Shawa es el nuevo proyecto de Rick Alexander y Olivier Blomme, creadores de Tuk Tuk, que se centra en los shawarmas de gran calidad, respetando la receta original.

Ficha y datos de Shawa

• Lo mejor: solo sirven tres cosas: shawarma, falafel y patatas fritas y las tres están deliciosas.
• Dirección: Rodríguez San Pedro, 34. Madrid
• Horario: Ma a Ju y Do de 13:00 a 16:00 horas y de 20:00 a 0:00 horas. Vi y Sa cocina ininterrumpida. Lu cerrado.
• Reservas:  En el 911 37 71 77.
• Precio medio: 10-15 euros por persona.
• Nota: 4/5

Olvídate de todos los que habías probado hasta ahora, porque Shawa ofrece los mejores shawarma que hemos probado hasta la fecha. Shawa es el nuevo proyecto de Rick Alexander y Olivier Blomme. Quizás sus nombres no te suenen, pero se trata de los creadores de uno de los mejores restaurantes viajeros de la ciudad: Tuk Tuk, un concepto para disfrutar de la mejor street food asiática sin moverte de Madrid. Ahora, estos dos emprendedores se lanzan a la piscina con una novedad que ya cuenta con clientes fieles.

Quizás te preguntes qué es un shawarma. Te diremos que es exactamente lo mismo que un kebab, solo que uno es de procedencia árabe y el otro hace alusión al plato que se sirve en Turquía. Una vez aclarado esto, vamos a adentrarnos en el nuevo universo gastronómico de esta pareja que ya nos hizo salivar con su afamado sexy sio bao o su sopa laksa.

El equipo - Shawa

A nadie le es ajeno que a esta pareja de socios les gusta viajar y comer. Fue precisamente de esa pasión de la que surgió su primer restaurante. Rick es de Hong Kong, mientras que Olivier es de Bélgica y en ambos lugares, los dos se habían aficionado al shawarma. Viajaron durante dos años probando los mejores de Israel, Líbano, Dinamarca… Y fue así como llegaron a la conclusión de que en Madrid todavía no habían encontrado uno que se ajustase a sus estándares de calidad y que fuese fidedigno al original. ¿La solución? “Hazlo tú mismo”, sentencia Rick.

Shawarma, falafel y patatas fritas belgas

De este modo le llegó el turno a Shawa, proyecto para el que se han aliado con Tarik y Fátima, especialistas en cocina libanesa. El sitio no puede ser más conciso. Una barra donde pedir tus shawarma tras la que se sitúa el afamado rollo de carne, unas pocas mesas y muchas ganas de pasarlo bien comiendo en Chamberí. También puedes pedirlo a domicilio en las plataformas habituales, para lo que han creado unas cajitas especiales para transportarlos.

En Shawa lo que verdaderamente importa es lo que sucede en el plato, delante de ti. La carta es de esas que cumpln a rajatabla eso que dicen de ‘lo bueno, si breve, dos veces bueno’. Se estructura en base a tres productos estrella y únicos: el shawarma, falafel y patatas fritas belgas. “Para hacer un buen shawarma solo necesitas carne y pan de calidad”, nos cuenta Rick. Y es por ello que, para empezar, la carne que sirven es de primera calidad. Utilizan cordero y ternera que marinan entre 36 y 48 horas en especias, para que absorban todos los sabores. Tras este primer paso, montan el rollo colocando filete sobre filete, a modo de capas y entonces estará listo para asarse. Su sabor es casi adictivo. Mención aparte merece el pan de pita que utilizan. Lo preparan artesanalmente y lo hacen sobre piedra.

Shawarma - Shawa

Pero amigos, en Shawa el secreto está en la salsa. Y es que sirven una salsa secreta y casera, con una base de tomates de Turquía y el Líbano, especias, semillas de chile y algún que otro ingrediente más. Sin duda, añadirla al shawarma hace que éste adquiera un puntito de picante muy divertido. Así que la opción radica en un par de shawarmas ya preparados, con o sin col -con ella mucho mejor- o la posibilidad de pedir un ‘plato Shawa’ para compartir en el que se sirve la carne, el pan, ensalada, salsas, col y patatas fritas para que te lo hagas tú mismo.

Salsa secreta - Shawa

Hablemos de las patatas. ¿Recordáis que Olivier es de origen belga? Y seguro que también sabréis que allí las patatas fritas están de escándalo. Pues no iba a ser menos aquí, ya que se preparan bajo una doble cocción, primero hervidas y después fritas, lo que hace que sean perfectas al paladar.

No se nos olvida la tercera opción, los falafel. Aquí los llaman ‘shawafel’ y se preparan siguiendo una receta ancestral de la abuela de Tanik. ¿El resultado? Una especie de albóndigas elaboradas con perejil, cilantro, limón, puerros y cebolla que se sirven con una salsa de yogur ideal para acompañarlos.

Falafel - Shawa

Para maridar la propuesta, se han hecho con una serie de cervezas belgas artesanas y la conocida Stella Artois de grifo.

¿Te has enterado ya de cuál es tu nuevo sitio de peregrinación en busca de la mejor street food libanesa?