El cocinero Carlos Maestre en un montaje de Cocinillas

El cocinero Carlos Maestre en un montaje de Cocinillas standret iStock /TikTok

Actualidad gastronómica

Carlos, chef en Viena: "Muchos piensan que trabajar fuera de España es un paraíso, pero no te cuentan la letra pequeña"

Un chef español expatriado en Austria desde hace un lustro cuenta su experiencia viviendo el "sueño europeo" que persiguen muchos trabajadores del sector de la hostelería.

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Cada vez son más los cocineros y camareros que deciden salir de España en busca de mejores oportunidades laborales.

La promesa de sueldos más altos, condiciones laborales más estables y una mayor calidad de vida es algo que suena demasiado tentador, especialmente, en sectores tan exigentes como el de la hostelería.

Sin embargo, el testimonio del chef Carlos Maestre, cocinero español afincado en Viena, viene a recordarnos que no todo es tan sencillo como parece.

A través de su cuenta de TikTok, donde acumula miles de seguidores, Carlos ha compartido su experiencia personal para mostrar la otra cara del sueño europeo.

Un salto al vacío con ilusión... y un montón de dudas

Carlos Maestre dejó su vida en España hace cinco años para empezar una nueva etapa profesional en la capital austriaca. Como él mismo cuenta, la decisión de marcharse vino impulsada por el deseo de probar algo distinto, una inquietud que comparten muchos jóvenes.

@chef_maestre Parece que mucha gente piensa que salir de España (en mi caso), para trabajar, es todo un paraíso pero pocos cuentan cuál es la letra pequeña de todo esto! Yo decidí venirme a Viena hace 5 años por qué me surgió la posibilidad de hacer algo nuevo y al principio está claro, todo lo nuevo es mejor que lo que ya conoces pero poco a poco te vas dando cuenta que lo que tenías en casa no es tan malo como tu pensabas.. Esta claro, el horario de aquí es diferente, el sueldo es diferente, muchas cosas son diferentes pero también la forma de ser de la gente y sus costumbres y no siempre encajas como si estuvieras con los tuyos! No le digo a nadie que no salga fuera y pruebe, yo lo hice y he aprendido muchísimas cosas, pero si te vas a ir solo por un buen sueldo, piensa en todo lo que dejas atrás y q pocos cuentan! La semana que viene volveremos con más temas internos de la gastronomía pero esta semana escuché por muchos sitios lo de salir a trabajar al extranjero y quería explicar mi experiencia! #gastronomia #hosteleria #trabajo #costumbres #sueldo #españa #calidad ♬ Rock and Roll Session - Canal Records JP

"Yo decidí venirme a Viena hace cinco años porque me surgió la posibilidad de hacer algo nuevo, y al principio, está claro, todo lo nuevo es mejor que lo que ya conoces", explica en uno de sus últimos vídeos.

Esa sensación de libertad suele ser común entre quienes emigran por primera vez. Nuevos paisajes por descubrir, posibilidad de hacer nuevos amigos y, por supuesto, nuevas oportunidades laborales.

Pero, con el paso del tiempo, las luces comienzan a perder brillo y es entonces cuando la llamada "letra pequeña" empieza a hacerse más y más grande.

Las diferencias culturales, el primer gran escollo

Más allá de las condiciones laborales o el nivel salarial, uno de los retos más difíciles de afrontar en la experiencia de Carlos ha sido la distancia emocional y cultural.

"Está claro, el horario de aquí es diferente, el sueldo es diferente, muchas cosas son diferentes, pero también la forma de ser de la gente y sus costumbres, y no siempre encajas como si estuvieras con los tuyos", confiesa.

Trabajar en un entorno profesional donde el idioma, las formas de comunicación y las dinámicas sociales son distintas puede suponer una carga mental importante.

A esto se suma la falta de redes de apoyo cercanas. Nada más llegar, se echa de menos tener cerca amigos, familia, o incluso un simple gesto de complicidad en el día a día.

Mejores condiciones, sí... pero el precio a pagar también es alto

Carlos no niega que trabajar en Viena le ha ofrecido ventajas que difícilmente habría encontrado en España. Él mismo reconoce que "fuera hay más derechos, mejor horario", pero también advierte que eso no lo es todo.

"Escúchame una cosa, salir de España para trabajar en la hostelería tampoco es tan bonito como os pensáis", reconoce.

Dependiendo de cuál sea el destino, hay que tener en cuenta también el choque climático, un factor que muchos subestiman. "En invierno pareces una cebolla con tantas capas. Las pocas horas de luz, mira, se me ha ido hasta mi moreno castellano", lamenta entre risas.

Otro aspecto que el joven cocinero considera importante es el precio y la calidad de la comida. Explica que los precios son desorbitados "17 euros el kilo de pechuga de pollo. Es que creo que viene bañado en oro", bromea.

A juzgar por sus palabras, algo que parece dolerle a Carlos es la pérdida del vínculo con los productos de nuestra tierra. "La comida y la calidad del producto. Creo que de verdad no valoramos lo que tenemos en casa. La fruta y la verdura española es acojonante".

Y va más allá, "estamos rodeados de mar, que tenemos el mejor pescado y marisco del mundo. ¿Y la ternera, qué? Lo que daba yo ahora por comerme un chuletón de España. Y mi querido cerdo ibérico. Es que los cortes son rarísimos. Encima la carne está más dura que mi cabeza".

Sobre el pescado, su experiencia roza lo absurdo, según cuenta. "El otro día compré un bacalao fresco que creo que llevaba congelado desde los romanos. Fíjate que te lo venden sin las branquias para que no veas el color que tienen."

La necesidad de ser honestos

Uno de los aspectos más relevantes del testimonio de Carlos es su sinceridad. En un contexto donde las redes sociales nos muestran a diario relatos idealizados de influencers sobre la vida en el extranjero, su experiencia mostrada desde una perspectiva más realista resulta muy necesaria.

"Parece que mucha gente piensa que salir de España (en mi caso) para trabajar es todo un paraíso, pero pocos cuentan cuál es la letra pequeña de todo esto", afirma.

Aun así, el de Carlos no es un mensaje derrotista, pues el chef insiste en que su paso por Viena le ha hecho crecer, tanto en lo personal como en lo profesional.

"No le digo a nadie que no salga fuera y pruebe, yo lo hice y he aprendido muchísimas cosas", asegura.

Sin embargo, su advertencia va dirigida a quienes contemplan la emigración solo como un medio para ganar más dinero, "si te vas a ir solo por un buen sueldo, piensa en todo lo que dejas atrás y que pocos cuentan".

Una historia que es la historia de muchos

La historia de Carlos Maestre es, en realidad, la de muchos profesionales de la hostelería que deciden buscar un futuro fuera de España.

Una decisión que implica transitar por todas las emociones, desafíos y renuncias que implica empezar de cero en otro país y que no debe tomarse basándose en falsas expectativas.

Porque, como bien dice el propio chef, "lo que tenías en casa no es tan malo como tú pensabas" y, como decía mi abuelo, tampoco nos podemos confiar en que fuera "aten a los perros con longaniza".