El chef José Andrés enviará paella valenciana al espacio
Reportajes gastronómicos DÍA DE LA PAELLA

Así sabe la primera paella en el espacio: la cocinó José Andrés para la empresa de Elon Musk

El chef José Andrés fue el encargado de cocinar una paella que los tripulantes de la misión Axiom Ax-1 degustaron en el espacio.

20 septiembre, 2023 02:00

Hace ahora año y medio que el chef José Andrés anunciaba en sus redes sociales que él y su equipo serían los encargados de crear las comidas con las que se alimentarían los tripulantes de la misión espacial Axiom Ax-1 de la compañía de Elon Musk, SpaceX.

[El chef José Andrés enviará paella valenciana al espacio]

La idea era que las cuatro personas que participaban en la misión pudiesen degustar platos del recetario español más tradicional durante el primer viaje espacial privado a la Estación Espacial Internacional. Sin duda, un gran reto para el chef asturiano que eligió un menú compuesto por platos como pisto con carne de cerdo, jamón ibérico, almendras y paella valenciana, entre otros.

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Comandados por Miguel López-Alegría, primer astronauta nacido en España que viajó al espacio, los tripulantes, que no eran astronautas profesionales, emprendieron el vuelo en la nave Dragon 2 el 3 de abril de 2022, pero lo que nunca llegamos a saber, hasta ahora, es si realmente estaba buena la paella o si, a juicio de los astronautas, hay margen de mejora.

Miguel López-Alegría cuenta cómo es comer paella en el espacio

El último programa del pódcast de José AndrésLonger Tables, ha contado con dos invitados estelares: el propio Miguel López-Alegría y la también astronauta de Axiom, Peggy Whiston.

Aprovechando que, aparte de ser el comandante de la misión, López-Alegría también fue la primera persona en probar una paella, que además había sido cocinada por José Andrés y su equipo, en el espacio, el chef no ha dudado en preguntarle por sus impresiones. La crítica del astronauta ha sido brillante.

Ante la pregunta del chef, López-Alegría ha dicho lo siguiente: «Deliciosa, pero permíteme que te diga algo, solo por matizar la respuesta». El astronauta explica que, durante el viaje hasta la estación espacial -fase de tránsito con una duración de un día y pico para ir y lo mismo para regresar-, no disponen de medios que permitan rehidratar o calentar la comida, por lo que todo debe ser consumido a temperatura ambiente.

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Para esa misión, el chef José Andrés preparó comida que los tripulantes de la Ax-1 compartirían con los colegas rusos, estadounidenses y alemanes que se encontraban en ese momento en la Estación Espacial Internacional. En estas instalaciones sí es posible calentar la comida y, según relata López-Alegría, a todos les encantó la paella e incluso se mostraron emocionados cuando les ofrecieron quedarse con la comida que había sobrado.

Muy rica, pero accidentada

«Así que la paella, en cuanto al sabor, un 10 sobre 10. El problema fue que le faltaba un poco de humedad y eso es un problema en el espacio, y Peggy puede dar fe de esto. Cuando abrimos el paquete, los granos de arroz sueltos comenzaron a volar porque no había suficiente humedad. La humedad gracias a la tensión superficial mantendría las cosas juntas. Se puede comer sopa a bordo porque forma una especie de bola o una burbuja dentro del contenedor. Si comes algo húmedo, se comportará bien», explica el astronauta.

«Pero si la paella se queda demasiado seca y los granos de arroz se separan, se convierte en algo complicado. Así que puedes imaginarnos la primera vez que abrimos un paquete, que fue en la fase de tránsito. Entonces, mis compañeros de tripulación habían estado en el espacio durante un total de tal vez seis horas en toda su vida. Y comer, simplemente poder quedarse quieto es un desafío en condiciones de microgravedad. Así que en cuanto abres algo empiezas a ver cómo las cosas salen volando, quiero decir, parecíamos peces persiguiendo los granos de arroz individuales», continúa explicando el comandante de la misión.

Resumiendo, «desde el punto de vista del sabor, no podría haber sido mejor. Probablemente debería haber tenido un poco más de humedad para ser comestible, o debería decir "digestible", al menos de una manera digna en el espacio», concluye López-Alegría.