El incomodador por Juan Sardá

Matar suavemente

5 septiembre, 2012 02:00

Rematar siempre ha sido una práctica de los mejores pistoleros. Los buenos sicarios se aseguran de que la víctima no sólo quede tirada en la cuneta con un balazo, también de que no haya posibilidad alguna de que vuelve a levantarse. Los hay, también, como el Brad Pitt de la próxima Mátalos suavemente (estreno el 21 de septiembre), sicarios que prefieren asesinar de lejos para ahorrarse la cuestión humana, o sea, "lloran, apelan a la madre y es un drama", o algo así dice el frío matarife de la película. El personaje de Pitt, como dice el título, prefiere "matar suavemente", o sea, como los señoritos, sin mancharse las manos de sangre ni aguantar histerias y, además, de lejos, como los buenos cobardes.

El Gobierno ha decidido matar suavemente al sector del cine, por el que ha quedado absolutamente claro que no solo no siente ningún apego, también que no lo entiende. En la peor tradición posible de la derecha española, se ha dedicado no solo a cargarse el cine, un sector ya renqueante porque los buenos cobardes siempre matan al débil, no al fuerte, sino hacerlo "suavemente", o sea, a distancia, sin consultar ni preguntar ni decir esta boca es mía, aun peor, saliendo un miércoles y diciendo una cosa (un aumento del IVA del 8 al 10%) y volviendo el viernes para decir otra, del 8 al 21%, lo cual no es una subida de impuestos sino un cambio impositivo. Eso es mucho más, es considerar que el cine no es cultura sino "espectáculo" como dijeron en el Consejo de Ministros. Estupendo. Por si el balazo no había entrado en las costillas, acribillemos como al final de Bonnie and Clyde y que no quede del cadáver ni los restos.

¿Qué sentido tiene subir los impuestos cuando uno va a recaudar menos? Pedro Pérez, en la entrevista que publica hoy mismo elcultural.es, ya lo explica: según Pricewaterhouse se perderá 3.500 puestos de trabajo, se recaudarán 10 millones de euros menos y, además, se deslocalizarán las inversiones extranjeras. El señor Margallo, ministro de asuntos exteriores, con esa tendencia tan patria a pensar que la "verdadera" España son ellos dijo a Hillary Clinton, después de ganar, que "España is back in business". Vamos, que en en este país solo hay unos listos porque los otros son idiotas (exactamente igual que cuando Zapatero sacó las tropas de Irak al día siguiente incumpliendo cualquier compromiso y hundiendo nuestra imagen en el mundo). Margallo es posible que piense que los americanos son tan zafios como él, pero en ese país si algo han tenido clarísimo desde su misma fundación no es solo que el cine es cultura, también que el cine es el arma de propaganda comercial más importante desde el siglo XX.

Todo esto es mucho peor de lo que parece y va más allá de la subida del IVA. Significa darle la razón a esa bancada ultra que se deja ver en los foros (el otro día uno decía que para él cultura son los puentes de Calatrava, los libros de Vargas Llosa y citaba el nombre de dos películas) que consideran cualquier persona que se dedica a escribir novelas, componer canciones o dirigir películas es un vago maleante que se dedica a robar a los honrados trabajadores. En ningún país del mundo civilizado, y me temo que tampoco en ninguno del no civilizado, existe la posibilidad de declararse a los cuatro vientos un ignorante como si fuera una cuestión de la que habría que sentirse orgulloso. Aunque parezca increíble, muchos aun siguen en la visión franquista de que los artistas son poco menos que seres sórdidos y peligrosos de licenciosas costumbres.

A todas éstas, para colmo, el Gobierno no ha hecho literalmente nada para frenar la piratería salvo aprobar una ley estúpida que no funciona. Los señores diputados, los del PSOE, haciendo ver que les preocupaba infinitamente la libertad de expresión, impusieron un plazo para cerrar webs piratas tan absurdamente largo que es literalmente imposible cerrar ninguna porque para cuando llega el veredicto, un mes después si es que llega porque tampoco, la web pirata ya ha podido coger otro dominio y tan campante. Ya se sabía que al PP el cine nunca le ha gustado, pero al menos cabía esperar que un Gobierno de derechas se aplicara a la hora de defender la propiedad privada. Si mañana hordas de gente asaltan los palacetes privados de los millonarios, no duden que no tardarán un mes en aplicar la ley. Los socialistas pecaron de populismo, y a éstos da la impresión de que los piratas les están acabando de hacer el trabajo sucio.

España está en crisis. La gente culpa a los banqueros, a los políticos y a los ricos. Qué duda cabe que tienen una gran parte de la culpa. Pero en España sucede una cosa que no sucede en cualquier parte de Europa y es la incultura masiva de la población. Los alegres españoles, tan simpáticos, consideran que enriquecer el alma, interesarse por otras culturas o aprender a entender el mundo forma parte de los espectáculos, una varieté más en la que por desgracia ya no sale Lina Morgan, ¡qué tiempos! Somos la risa de Europa, la vergüenza del mundo. En este país, no hay quien viva.

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