Marta M. Soldevilla y Nagore Vitallé de Bastida for Work.
Las chicas de Barcelona que visten la hostelería: las prendas de alta gama para restaurantes, bodegas, marcas y hoteles
Marta M. Soldevilla y Nagore Vitallé son las artífices de Bastida for Work, marca de ropa laboral de alta gama y estudio de diseño especializado.
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En la gastronomía, cada detalle cuenta. Desde la vajilla hasta la iluminación, todo está diseñado para transmitir un relato. Y eso incluye también los uniformes, que hasta hace poco cumplían un papel más funcional que estético.
Es gracias a proyectos como el de Marta M. Soldevilla y Nagore Vitallé que se han convertido en parte esencial de la imagen que transmiten restaurantes, bodegas, hoteles y marcas.
Desde Barcelona, su marca de ropa laboral de alta gama y estudio de diseño especializado Bastida for Work, demuestran que la ropa de trabajo también puede ser un vehículo de comunicación, identidad y experiencia.
Las prendas de Bastida for Work.
La elegancia como herramienta de relato
El uniforme, en la visión de Bastida, no es un simple delantal o una chaqueta para cocina. Es una pieza que habla, que se integra en el espacio y acompaña al discurso del chef, del sommelier, del bartender o del equipo de sala.
Así lo han entendido proyectos de renombre como Formaje en Madrid, Gramona en Penedès, el Hotel Neri en Barcelona o incluso el Museo Thyssen en Madrid.
Clara Diez, de Formaje, con el uniforme de Bastida for Work.
A nivel internacional, sus diseños han viajado a París, Nueva York o Ámsterdam, donde se exhiben en restaurantes y espacios culturales con la misma naturalidad que una obra de arte.
Inspiradas en la Bauhaus, el minimalismo nórdico, la artesanía japonesa y la calidez del Mediterráneo, las prendas de Bastida combinan una estética sobria y atemporal con una funcionalidad pensada para el ritmo real del trabajo en hostelería.
Sus delantales icónicos y pantalones ajustables, capaces de adaptarse a distintos cuerpos y tallas, se han convertido en piezas de culto para quienes buscan diseño sin renunciar a la comodidad.
Hecho en Barcelona, con raíz y conciencia
Detrás de la propuesta no solo hay estilo, sino también una filosofía de producción clara: sostenibilidad, durabilidad y cercanía. Todas las prendas se confeccionan en talleres de la provincia de Barcelona, utilizando tejidos reciclados u orgánicos de proveedores europeos de referencia.
Marta M. Soldevilla y Nagore Vitallé en el estudio de Bastida for work.
La apuesta es por colecciones permanentes, lejos de las tendencias efímeras y de las campañas de rebajas, con la intención de crear uniformes que duren y que puedan acompañar el ciclo de vida de cada proyecto.
No es casual que Bastida naciera en Terrassa, ciudad con un fuerte legado industrial textil. Allí se ubica hoy su estudio, que mantiene vivo un oficio ligado al territorio, pero con mirada contemporánea.
Tanto Marta como Nagore crecieron en familias relacionadas con el textil, y esa herencia se percibe en la atención al detalle y en el respeto por la artesanía que define sus colecciones.
Uniformes que cuentan historias
Si un restaurante es un escenario, el uniforme es parte del vestuario que ayuda a construir el relato. Marta M. Soldevilla, con experiencia en moda internacional y en artes escénicas, lo explica desde la perspectiva de la creación de experiencias.
Su socia, Nagore Vitallé, aporta una visión crítica y social, fruto de su paso por Central Saint Martins y por proyectos de moda circular. El resultado es un equilibrio entre la estética y el compromiso con la sostenibilidad.
Una de las prendas diseñadas y las chicas de Bastida for Work.
El próximo paso de la firma apunta hacia la circularidad. Entre sus objetivos se encuentra desarrollar sistemas de reciclaje de prendas usadas por clientes y servicios de lavandería con procesos controlados, cerrando así el ciclo de vida del uniforme.
El reto pasa por seguir vistiendo con elegancia a la hostelería internacional y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental de la industria textil. Con discreción, elegancia y una mirada al futuro, las chicas de Barcelona están cambiando la forma en la que nos vestimos… para servir.