Una mesa al Mediterráneo desde Menorca.

Una mesa al Mediterráneo desde Menorca.

Actualidad gastronómica

El nuevo restaurante de Menorca que fusiona raíces catalanas y acento andaluz sobre el acantilado

El atún rojo es el hilo conductor de la nueva propuesta que dirige el chef jerezano Pruden Izquierdo: Mar Plato.

Más información: El restaurante menorquín donde el pescado se cocina como si fuera una hamburguesa smash

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Menorca, es tierra de calas secretas, piedra blanca y atardeceres imposibles, pero también de mesas que se alargan hasta el último de sus rincones y recorren su gastronomía desde los enclaves más codiciados.

El nuevo en hacerlo: Mar Plato, un restaurante que se inspira en la tradición, se apoya en las raíces catalanas y habla con acento andaluz. Situado sobre un impresionante acantilado en la costa de Son Ganxo, este refugio culinario se erige como un balcón privilegiado al Mediterráneo, donde cada bocado parece maridar con la brisa salina y el rumor de las olas.

El artífice de esta propuesta es Pruden Izquierdo, un chef nacido en Jerez que encontró su inspiración definitiva en los fogones de Barcelona, bajo la batuta de nombres como Carles Abellán, Toni Morago y Alberto Alguacil.

El chef Pruden Izquierdo, al frente de Mar Plato.

El chef Pruden Izquierdo, al frente de Mar Plato.

Hoy, junto a su hermano Quique —al frente de la sala— y su socio Santi Cruilles, Izquierdo ha dado forma a un concepto que abraza el mar como hilo conductor y para ello 'navega' a lomos de un atún rojo.

Kilómetro cero con raíces y aletas (de atún rojo)

En Mar Plato, el mar se sirve crudo, asado, braseado o reinventado. Desde una txuleta de atún que se presenta con huevos fritos, ajos laminados y un toque de ponzu, hasta el sorprendente tuétano con atún rojo y grasa de txuleta: cada plato es un manifiesto de sabor, donde tradición y técnica se dan la mano sin artificios.

Crudo de presa de buey menorquina Dry Age, parmesano y piñones.

Crudo de presa de buey menorquina Dry Age, parmesano y piñones.

No falta tampoco un variado de atún, cinco elaboraciones distintas reunidas en un solo plato que celebra la versatilidad de este producto fetiche. Y para quienes buscan frescor puro, el tartar de atún se erige como un bocado honesto, potente y delicado al mismo tiempo.

La despensa menorquina se convierte aquí en la gran aliada de una cocina que respira identidad mediterránea. Verduras locales, pescados de la lonja y productos agrícolas de la isla reivindican la riqueza de un territorio que Izquierdo explora desde la técnica contemporánea, pero sin perder el alma de las recetas de siempre. Es esa dualidad —la herencia catalana y el duende andaluz— la que imprime carácter a cada creación.

Tartar de atún con el Mediterráneo de fondo.

Tartar de atún con el Mediterráneo de fondo.

La experiencia se corona con una bodega extensa y cuidada, ideal para maridar cada momento, y una coctelería de autor que transita entre clásicos bien ejecutados —mojitos, margaritas— y guiños gaditanos como el rebujito de manzanilla de Sanlúcar, una oda a las raíces del chef.

Un refugio entre el cielo y el mar

Para evocar más aun el mar que lo baña, más allá del plato, su interiorismo, de elegancia náutica y líneas fluidas, combina maderas claras, detalles metálicos y una paleta de colores que dialoga con el paisaje. El resultado es un espacio que invita a la calma, donde la experiencia comienza mucho antes de sentarse a la mesa.

Su terraza suspendida sobre el mar regala una panorámica inolvidable: el azul infinito se tiñe de fuego cuando el sol se despide, convirtiendo cada servicio en un espectáculo natural. No es casualidad que muchos ya lo consideren el nuevo hot spot para disfrutar de las mejores puestas de sol de la isla.