Un plato de croquetas de jamón.

Un plato de croquetas de jamón. iStock

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Las mejores croquetas de jamón de España se comen en esta ciudad, según ChatGPT

Un repaso por las mejores croquetas de jamón ibérico de nuestro país.

Más información: Croquetas de jamón perfectas: la mejor receta y todos los trucos para hacerlas en casa.

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La croqueta de jamón ibérico es un emblema de la gastronomía española que trasciende su condición de receta de aprovechamiento para convertirse en un aperitivo de culto.

En los últimos años, este bocado cremoso y crujiente ha experimentado una verdadera revolución, gracias en parte al Campeonato Nacional de la Croqueta de Jamón Ibérico que cada enero celebra Madrid Fusión.

En la última edición, la croqueta del chef Áxel Smyth del restaurante Simpar en Santiago de Compostela fue declarada la mejor de España de 2025, imponiéndose a los otros seis finalistas.

Dónde comer las mejores croquetas de jamón

La victoria del chef Áxel Smyth en 2025 ha puesto a Galicia en el mapa croquetero nacional, pero Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao también ofrecen propuestas de alto nivel. 

Galicia: el epicentro de la croqueta ganadora

La región gallega ostenta el honor de albergar al ganador de la edición 2025, así como una amplia tradición de croquetas elaboradas con jamones locales de primera calidad.

El Restaurante Cotolay, con su local acogedor en la Rua de San Clemente, destaca por una croqueta de jamón elaborada con una bechamel ligera y un jamón ibérico de gran intensidad.

A pocos pasos, Restaurante Vilar 64 ofrece una interpretación contemporánea con croquetas crujientes que equilibran la suavidad interior con un rebozado fino y homogéneo.

En el Restaurante A táboa de picar, la propuesta se centra en la tradición: trocitos de jamón perfectamente integrados en una masa cremosa, fritos en el punto justo para evitar saturar de aceite el producto.

Finalmente, en Tapas Petiscos Do Cardeal, un bar rústico cercano a la Praza do Franco, las croquetas se sirven acompañadas de otros clásicos gallegos, pero mantienen el protagonismo gracias a su sabor intenso.

Madrid: la meca de la croqueta clásica y de autor

En el barrio de Chamartín, Quinqué destaca por su masa aterciopelada y jamón bien integrado, premiado en 2024 como mejor croqueta de Ibérico Sánchez Romero Carvajal.

En el barrio de Salamanca, Varra domina la escena con croquetas elaboradas con jamón Joselito y una bechamel cocinada a fuego lento durante tres horas, alcanzando una textura cremosa inigualable.

Santerra, en la calle General Pardiñas, conserva su prestigio internacional al ser reconocida en varias ediciones de Madrid Fusión como Campeona de Campeones por su rebozado perfecto y corazón meloso.

Solo de Croquetas Reina Victoria, en Chamberí, ofrece una propuesta de autor con más de veinte variedades que demuestran el potencial creativo del bocado clásico.

Barcelona: la innovación al servicio de la tradición croquetera

Entre los templos de la croqueta destacan Restaurante Azul, en la calle Provença, famoso por sus croquetas “de la abuela”, elaboradas con producto fresco y cariño, que evocan el sabor de siempre con una consistencia cremosa y equilibrada.

Suculent, en la Rambla del Raval, sorprende con una croqueta de pato asado que desafía las expectativas tradicionales, reconocida como una de las mejores de la ciudad por su textura sedosa y su sabor intenso.

Otros locales de referencia son Coure, en el barrio de Les Corts, donde las croquetas destacan por su tamaño generoso y la creatividad de sus rellenos, y Pollería Fontana, en Gràcia, donde la croqueta de jamón es sencilla, perfectamente ejecutada y con un equilibrio ideal entre cremosidad y trocitos de jamón.

En el panorama más innovador, El Mercader de l’Eixample ofrece una croqueta de pollo ecológico, muy cremosa y de sabor limpio, mientras que Bodega La Palma, en el barrio Gótico, sorprende con croquetas de calamar en su tinta.

Valencia y otras plazas emergentes

Sibarita, instalado en la plaza Honduras, es el nuevo referente indiscutible: su croqueta de rabo de toro al Pedro Ximénez ha sido galardonada como la mejor de la ciudad en el Kroquetafest 2025.

Otros establecimientos de referencia incluyen Taberna La Marimandona, en Ciutat Vella, famosa por sus croquetas melosas hechas con caldo de jamón y coronadas con láminas de Jabugo.

Croquetea, en el barrio de Ruzafa, es una empresa familiar que elabora más de 25 variedades de croquetas artesanales, con productos naturales y sin aditivos, vendidas tanto congeladas como fritas por encargo.

Trece, en la calle Calatrava, ofrece una carta rotativa de croquetas de autor, como la de queso gorgonzola con mermelada de tomate o sobrasada de Mallorca con queso de Mahón.

Más allá de Valencia, ciudades como Bilbao o Salamanca suman propuestas destacadas. En Bilbao, el bar Txiriboga sigue reivindicando las croquetas como pintxo estrella de Euskadi.

Por su parte, en Salamanca sobresale Presumida, que ofrece una versión madrileña de la receta con jamón salmantino que compite con las mejores elaboraciones de la capital.

Sevilla: la tradición andaluza en formato croqueta

Casa Ricardo (calle Hernán Cortés, 2) está considerado por muchos como el mejor lugar para disfrutar de croquetas de jamón, con una bechamel cremosa y un exterior dorado y crujiente que ha conquistado tanto a críticos como a comensales habituales.

Otro clásico imprescindible es El Rinconcillo (calle Gerona, 40), el bar más antiguo de Sevilla, donde las croquetas mantienen la receta tradicional desde hace más de un siglo.

Para quienes buscan variedad e innovación, Becerrita (calle Recaredo, 9) es famosa por sus croquetas de rabo de toro y otras opciones creativas, como de anchoa y leche condensada o fabada.