
El interior del restaurante.
El barrio del Eixample de Barcelona se queda sin uno de sus mejores menús del día: "Ha sido un placer servirles"
Cierra uno de los restaurantes más conocidos de la zona tras 25 años en activo.
Más información: El bar de Barcelona de una pareja de 'bartenders' con tragos inspirados en los corales del Caribe y sándwiches japoneses.
Barcelona se despide de uno de sus establecimientos que durante un cuarto de siglo ha sido un referente de la cocina de mercado con toques de autor. El restaurante Lluís de les Moles, ubicado en el número 25 del Carrer de les Moles (barrio de l'Eixample), cerca de la emblemática Plaza de Cataluña, ha dicho adiós definitivamente para sorpresa y pena de sus parroquianos.
"Con gran tristeza, les informamos que nuestro restaurante ha cerrado sus puertas definitivamente. Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento por su apoyo y lealtad durante estos maravillosos 25 años. Ha sido un honor y un placer servirles", puede leerse en un folio colgado en el local.
A lo largo de su existencia, el restaurante recibió elogios tanto de críticos gastronómicos como de comensales. Fue destacado en diversas publicaciones y plataformas, incluyendo la Guía Repsol, que le otorgó el distintivo 'Solete', premio que destaca a aquellos locales que, sin tener un Sol o una Estrella Michelin, ofrecen una experiencia gastronómica de calidad.
Fundado en 2001 por el chef Lluís Piera, el espacio se caracterizó por su ambiente acogedor y su propuesta culinaria basada en ingredientes de temporada y proximidad que presentaban en un menú del día bien ejecutado y asequible. Piera, con experiencia en reconocidos restaurantes como Via Veneto y Jean Lic Figueras, ofreció una carta que combinaba la tradición catalana con presentaciones modernas. Platos como el timbal de huevo frito con patatas de sartén y salsa de jamón de Jabugo, las sardinas encebolladas en suave escabeche tibio con ensalada, o el fricandó con setas y arroz basmati, se convirtieron en emblemas de su cocina.
Por desgracia, en los últimos años, el sector de la restauración en la Ciudad Condal ha tenido que enfrentar numerosos desafíos (cambios en las preferencias de los comensales, una competencia creciente o las repercusiones de la pandemia del coronavirus). Estos factores han obligado a muchos negocios a adaptarse o, lamentablemente, bajar la persiana. Aunque se desconocen los motivos exactos del cierre de Lluís de les Moles, es posible que haya sido motivado por estas circunstancias.
La clausura de restaurantes emblemáticos como Lluís de les Moles conlleva a una pérdida de la rica tradición culinaria de Barcelona, pues estos lugares no sólo ofrecen platos de calidad, sino que también fomentan la creación y mantenimiento del tejido cultural y social de la ciudad. Por ello, es necesario contribuir a que estos sitios permanezcan abiertos, así como impulsar la aparición de nuevos proyectos que enriquezcan de forma responsable la memoria gastronómica de la capital catalana.