El chef Pablo Montoro.

El chef Pablo Montoro.

Actualidad gastronómica

Pablo Montoro, chef, sobre su sueldo en el yate de un magnate ruso: "Para mí era una locura, para ellos solo eran migajas"

El chef Pablo Montoro llegó a cocinar para una de las familias más ricas del planeta y en el velero más grande del mundo: "Era como una nave espacial".

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Pablo Montoro es una de las figuras clave de la alta gastronomía alicantina y española. Un chef disruptivo y todoterreno que lidera su propio restaurante, Espacio Montoro, un proyecto en el que no solo respeta el producto, sino que lo eleva a nuevas cotas creativas.

Su trayectoria se ha forjado con constancia, técnica, creatividad y sobre todo, con una profunda experiencia. Esa misma experiencia lo ha convertido en uno de los cocineros más destacados del panorama actual gastronómico.

Y es que, Montoro ha llegado a trabajar en sus inicios con referentes de la cocina mundial como Martín Berasategui o Ferran Adrià, formando parte durante años del mítico equipo de El Bulli.

A esta formación de élite se suma su participación en el reality Top Chef, donde llegó a ser finalista y también su etapa como chef personal de uno de los hombres más ricos del mundo. Un empresario ruso de la familia Melnichenko, con el que recorrió el planeta. Todo ello, a bordo de jets privados y de uno de los yates más lujosos del mundo.

Sobre todo esto hablaba hace unos meses en el podcast del maestro pastelero Raúl Asencio Pastor, donde también ha compartido sus orígenes en la cocina. Unos comienzos en los que a pesar de no contar con familiares hosteleros, su hermana sí fue una figura clave por su habilidad en la cocina. Inspirado por ella, Montoro comenzó desde niño a elaborar sus propias meriendas caseras improvisadas para sus amigos.

De cocinero de un multimillonario ruso a finalista de Top Chef | Pablo Montoro

En cuanto a su aprendizaje, este fue meteórico: "No te digo que en ese momento haciendo la merienda para mis amigos ya supiera que sería cocinero, pero sí que tienes la parte bonita de que te felicitan por algo que has creado tú y con los años, vas creciendo en eso", asegura.

Con 17 años ya había empezado su formación en el CDT y después con 24 pasó a ser profesor en el mismo lugar en el que se había formado. Desde ahí, su camino lo llevó a algunas de las cocinas más importantes del mundo. Y todo ello, en una época en la que asegura que ser cocinero "no era una profesión demasiado bonita".

Cocinar en el yate más caro del mundo

Una de las etapas más sorprendentes de su carrera comenzó casi por casualidad para este chef: "Vino la secretaria del que sería mi futuro jefe de la familia Melnichenko. En esa época me dijo: 'Oye, necesitamos un jefe de cocina que sepa de gastronomía saludable y que también tenga dotes de creatividad porque a veces quieren un plato más especial", recuerda.

La propuesta fue tan inesperada como atractiva para el alicantino. "Me cogí vacaciones y probé a ver qué tal con ese trabajo. Me cogí solo una semana y volé al Caribe a una isla que se llamaba Saint Barth, estuve en su yate una semana hospedado y haciéndoles el desayuno, comida y cena a la familia, que eran solo dos personas, una niña y su perro", cuenta.

Estaba en "el velero más grande que hay en el mundo, es un barco valorado en mil millones de euros y es una locura. Nadie se puede imaginar la tecnología y todos los avances que tiene", asegura el chef.

Tras esa semana de prueba, la familia le ofreció el puesto de forma permanente. "Me dijeron que les había gustado mucho lo que les había ofrecido y que les dijera qué era lo que necesitaba para irme con ellos. Yo les dije que tenía mi trabajo, que estaba muy bien en mi ciudad y que no tenía expectativas de salir de eso, así que les dije unas condiciones económicas y de vida laboral muy locas, lo hice para que me dijeran que no", explica.

Pero para su sorpresa la familia aceptó. "Les dije mis condiciones en el tiempo que estuviera allí y les dije algo muy desproporcionado para mi economía de entonces, que para ellos eran migajas y obviamente me dijeron que sí".

Una etapa de su vida que, según sus propias palabras, daría para "siete podcast más". Y no es para menos. Además del yate, Montoro cocinó en siete mansiones repartidas por el mundo, también a bordo de un avión privado que, lejos de ser un simple jet, era "un Boeing para 300 personas preparado con salones". Allí también cocinaba "en pleno vuelo". Todo un universo de lujo en el que llegó a trabajar asegura junto a un equipo de 75 personas solo en el yate.