La tasa de nuevos casos de ictus al año en el Principado es de 165,05 por 100.000 habitantes.

La tasa de nuevos casos de ictus al año en el Principado es de 165,05 por 100.000 habitantes. Pablo García Santos

Salud

El misterio asturiano de los infartos cerebrales: la región que sufre más ictus es la menos sedentaria

Los especialistas advierten de que hay otros factores de riesgo cardiovascular en los que Asturias "no está bien posicionada".

25 noviembre, 2023 03:00

Tradicionalmente, Asturias era tierra de mineros y lucha sindical. Ahora, la región se ha convertido en un lugar con exceso de ictus y ausencia de sedentarismo. El Principado presenta la tasa más alta en España de ictus al año (165,05 por 100.000 habitantes); en cambio, ocupa el último puesto de comunidades sedentarias, con un 20,9% de la población.

Recientes estudios ya han mostrado que el sedentarismo incrementa el riesgo de mortalidad por cualquier evento cardiovascular. ¿Cómo se explica entonces que Asturias no 'escape' a los casos de ictus pese a no tener una población sedentaria? "No hay ninguna duda de que el ejercicio físico influye en el riesgo vascular. Pero existen otra serie de factores en los que Asturias no está bien posicionada", explica Sergio Calleja, responsable de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

El neurólogo señala, en primer lugar, a la prevalencia de obesidad "por su vínculo con la hipertensión y la diabetes" entre los asturianos. Según el reciente informe del Instituto de Salud Carlos III, Asturias es la sexta comunidad con un mayor número de personas con obesidad, con un 21,2%. "Nuestra asignatura pendiente en salud es la educación nutricional", advierte la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo, Adonina Tardón. "Tenemos que enseñar a la población a alimentarse".

Calleja también cree que existen circunstancias a las que antaño no se les prestaba la debida atención: "Por ejemplo, ahora sabemos que la contaminación ambiental es un potente factor de riesgo. Y no hay que olvidar que Asturias cuenta con un pasado industrial muy importante".

Asturias, patria envejecida

Ambos especialistas inciden en una cuestión nada desdeñable si hablamos de ictus: la edad. Como indica Tardón, el envejecimiento juega un papel fundamental tanto en la incidencia como en la mortalidad por eventos cardiovasculares. Asturias, en este sentido, tampoco sale bien parada: en 2022 se contabilizaron 240 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Estos números hacen que el Principado (240%) tenga el mayor índice de población envejecida, por delante de Galicia (213%) y Castilla y León (211%). Además, es la primera comunidad autónoma donde el número de jubilados ya supera al de asalariados (275.992 frente a los 275.400 que contribuyen a la Seguridad Social). Para 2030, Asturias será la región de la Unión Europea más envejecida, según las estimaciones de Eurostat.

Teniendo en cuenta estas cifras, Calleja piensa que "es lógico que el riesgo global sea más alto", al concentrar más población en las edades avanzadas. Aunque estima que en caso de ajustar la tasa de casos anuales de ictus por edad, Asturias dejaría de estar a la cabeza. Es cierto que Ceuta es la que ocupa el primer puesto, seguida de la Comunidad Valenciana y Extremadura, si se observan las muertes por por infarto cerebral (con la tasa ajustada por edad) en 2021.

Aquel año, el ictus provocó 777 fallecimientos en Asturias. Tardón insiste en la cuestión demográfica: "Muchas mujeres que fallecen por ictus lo hacen entre los 85 y los 90 años; en hombres, en cambio, la mortalidad se presenta a edades más tempranas".

En este sentido, Calleja ha percibido también un incremento del número de casos en segmentos poblacionales más jóvenes. "Hace dos décadas, el grupo de edad de entre 45 y 65 años era muy anecdótico, pero cada vez tiene más relevancia", explica en declaraciones a EL ESPAÑOL. Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) destacan que hasta un 16% de los casos de ictus se producen en personas menores de 50 años.

Un código ictus heterogéneo

El neurólogo especula que tras este crecimiento se encuentra un peor estilo de vida: "El ocio antes era más activo, mientras que ahora es más sedentario". "Sí que puede haberse producido un aumento, pero lo habitual es que el ictus se siga produciendo en mayores de 65", añade la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovascualres de la SEN, María del Mar Freijo.

Ambos coinciden en que el Código ictus no influye en las diferencias entre regiones. Y es que en España cada comunidad autónoma elabora un plan distinto para la atención de posibles casos de ictus. "Hacerlo homogéneo es imposible porque no es lo mismo estar en las Islas Baleares que en otra comunidad", ejemplifica Calleja, quien le da más importancia a instruir a la población en cómo actuar cuando se presentan los síntomas.

El responsable de la Comisión de Ictus del SUMMA 112, Nicolás Riera, denunció que en la Comunidad de Madrid sólo llegan al 25% de los ictus que se dan a lo largo de un año. "Se trata de pedir atención lo antes posible porque todavía seguimos llegando tarde al hospital y esto hace que cambie muchísimo el pronóstico", lamenta Freijo. Además de ser la segunda causa de mortalidad, el ictus es la segunda causa de discapacidad: hasta un 25% de los supervivientes de ictus se hallan en esta situación.

El Principado también es la comunidad del país que dispone de más camas en unidades de ictus por cada 100.000 habitantes: uno en el HUCA, con capacidad para ocho pacientes, y otro en el Hospital de Cabueñes, para seis. "Creo que tenemos un Código ictus que se aplica a la altura del resto de regiones de España", opina Tardón.

Un entorno 'antisedentarismo'

Otra de las consecuencias de que Asturias sea una población cada vez más envejecida se detecta también en la incidencia del cáncer. Según el informe anual de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), se trata de la comunidad con mayor tasa bruta de nuevos casos de cáncer (765 por cada 100.000 habitantes).

"El cáncer que existe en Asturias se debe precisamente al envejecimiento de la población", sentencia Tardón. Por este motivo, valora que desde la administración se estén llevando a cabo programas de medicina preventiva. "Si vivimos hasta los 83 años de media [esta es la esperanza de vida del Principado], al menos que hasta esa edad podamos salir a caminar".

Aun así, entiende que los beneficios no se verán hasta pasados unos años. Lo que sí parece tener más claro es el motivo por el que la falta de actividad no es un problema (más) para la zona: "¡Cómo vamos a tener sedentarismo con lo bonito que es Asturias!", bromea la epidemióloga para concluir.