El chef Karlos Arguiñano (Captura).

El chef Karlos Arguiñano (Captura). Atresmedia

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El chef Karlos Arguiñano y la deuda que casi lo arruina: "Pedí ayuda a Juan Mari Arzak para mi hija"

Pese a su fama actual, Arguiñano vivió en los 80 una etapa crítica, con deudas que casi lo llevan a la ruina y marcaron su trayectoria profesional.

Más información: El chef Karlos Arguiñano y su deuda millonaria: "Debía a un pescadero, pero era como comprar cuatro pisos"

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Karlos Arguiñano es, sin lugar a dudas, uno de los cocineros españoles más conocidos tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, tras más de tres décadas compartiendo sus recetas cada día a través de la pequeña pantalla.

Lo que muchos no saben es que tras el éxito del chef vasco se encuentra una historia repleta de dificultades que el de Beasain logró superar con éxito. Sin embargo, en una entrevista con Cristina Pardo en Liarda Pardo (laSexta) hizo una gran revelación.

Arguiñano no tuvo problema a la hora de confesar que tuvo que pedir ayuda a Juan Mari Arzak para su hija Amaia cuando estaba atravesando serios problemas económicos, ya que "tenía miedo a arruinarme".

Por este motivo, decidió recurrir a su amigo, una figura muy respetada en la gastronomía española, para que se convirtiese en el padrino de su hija. "De los cocineros que yo conocía, era el que más dinero tenía", explicó.

En un momento complicado de su vida, se lo pidió de forma directa: "Me gustaría que fueras el padrino de Amaia para que, si algún día necesita un capote, y yo no puedo, le eches una mano", y Arzak aceptó sin dudarlo.

Un momento complicado en la vida de Arguiñano

Aunque Karlos Arguiñano lleva décadas siendo un rostro familiar en la televisión española, compartiendo recetas y consejos culinarios con millones de personas, con un estilo cercano y una forma de explicar la cocina que ha conquistado a la audiencia.

Sin embargo, su camino hacia el éxito no fue sencillo, y es que en los años 80 atravesó una etapa muy complicada que lo llevó a estar muy cerca de la ruina. "Tenía un pufo terrible en el restaurante, no sabía si me lo iban a quitar", confesó.

Ante una situación crítica, trató de proteger a su hija Amaia con la ayuda de Juan Mari Arzak, pero al mismo tiempo decidió acumular toda la deuda con un solo proveedor, un pescado de San Sebastián que pasaba por un buen momento económico.

Su deuda llegó a alcanzar los 30 millones de pesetas, una gran cifra para la época y que al cambio actual supondría más de 180.000 euros. Con su deuda, él mismo asegura que, por aquel entonces, "con esto te comprabas cuatro pisos".

Tras la incertidumbre vivida en aquellos años, todo cambió en la vida de Karlos Arguiñano en la década de los 90, cuando la televisión autonómica vasca (ETB), le dio la oportunidad de comenzar a aparecer en pantalla, lo que supuso un gran despegue mediático.

Su éxito en el programa llegó a tal punto que poco tiempo más tarde se incorporó a TVE, donde consolidó su popularidad en la pequeña pantalla y, a su vez, le permitió superar el bache económico en el que se encontraba inmerso.

Una vez que logró tener mayor estabilidad en su vida, decidió que era el momento de dar el paso a su propio proyecto y solicitó un crédito bancario de 250 millones de pesetas, de los cuales 200 fueron destinados a la adquisición de un hotel en Zarautz.

De los 50 millones de pesetas restantes, 30 fueron utilizados para saldar la deuda con el pescado, y los últimos 20 millones los usó para "ir tirando", según aseguró el cocinero vasco en la entrevista.

El imperio de Karlos Arguiñano

Karlos Arguiñano ha asegurado en muchas ocasiones que, en el caso de que no hubiese tenido éxito en televisión, no habría podido llevar a cabo ninguno de sus proyectos. Por este motivo, se muestra tremendamente agradecido a la oportunidad que le llevó a la pequeña pantalla.

Si no la hubiese tenido, no existirían su escuela, ni su bodega, ni tampoco su equipo de motos, ni tampoco el resto de los negocios que ha ido creando a lo largo de los años. Hoy en día, el de Beasain es el cocinero mejor pagado de la televisión en España.

A través de su empresa Irusta Gain SL gestiona todo lo relacionado con sus derechos de imagen y la publicación de sus libros. Asimismo, tiene la empresa Karlos Arguiñano Promociones SL, con la que se ocupa del restaurante, la bodega, el hotel y la escuela de hostelería.

Según los últimos datos registrados y que han salido a la luz con respecto a esta última, que datan de 2021, esta sociedad registró más de 4 millones de euros, mostrando así que ha tenido un gran éxito a nivel empresarial.

También hay que destacar sus inversiones en el mundo del deporte, especialmente en actividades relacionadas con la cultura de su región, como la pelota vasca. De esta forma, aunque pasó un momento complicado, consiguió salir adelante gracias a su esfuerzo y visión.

Hoy en día su patrimonio se cuenta por millones, pero a pesar de ello no olvida sus orígenes y las difíciles situaciones que tuvo que afrontar y que le llevaron a estar cerca de perderlo todo. Ahora, a sus 76 años (cumple 77 en septiembre), no se plantea abandonar los fogones, al menos por el momento.

En recientes fechas ha declarado un patrimonio personal de más de 3 millones de euros. Los ingresos brutos derivados de su actividad ascienden a 5 millones de euros anuales, aunque el beneficio neto no supera los 50.000 euros por el alto coste de los gastos de personal y proveedores.

Pese a todo, ha demostrado ser un buen gestor y la capacidad suficiente para sobreponerse a los malos momentos.