Y tú que lo veas

Unas cosas llevan a otras

22 diciembre, 2015 09:11

Pretendo estar al día de la actualidad artística internacional, así que utilizo un servicio de agregación de feeds en el que reviso casi a diario numerosas y variadas fuentes de noticias. Echo un vistazo a los titulares y los extractos y, cuando me parecen interesantes, los abro. Hace unos días me saltó a los ojos una miniatura de esta rara y bella imagen:

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Una gruta en el Golfo de Salerno, con la figura de Julia, desterrada de Roma, 1780, de Wright of Derby[/caption]

Es un cuadro de Joseph Wright of Derby titulado Una gruta en el Golfo de Salerno, con la figura de Julia, desterrada de Roma y fechado en 1780, que se acaba de subastar, el 9 de diciembre, en Sotheby’s, Londres. Deseosa de saber más sobre él, entro en la web de la casa de subastas y leo la ficha del catálogo. Me entero de que esta Julia era la hija del emperador Augusto, que (breve parada en Wikipedia) la casó sucesivamente con Marco Claudio Marcelo, con el general Agripa y con Tiberio. Siendo esposa de éste, se dio a los placeres carnales con quien se le pusiera delante y Augusto, que era un poco puritano para la época, la desterró a la isla de Pandataria, hoy Ventotene, la cual (miro en Google Maps) no está exactamente en el Golfo de Salerno pero por ahí anda. Wright of Derby es un pintor magnífico poco conocido en España, donde según creo (y lo compruebo en Colecciones en red) ninguno de nuestros museos públicos posee obras suyas. Recuerdo haber visto en los últimos años una Academia a la luz de la lámpara (Yale Center for British Art) en la exposición La isla del tesoro, en la Fundación Juan March, y una de sus obras más célebres, Experimento con un pájaro en la bomba de aire (National Gallery, Londres) en Goya y el infante don Luis: el exilio y el reino, organizada por Patrimonio Nacional en el Palacio Real. Si quieren acercarse a su trabajo, pueden empezar por la estupenda página de la BBC, Your Paintings, que difunde las obras de arte de las colecciones británicas.

En la ficha de Sotheby’s advierto que en la línea superior, en la que se proporciona (no siempre y con muy poca precisión) la procedencia de la obra subastada, dice: “Propiedad de The United Society, vendida con el fin de recaudar fondos para ayudar en la crisis de los refugiados sirios en Europa”. ¡Vaya! ¿Y de dónde sale la obra? Lo explican un poco más abajo: estuvo en una colección particular de Derbyshire desde 1840 hasta este mismo año, cuando el dueño la donó a la citada organización con el citado fin filantrópico. ¿Quién será el benefactor? Googleo.  Lo cuenta en su web The United Society: es Godfrey Meynell, de 81 años. Su aristocrática familia tiene una mansión llamada Meynell Langley y él fue High Sheriff of Derbyshire. Un rato de más de búsquedas y empiezan a revelarse sus motivaciones: en 2003 se unió a los “escudos humanos” que viajaron a Irak para evitar los bombardeos estadounidenses y británicos; conoce, con perspectiva histórica, los conflictos en Oriente Medio, pues trabajó allí como oficial británico en los sesenta, ocupándose entre otras cosas de la correcta inversión de fondos aportados por su país para la reconstrucción de Yemen; con los años, fraguó una postura anticolonialista; está casado con una sacerdotisa anglicana.

Esto último es relevante porque The United Society resulta ser una fundación de la Iglesia de Inglaterra, creada ¡en 1701!, que desarrolla una diversidad de programas en varios países, a menudo relacionados con la sanidad, y en estos tiempos canaliza donaciones hacia Grecia, para intentar paliar el drama de los refugiados. Los potenciales donantes pueden informarse bastante al detalle de la utilización que US hace del dinero pues lo publican en su memoria anual. La transparencia, en el Reino Unido, se la toman en serio. No como aquí. El documento contabiliza las donaciones recibidas en 2014: 1,08 millones de libras, un 6% menos que el año anterior. El dato me recuerda que he visto estos días una noticia sobre donaciones, en el boletín de Arts Professional. Resumía el último informe de Coutts, un banco y wealth manager (gestor de riqueza, así se define) que presume de su vinculación a la filantropía y que da pábulo a la competencia dadivosa entre millonarios. El capítulo sobre el Reino Unido de este Million Dollar Donnors Report concluye que el número de donaciones por encima de un millón de libras creció un 2% en 2014 (de 292 a 298) pero el importe total se incrementó en ¡200 millones!, alcanzando una cifra global de 1.560 millones de libras. De esa cantidad, fueron a una categoría que engloba “artes, cultura y humanidades” 45 millones. La educación superior se llevó 486 millones y las fundaciones, así en general, 565 millones (tiene truco: los donantes corporativos apoyan sus propias fundaciones). ¿Cuál será la situación en España? Me pongo a buscar y no encuentro datos recientes. En un artículo se dice que en 2012 la cantidad total de los donativos de todo tipo fue de 816 millones de euros. A años luz. La Asociación Española de Fundaciones ha publicado hace poco un interesante informe sobre el perfil del donante en nuestro país, pero los datos se quedan en 2010.

