Alejandro, chef de un nuevo restaurante en Zaragoza. E.E.
Alejandro, chef que abre su primer restaurante en Zaragoza: "Llevo 10 años en la hostelería, necesitaba ser mi propio jefe"
El pasado 1 de julio, este joven aragonés abrió Rassmia, en la calle Fueros de Aragón, 22, donde ofrece una cocina de autor.
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Rasmia es ese calificativo del que cualquier aragonés se siente orgulloso. Tener rasmia es tener garra, energía, ímpetu y ganas de comerse el mundo. Una ambición que tiene el propietario de un nuevo restaurante en Zaragoza que cuenta con este adjetivo como nombre. El pasado martes 1 de julio, Alejandro, un joven cocinero, comenzó una nueva etapa en su vida con la apertura de su primer restaurante, Rassmia.
El establecimiento se ubica en la calle Fueros de Aragón, 22, y es un local pequeño, pero acogedor, con una decoración en la que todo tiene sentido. El espacio es para seis personas y el consumidor disfruta del servicio, un menú degustación, desde la propia barra. Esto permite una atención cercana y personal a cada cliente. “El concepto es llevarlo todo a la vez, hacer como una pequeña función de teatro”, detalla el chef.
No obstante, además de la barra, tiene dos mesas por si acude gente más mayor o hay algún grupo más grande.
Así pues, con la apertura de Rassmia, Alejandro ha cumplido un sueño que imaginaba desde hace mucho tiempo: “Llevo ya casi 10 años trabajando en la hostelería, en la alta cocina. He estado en diferentes restaurantes, diferentes cocinas, en Italia un tiempo. Pensaba que ya estaba preparado, necesitaba emprender, ser mi propio jefe”.
Mesitas de Rassmia. E.E.
En este sentido, hay que destacar que, al menos por ahora, Alejandro gestiona todo solo, tanto la cocina como la zona de sala. Una misión complicada, pero que el cocinero soluciona con “organización”.
Menú degustación de 8 pases
Rassmia es un restaurante exclusivamente para comida y cena (de 13.30 a 16.00 y desde las 20.30 hasta las 23.00) y si quieres probar su menú, es obligatorio reservar.
La oferta de Rassmia consiste en un menú degustación de ocho pases por un precio de 35 euros sin bebida incluida.
Empieza con tres snacks: una croqueta de queso azul, un ssam coreano y unos huevos rotos. “Es mi comida favorita, es algo muy sencillo, pero le he querido dar un giro más chulo y he hecho una pequeña tartaleta con unas patatas paja y las yemas curadas. El jamón de Teruel lo presento sobre una vajilla mudéjar”, reseña el cocinero sobre este plato.
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El entrante son unas gambas blancas y sigue con un guiso de pollo, merluza y carrillera, terminando con el dulce.
“A mí me gusta mucho guisar, quería tener la base establecida de guiso y luego decorarlo como en la alta cocina”, añade. El menú es fijo, pero Alejandro asegura que irá cambiando platos cada tres meses más o menos.
Así es el interior del nuevo restaurante. E.E.
Expectativas
Alejandro hace honor a esa garra aragonesa y a esa rasmia necesaria para conseguir los objetivos de la vida y se muestra optimista con su futuro profesional. Eso sí, sabe que todo lleva un proceso. “Este local es pequeñito, me quiero hacer un pequeño nombre, ganar dinero. Con los pies en el suelo, pero soy ambicioso. Es una carrera de muy largo fondo”, explica con tranquilidad.
En definitiva, con pasión, dedicación, persistencia y calidad, Alejandro espera ofrecer una experiencia culinaria única a los zaragozanos y poder demostrar que muchas veces, menos es más.
