Ferran Adrià en un montaje de El Español iStock
Ferran Adrià (63), el chef con 3 estrellas Michelin que reinventó la tortilla de patata: una receta más fácil, rápida y limpia
El chef español que consiguió revolucionar la gastronomía mundial desde un pequeño pueblo de Cataluña, también es el autor de una de las recetas de tortilla de patata de las que más se ha hablado en los últimos años, la tortilla de patatas de bolsa.
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- Comensales: 3-4
Pocos cocineros han tenido un papel tan relevante en la gastronomía mundial a lo largo de las últimas décadas como Ferran Adrià. Nacido en Barcelona en mayo del 62, el mayor de los hermanos Adrià está considerado uno de los chefs más innovadores de la historia de la cocina contemporánea.
Adrià llegó a elBulli en 1983 y ese sería su primer contacto con el restaurante al que ha estado íntimamente ligada gran parte de su trayectoria profesional.
Empezó como stagiaire, haciendo prácticas, y, poco tiempo después, fue contratado como jefe de partida. En 1984, ya era codirector de cocina junto a Christian Lutaud.
En 1987, asumió la dirección culinaria del restaurante en solitario, dando inicio a una etapa que cambiaría para siempre el rumbo del establecimiento y de la gastronomía mundial.
Innovación a todos los niveles
Desde que en 1987, el chef asumió la dirección del restaurante en solitario, su carrera ha sido una sucesión de éxitos, en gran parte, por su capacidad para romper con lo convencional sin perder el rigor técnico.
Esta voluntad de desafiar a lo establecido lo llevó a destacar como ningún otro en la cocina de vanguardia de la última década del siglo XX. Fue en esa época cuando introduciría un concepto clave en su cocina.
Con Ferran Adrià llegó la deconstrucción, una forma de reinterpretar los platos "de toda la vida" manteniendo sabores esenciales, pero modificando casi todo lo demás.
Una tortilla de patata más fácil, más rápida, pero muy rica
Esta forma de transgredir las normas del cocinero catalán no se quedó exclusivamente en las cocinas de elBulli, pues muchas de sus creaciones también han llegado al ámbito doméstico, como la tortilla de patatas chips, las patatas de bolsa de siempre.
Sin ser un ejemplo de deconstrucción propiamente dicha, esta receta que otros muchos cocineros han replicado después por su simplicidad y por sus buenos resultados. Con esta genial idea del chef barcelonés, hacer una tortilla de patata en casa se convierte en algo mucho más asequible y accesible.
Al emplear patatas fritas de bolsa en lugar de las tradicionales patatas frescas que hay que pelar, cortar y freír, nos permite ahorrar tiempo, nos evita ensuciar de más y favorece el ahorro de energía.
Esta idea de Ferran Adrià, lejos de arruinar el resultado, nos permite preparar una tortilla, que si se hace con unas patatas fritas de cierta calidad, tendrá una textura agradable y el sabor que todos reconocemos como el de la tortilla de patata.
Esta es también una tortilla más barata, pues los ingredientes son básicos y fáciles de encontrar en cualquier supermercado. Los huevos y las patatas fritas están al alcance de la mayoría de los bolsillos y, al no tener que freír las patatas, no es necesaria una gran cantidad de aceite.
Y así es como la idea de uno de los chefs más brillantes que tenemos en España se convierte en una opción ideal para estudiantes, personas con poco tiempo o presupuesto limitado, o para quienes simplemente buscan una solución rápida sin renunciar al disfrute de un plato tradicional.
Porque resulta tan fácil que ni siquiera hay que saber cocinar para que salga bien. Solo es cuestión de ponerse manos a la obra.
Ingredientes para hacer una tortilla de patatas chips
- Huevos, 6 ud
- Patatas fritas de bolsa tipo chips, cantidad suficiente para mezclar con el huevo
- Aceite de oliva, para engrasar la sartén
- Sal, al gusto
Paso 1
Batimos los huevos en un bol amplio con una pizca de sal.
Paso 2
Añadimos las patatas fritas al bol con los huevos batidos. Mezclamos con cuidado, procurando no romper en exceso las patatas, pero asegurándonos de que todas quedan completamente sumergidas en el huevo.
Paso 3
Dejamos reposar esta mezcla durante 10 a 25 minutos, así las patatas se ablandarán y absorberán parte del huevo, logrando una textura más suave y tierna.
Paso 4
Calentamos una sartén con un poco de aceite a fuego medio e incorporamos la mezcla de huevos y patatas en la sartén caliente.
Paso 5
Al principio, movemos ligeramente la sartén para distribuir la mezcla de forma uniforme y, cuando ocupe toda la base, dejamos de moverla para permitir que cuaje.
Paso 6
Con la ayuda de una espátula, vamos formando los bordes de la tortilla con un suave movimiento de inclinación de unos 15 grados, llevando los bordes hacia el centro.
Paso 7
Cocinamos hasta alcanzar el punto deseado. Sobre esto no hay reglas, quien la prefiera tipo Betanzos, con un minuto por cada lado casi será suficiente, quien la prefiera más cuajada, pues el tiempo necesario hasta que esté como le guste.
Paso 8
Una vez cocinada la tortilla a nuestro gusto, la retiramos de la sartén y la servimos de inmediato para disfrutarla caliente.
Ideas sencillas para personalizar una tortilla de patatas
En España llevamos media vida discutiendo si la tortilla mejor con cebolla o sin ella. Los que la prefieren con cebolla son mayoría, casi 3 de cada 4 españoles se decanta por esta combinación. Pero hay vida más allá de lo de siempre y, si no, que se pregunten al propio Ferran Adrià.
Como muestra, las ideas que vienen a continuación:
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Pimiento rojo caramelizado. Añadir pimiento pochado o caramelizado aporta un toque dulce que contrasta muy bien con la sal de las patatas chips. Se puede incorporar en el momento de mezclar los huevos con las patatas y dará un sabor más delicado que si se fríe directamente con las patatas.
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Queso rallado. Incluir queso rallado (como manchego, cheddar o emmental) en el momento de mezclar con el huevo aporta cremosidad y sabor extra. Se funde durante la cocción y da lugar a una textura más jugosa y con un extra de sabor.
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Beicon o jamón ahumado. Trozos pequeños de fiambres ahumado aportan un toque salino y umami. Ambos se integran bien sin necesidad de cocinarse previamente, aunque quedarán mejor si se pasan antes por la sartén.
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Verduras salteadas. Incorporar verduras como espárragos trigueros o tirabeques ligeramente salteadas permite añadir color y un toque fresco. Es una buena manera de hacer la tortilla más completa y nutritiva sin complicar demasiado la preparación.
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Chorizo en dados pequeños. Si se busca un sabor más potente y especiado, unos taquitos de chorizo ligeramente dorados antes de mezclar con el huevo pueden ser una opción excelente. Aportan color, grasa y un aroma muy apetecible.
- Setas y champiñones. Al igual que las verduras, enriquecen la tortilla con fibra y nutrientes haciéndola más saciante y menos calórica.