Vuelvo a la subasta de Sotheby’s. Para sorpresa de todos, el cuadro de Wright of Derby se remató en 665.000 libras, cuando la estimación previa era de 100.000 a 150.000 libras. Pero los resultados globales de esta velada, y de la llamada “semana de los viejos maestros” (Old Masters Week) en Londres, han disparado las alarmas en el mercado secundario del arte, que están ya nerviosísimas tras las acusadas caídas de los ingresos en China y en Rusia. De los 44 lotes de Sotheby’s, se vendieron 29, por un total de 22.6 millones. Entre ellos, una versión de La esclusa, de Constable, adjudicada en 9,1 millones de libras, cuando hace tres años Carmen Cervera vendió la que ella poseía (estaba en el Museo Thyssen) por 22,4 millones. Mucho peor le fue a Christie’s, donde los 26 lotes vendidos (58% de los ofertados) sumaron 6,4 millones. En general, se estima una caída del 41,1% respecto a la Old Masters Week del año pasado.

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La esclusa de Constable[/caption]

Me viene ahora a la cabeza, pensando en precios, en donaciones y en cuestiones eclesiásticas, el reciente anuncio que ha hecho el artista Abel Azcona (me fastidia hacerle más publicidad, que bastante bien se le da a él) para demostrar al mundo (sus muchos seguidores en redes sociales) su victoria contra quienes quisieron boicotear su obra sobre los curas pederastas en Navarra. Dice que ha vendido la obra Amén, consistente en dos fotografías y un cuenco con las hostias que le quedaron, por 285.000 euros, dinero que va a donar a dos ONG. No me atreveré a llamar mentiroso a nadie sin tener pruebas pero invoco a todos los poderes celestiales: que me caiga ahora mismo muerta si la cifra es verdadera

Hola. Sigo aquí. Me explico: Azcona tiene 27 años y expone en galerías de medio pelo que no se mueven ni de lejos en ese nivel de precios. Aclaró el artista en su perfil de Facebook que había vendido la obra a un coleccionista particular de Lyon a través de su galería. Googleo. Sí, él trabaja con una galería de esa ciudad. Se trata de La Galerie des Pentes, que está funcionando sin local propio desde septiembre de 2014 y ha tenido una programación muy, muy modesta. Los precios del arte son un disparate pero hay algunas reglas no escritas para fijarlos, que tienen que ver a la trayectoria del artista, de sus representantes, de su recorrido institucional, del anterior comportamiento de su obra en el mercado… Yo sé poco de precios, pero he buscado en resultados de subastas y en Art.sy para poder darles algunas referencias: por menos de 285.000 euros, uno puede comprar obras fotográficas de Cindy Sherman, Hiroshi Sugimoto, Alfredo Jaar, Thomas Ruff, Francesca Woodman y hasta de Ansel Adams. Yo creo que Abel Azcona quiso decir 285.000 pesetas. O se le escaparon dos ceros, no sé. La presentación que hace de sí mismo en su web está también llena de, digamos, hipérboles que se tragan los periodistas incautos. Y si la cifra fuera cierta, que haga bien las cuentas, porque las donaciones en España tienen beneficios fiscales limitados y él tendría que pagar un pastón en impuestos por la venta.

Pero regreso a Sotheby’s. El día 9 se subastó también un cuadro español, de Luis de Morales (con exposición en el Museo del Prado), que salía en 150.000-200.000 libras (“menos” que la obra de Azcona) y que no encontró comprador. La procedencia es misteriosa: “colección privada de Madrid”. Seguro que los estudiosos conocen la obra y saben quién la posee. Para todos los demás, de venderse, saldrá de la oscuridad para caer en un agujero negro. Por cierto, que el ex-Ministerio de Cultura, en la jornada inaugural del  IV Encuentro Profesional. Lucha contra el tráfico ilícito de Bienes culturales (14 y 15 de diciembre), difundió algunos datos sobre la exportación de obras de arte en 2015. El número total de objetos culturales fue de 17.043, el más elevado desde que se empezó a hacer estadísticas sobre el tema en 2012, pero incluye los préstamos para exposiciones, que lógicamente vuelven a las colecciones de origen. No sabemos con certeza, por ahora, el número de obras vendidas ni a cuáles se les prohibió quedar fuera de España. Dicen que un 4% del total son exportaciones definitivas; haciendo la cuenta, salen unas 680 obras, por 157 millones de euros. Necesitamos más datos, más informes, más transparencia.

¿Dónde habrá ido a parar la alegre Julia, abandonada en la cueva que se abre al mar donde naufragan los refugiados sirios y africanos? La confidencialidad que prometen las casas de subasta puede hacer que le perdamos la pista. Ojalá alguien la ame de corazón. No como a la pobre desnuda sin nombre de Modigliani, valorada (170,4 millones de dólares) por su comprador chino tan solo porque es deseada por los más ricos.

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Desnudo acostado de Modigliani[/caption]

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