El chiringuito El Merlo.
El chiringuito de Málaga con larguísimas colas por sus espetos a 2 euros
El Merlo es un lugar de peregrinaje para los malagueños en El Pedralejo. Abierto desde los años 70, se mantiene fiel a su filosofía de chiringuito tradicional.
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Si tú me dices Málaga y espetos, yo te digo verano. Y es que estas tres cosas año tras año, cuando llega la temporada, van de la mano. Así ocurre en el paseo marítimo de Pedregalejo, donde se ubica el chiringuito Merlo La Revuelo, un rincón malagueño que aún conserva el alma marinera que dio origen a la ciudad.
A pesar de las larguísimas colas que se forman cada día —especialmente los fines de semana— sus espetos siguen costando los mismos 2 euros que costaban hace una década. Precios difíciles de encontrar en una ciudad cada vez más cara, donde este chiringuito se ha convertido en un bastión de resistencia popular.
“Nosotros le debemos mucho a Málaga y se lo queremos devolver”, se sinceraba su propietario Juan Antonio Amador del Olmo, en una entrevista con El Español. Y es que aquí, en este restaurante sin mantel ni vajilla de diseño, lo que se sirve es historia viva en forma de pescado, con el ruido de fondo de una clientela mayoritariamente malagueña, que llena el local durante todo el año.
Juan y Paco, actuales propietarios de El Merlo.
Fundado en los años 70, cuando el paseo marítimo ni siquiera existía y las casitas de pescadores eran el paisaje habitual, El Merlo ha visto transformarse el barrio, pero no ha cedido a la tentación de convertirse en otra postal vacía para el turista de paso.
Con un 90% de clientela malagueña, el cliente extranjero siempre es bienvenido, aunque no comulgue tanto con el ruido que se genera, como manda la tradición, en el interior del local. Es el precio de la autenticidad, que se ha mantenido estático mientras que otros negocios lo han mantenido al alza.
Zona de los espetos del chiringuito El Merto
Es por su espeto de sardinas por el que se origina tanto revuelo y unas colas que ocupan parte del paseo marítimo. Pero la filosofía se aplica por igual al resto de la carta y su producto, como la concha fina, se encarece demasiado, simplemente se retira. “No quiero que mis clientes paguen eso. Si alguien quiere ese lujo, hay otros chiringuitos. Aquí venimos a comer como siempre”, apuntaba el dueño.
En El Merlo se puede disfrutar de unas ricas gambas cocidas por 6,5€, un pulpo entero por 10,50 euros sus calamarcitos a 8,50€ o los boquerones al limón por 9€.
Aunque Juan admita que hay días que pierde dinero, confía en el volumen de clientela y en el cariño de la ciudad. Da empleo fijo a unas 30 personas, y se mantiene abierto todo el año manteniendo viva el alma del paseo, amenazado por convertirse en carne de franquicias.