Pedro Sánchez con Pedro Piqueras en una entrevista de 2021.

Pedro Sánchez con Pedro Piqueras en una entrevista de 2021. TELECINCO

España

Pedro Sánchez vuelve a Telecinco con Pedro Piqueras: de la pandemia al adelanto electoral

El presidente de Gobierno seguirá su ronda de entrevistas en los informativos del canal de Mediaset esta noche, a partir de las 21 horas. 

6 julio, 2023 15:56

Pedro Sánchez vuelve al plató de Telecinco casi dos años después. La cita de entonces, en 2021, tenía un tinte totalmente diferente. El presidente acudía tras un año de pandemia. Hablaba de la recuperación, de los meses anteriores bajo las restricciones de la COVID-19, de sus reuniones con los socios de Gobierno para sacar adelante algunas leyes: lo normal en medio de una legislatura que desde el principio nacía inestable.

Sánchez ya era, en cualquier caso, un invitado habitual. Al contrario que en otros formatos, el dirigente del PSOE ha ido a menudo a su cita con Pedro Piqueras. Desde 2019, en que tuvo que retrasar la charla a unos minutos debido a la negociación con Unidas Podemos, el líder socialista se ha sentado con asiduidad frente al conductor de este espacio de Telecinco. En esta ocasión lo hará tras dar el pistoletazo de salida de la campaña y a unos días del cara a cara con Feijóo

En algunas de estas entrevistas, Piqueras indagaba sobre las cuarentenas, sobre apertura del ocio nocturno o sobre las famosas colas del hambre. Una de las frases virales de aquellos encuentros, para hacerse a una idea de los derroteros que tenían aquellas entrevistas, fue cuando el presentador le preguntaba sobre si temía "una revuelta social" debido a la situación de vulnerabilidad de muchas familias. 

[Casi dos millones de indecisos dudan entre votar a Sánchez o a Yolanda Díaz, según el CIS]

Haciendo un llamamiento a la empatía "con toda la ciudadanía que lo está pasando mal", el presidente repondía así: "En muchas ocasiones me llama mucho la atención el debate público. Aquí estamos hablando de supuestas dictaduras soviético bolivarianas", respondía, en referencia a los ataques que recibía desde la derecha.

Unas cuestiones que suenan a abismo y que, sin embargo, no dejan de tener un hilo conductor con el presente. La fórmula para acusarle ha mutado, es cierto, pero no demasiado: ahora todas esas palabras que aludían a una geografía lejana se ha resumido en un concepto: el 'sanchismo'.

'Sanchismo' y otras líneas discursivas

Y ese concepto es el que saca a colación Pedro Sánchez en cada oportunidad que tiene para defenderse. Dice que ese término, procedente de la "derecha mediática" y adoptado por la oposición, es una "burbuja" que se hincha a base de "maldad, mentiras y manipulación". Desde las bancadas opuestas del hemiciclo, de hecho, abogan por derogarlo como si fuera un movimiento corrosivo.

De ahí que ese sea uno de los temas en los que más se enfrasca el presidente de Gobierno. Pedro Sánchez -que ya ha pasado por el sillón de Jordi Évole, Pablo Motos o Ana Rosa Quintana, varias cabeceras de periódicos, programas de radio y que incluso se paseará por el podcast 'La pija y la quinqui', un espacio centennial de tono desenfadado- quiere pinchar esa burbuja. Rebate con ahínco las difamaciones sobre sus personas cercanas, como su mujer, indica que el uso del Falcon (el avión presidencial, por el que se le ha criticado) es el de cualquier presidente y defiende su adelantamiento de elecciones. 

Con Ana Rosa (su última aparición televisiva y la más esperada, después de cuatro años sin ir y de nombrarla implícitamente dentro de esa esfera mediática de derechas), Pedro Sánchez estuvo sonriente, afable y subrayando esas líneas teóricas en las que insiste a la mínima: "Hay una absoluta desproporción en las aproximaciones y en los debates conservadores", anotaba el líder del PSOE, que enumeraba algunos calificativos que le han dedicado: "Dicen que soy un obseso del Falcon, soy un soberbio, soy un prepotente, soy un golpista y la barbaridad de que soy un filoetarra".

Otro de los momentos clásicos es cuando se le pregunta por si ha mentido. Pedro Sánchez lleva cargando con esa etiqueta desde que ascendió al poder y se unió a Unidas Podemos o llegó a acuerdos con EH Bildu. Hasta ahora, su defensa es doble: primero, desmintiendo los bulos sobre lo que había dicho o sobre la tergiversación de la realidad (se le acusa de gobernar con el grupo independista vasco cuando lo que ha hecho ha sido negociar para lograr sus apoyos en leyes como la reforma laboral). 

Lo importante de los pactos, ha incidido el presidente, es saber "para qué se hacen, no con quién", alegó con Ana Rosa, justificando los "acuerdos puntuales" con fuerzas como EH Bildu porque han servido para "realizar avances sociales". "Eso es muy de Maquiavelo, ¿el fin justifica los medios?", reaccionó la presentadora. "Depende, por ejemplo, de si es para revalorizar las pensiones conforme al IPC o si es para hacer una reforma laboral", zanjó Sánchez.

El presidente de Gobierno suele contestar también a asuntos controvertidos de su legislatura, como la Ley del 'sólo sí es sí', que ha provocado la rebaja de penas a agresores sexuales. "Es una buena ley que protege a las mujeres", apuntaba, tras "haber asumido en primera persona" la "responsabilidad" de ese error que tardaron en subsanar.

Tras la estela del resto de candidatos

Sánchez visita este jueves la sede de Mediaset después del resto de candidatos. Por la mesa han ido desfilando Yolanda Díaz, Santiago Abascal o Alberto Núñez Feijóo. Cada uno ha reiterado sus discursos, sin apenas momentos llamativos, en estas citas. Sólo la entrevista con el líder de Vox tuvo un momento que se ha propagado por redes sociales. Abascal justificaba la retirada de banderas LGTBIQ+ en los ayuntamientos donde gobierna Vox con el PP diciendo que la normativa no las permitía, un dato erróneo ya que están permitidas (aparte de las enseñas nacionales y la europea) como homenaje.