Image: 59 San Sebastián

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Cine

59 San Sebastián

El festival de San Sebastián arranca hoy con fuerte presencia española y grandes nombres internacionales

16 septiembre, 2011 02:00

Raquel Weisz en The deep blue sea

A punto de convertirse en sexagenario, el Festival de San Sebastián llega más español que nunca sin renunciar a grandes firmas internacionales, como Terence Davis, Kore-eda, Arturo Ripstein o Kim Ki-duk. Enrique Urbizu, Isaki Lacuesta y Benito Zambrano, con los que hemos hablado, se pelearán por la Concha de Oro mientras que los trabajos de Fresnadillo, David Trueba, Chapero Jackson y Vigalondo se presentarán fuera de competición.

Los viejos conocidos son siempre una garantía. De hecho, a nadie le extrañará encontrarse en el escaparate principal de Donosti-2011 los nuevos trabajos del británico Terence Davies, el japonés Hirokazu Kore-eda, el mexicano Arturo Ripstein o el coreano Kim Ki-duk. Cuatro cineastas que regresan una vez más al certamen donostiarra, al que este año se van a encontrar renovado y con juveniles energías, dispuesto a emprender una nueva etapa bajo la dirección de su entusiasta director José Luis Rebordinos, que ha sido capaz de insuflar aliento, ideas, ritmo de trabajo, líneas de consenso y horizontes de futuro a una muestra que celebra este año su 59 edición. De Terence Davies ofreció ya San Sebastián una retrospectiva completa en 2008. Cineasta esencial, hondamente comprometido con sus formas y con la materia dramática de sus películas, este año presenta una personalísima adaptación de la obra teatral homónima de Terence Rattigan (The Deep Blue Sea), protagonizada por Rachel Weisz. A priori, esta pieza de cámara centrada en el conflicto emocional que vive una mujer casada enamorada de otro hombre es uno de los platos fuertes de la competición y una cualificada aspirante a la cúpula del palmarés que deberá confeccionar el jurado presidido por la actriz norteamericana Frances McDormand, en el que se integran también el guionista y realizador mexicano Guillermo Arriaga, Álex de la Iglesia, el cineasta noruego Bent Hammer, la actriz china Bai Ling, la directora de fotografía francesa Sophie Mantigneux y la actriz británica Sophie Okonedo.

Otro creador habitual en San Sebastián es Hirokazu Kore-eda, que atraviesa una espléndida madurez y que acude por cuarta vez a la competición del certamen; en esta ocasión, con Kiseki (I Wish), donde narra la historia de un niño de doce años empeñado en reunirse con su hermano, que vive a kilómetros de distancia. Pero de Kore-eda tendremos ración doble, puesto que en la sección Zabaltegi-Especiales se podrá ver también su poética reflexión sobre el duelo y la ausencia de los seres queridos: una pieza de 51 minutos filmada para una serie televisiva de tema fantástico.

Referentes literarios
Arturo Ripstein (ganador de la Concha de Oro con Principio y fin en 1993, y con La perdición de los hombres en 2000) viene esta vez con Las razones del corazón, libre y personalísima adaptación -escrita junto a su inseparable Paz Alicia Garciadiego- de los últimos capítulos de la novela de Flaubert Madame Bovary, a partir de los cuales ha compuesto un larga coproducción hispano-mexicana (139 min.) filmada en blanco y negro. Y de Kim Ki-duk (ganador aquí del premio del Público en 2003 con Primavera, verano, otoño, invierno..., y de quien aún recordamos con espanto Arirang, el narcisista y risible autorretrato que presentó en el pasado Cannes) veremos su primer filme rodado íntegramente en Europa: un riguroso estreno mundial titulado Amen, en el que narra el misterioso viaje de una joven coreana y sus encuentros con el hombre que la persigue.

Cineastas de batalla
Pero sucede que estos nombres ya veteranos en Donosti tendrán que vérselas con un panel de cineastas que anuncian batalla y que piden paso con fuerza: es decir, los tres españoles (Enrique Urbizu, Isaki Lacuesta, Benito Zambrano) y los nueve adicionales de la sección oficial, entre los cuales aparecen dos jóvenes realizadoras que son también actrices: la canadiense Sarah Polley (firmante de Take this Waltz, su segundo filme, un drama romántico protagonizado por Michelle Williams) y la francesa Julie Delpy, responsable de Le Skylab (su cuarto largometraje), una comedia nostálgica sobre una reunión familiar ambientada en los años setenta.

Y de Francia llega también Americano, el debut como director de Mathieu Demy (hijo de Agnés Varda y Jacques Demy, a quien el festival le dedica una de sus grandes retrospectivas), donde narra, con la colaboración de Salma Hayek, Geraldine Chaplin y Chiara Mastroianni, el periplo mexicano de un joven francés en busca de una misteriosa mujer. La única representación estadounidense corre a cargo de Oren Moverman (ganador de un Oso de Plata en Berlín con The Messenger en 2009), director ahora de Rampart, un vibrante thriller con el que pone imágenes a un argumento del gran James Ellroy (un duro retrato de la vida al límite de un policía de Los Ángeles), interpretado, entre otros, por Woody Harrelson, Robin Wright, Sigourney Weaver y Steve Buscemi. El pabellón chino lo defenderá Wang Xiaoshuai (uno de los más notables creadores de su país, habitual del festival de Cannes) con 11 Flowers, centrado en la convulsa época previa a la muerte de Mao Zedong, mientras que de Argentina se podrá ver Los Marziano, una agridulce comedia familiar dirigida por Ana Katz.

Finalmente, el portugués João Canijo (ayudante de dirección de Manoel de Oliviera, Alain Tanner y Wim Wenders) ofrece un intenso melodrama familiar en Sangue do Meu Sangue; el griego Filippos Tsitos presenta Adikos Kosmos (Unfair World) y el sueco Björn Runge firma Happy End, donde aborda el tema del maltrato de las mujeres en la sociedad actual. Se cierra así el cómputo de los dieciséis cineastas que compiten por la Concha de Oro, pero -como siempre- fuera de la sección oficial también hay vida...

De Scorsese a Malick
Y en esta edición, además, una vida que se promete efervescente y poliédrica, capaz de integrar nada menos que un documental de Martin Scorsese sobre George Harrison (Living in the Material World), otro del gran Frederick Wiseman (Crazy Horse) y un tercero de Jonathan Demme sobre Neil Young (Neil Young Life), junto a piezas tan deseadas -y esperadas- como las recuperadas "perlas" que suponen Le Havre (Aki Kaurismäki), Life without Principle (Johnny To), Drive (Nicholas Windingn Refn), Nader y Simin (Ashgar Farhadi, Oso de Oro en Berlín) y, sobre todo, El árbol de la vida (Palma de Oro en Cannes), la inabarcable, fascinante y polémica obra de Terrence Malick, distinguida por la FIPRESCI como mejor película del año.