras con diferentes aliños, como una con ceviche de mango, lemon grass y lima, unas excelentes croquetas de carabineros y su tartar o unas gambas al pil-pil con salsa de curri rojo.

Para continuar, proponen hacerlo con algún plato de pasta como los espaguetis picantes con vodka o el falso risotto, steak tartar con yema curada al oloroso, mejillones a la amatriciana o platos como el roast beef con alcaparrones, cebolla encurtida y una mayonesa de mostaza verde y trufa. 

Por la noche el ambiente cambia por completo, amenizado por música en directo y sesiones DJ, pero sin descuidar un ápice la propuesta gastronómica. El especial talento de Diego del Río sale a relucir en platos como su sopa de maíz con verduras encurtidas y mojo de aguacate o con la gamba blanca ahumada, procedente de la lonja de Marbella, que se funde en boca con una crema tibia de hinojo, lemon grass y gel de berro.

Soberbio también es su salmonete, que presentado como un sashimi sopleteado, que se acompaña con una sopa de cebolla con el punto picante que aporta la guindilla y crema de queso Payoyo. Una combinación a priori sorprendente, que sale airosa con sabores punzantes. Y también merecen mención unos originales ravioli de calabaza asada con labneh que trae de una quesería malagueña, galleta de Amaretto y trufa. 

Además de carnes clásicas que elaboran a la parrilla, conviene apostar por las que tienen ese puntito más de autor, como la paletilla de chivito lechal de Málaga, tan tierna que se deshace en boca, muy acertadamente acompañada con labneh de La Calaveruela y pepino y un chutney de cebolla. 

Para maridar la cocina de Diego, cuentan con una extensa bodega de referencias de todo el mundo y una carta de coctelería que elaboran en el Boho Bar, con recetas clásicas, como el Negroni o la Paloma y otras de autor.

Descanso, relax y mucho más...

Su gastronomía es la excusa perfecta para visitar Boho Club. Pero no es lo único. Como decíamos al principio, vale la pena pasar unos días en este enclave. Las habitaciones, diseminadas entre la construcción principal y pequeños bungalows, invitan a relajarse y descansar, en un espacio donde no falta de nada, hasta un hilo musical que va cambiando con la hora del día. 

Otro de los puntos importantes de Boho Club, es su apuesta por el arte. En el jardín encontrarás esculturas de Richard Hudson, mientras que los interiores se decoran con fotografías de David La Chapelle o las piezas de Henry Hudson y Claire Tabouret.  

La oferta, de cara al verano, se magnifica todavía más. Cuando vuelve el buen tiempo, abre Bernie's, su restaurante junto a la piscina principal, donde comer platos fáciles como snacks, ensaladas y pastas y finger food. A todo lo anterior se suman clases de yoga y pilates para los huéspedes a diario, pícnics de estilo boho, eventos... Lo que hace que sea perfecto para visitarlo en cualquier época del año. 

¿Lo próximo? Una colección de cuatro bungalows dentro de la propiedad y si se aprueba el plan de urbanismo de Marbella, un hotel aledaño de 200 habitaciones en un terreno cercano. El futuro del Boho Club es cuando menos brillante.