Partidarios de Tayyip Erdogan, este sábado en Estambul (Turquía).

Partidarios de Tayyip Erdogan, este sábado en Estambul (Turquía). REUTERS

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Turquía, ante una elección decisiva: Erdogan depende de la ultraderecha para mantenerse en el poder

La segunda votación del país, que se celebra este 28 de mayo, da una ligera ventaja al actual presidente frente al candidato nacionalista.

28 mayo, 2023 02:58
Agencias

A pocas horas de abrir las urnas, Turquía se debate entre el continuismo o la alternancia. Un avance, pues en los nueve años que lleva el actual líder, Recep Tayyip Erdogan, no ha habido semejante disyuntiva. La otra opción es Kemal Kiliçdaroglu, de tintes nacionalistas y menos afín a Rusia. Pero los resultados definitivos, que se sabrán este domingo 28 de mayo, dan prácticamente un empate, así que los 64 millones de ciudadanos llamados a votar estarán en vilo hasta el cierre de colegios. 

De momento, lo más probable es que repita el actual presidente, Erdogan. Las encuestas le dan una ventaja de entre tres y cuatro puntos por encima de Kiliçdaroglu. En otra, realizada por una empresa demoscópica llamada Area y publicada por varios medios extranjeros, se otorga una escueta victoria de éste último, con un 50,6% de los votos frente al 49,4%.

Erdogan parte con la ventaja de haberse acercado a la victoria el pasado 14 de mayo, con el 49,5% de los votos, seguido de Kiliçdaroglu, que consiguió el 44,9%. Además, el actual presidente turco ganó la mayoría en el Parlamento con una coalición de partidos nacionalistas e islamistas y participa en la campaña electoral con una clara superioridad de recursos, para promocionarse en la calle y en los medios de comunicación, en su mayoría en manos de empresas cercanas al Gobierno.

La diferencia de votos entre ambos candidatos fue de dos millones y medio en la primera ronda. Desde el partido opositor incluso denunciaron irregularidades en el proceso. En esta nueva campaña, Erdogan y Kiliçdaroglu se han zambullido en una carrera para atraer los votos del tercer candidato, el ultraderechista Sinan Ogan, que consiguió cerca de tres millones de papeletas a su favor.

Esta pugna ha hecho que ambos acercaran posturas y que intentaran acaparar ese nicho de ultraderecha. Ogan, en este sentido, no contaba con una base de votantes fiel. Y recogió los del descontento, junto al apoyo de ciudadanos nacionalistas que rechazan la presencia kurda en la escena política y la acogida de refugiados, según apuntan los expertos.

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Ogan, exmiembro del partido ultranacionalista MHP -aliado de Erdogan en el Parlamento-, se presentó a las elecciones respaldado por una alianza de partidos nacionalistas y xenófobos, que se disolvió días después de su derrota. Y esta semana pasada decidió, ante la cita electoral, mostrar su apoyo a Erdogan.

La coalición disuelta, llamada Zafer (el partido de la Victoria) era una confederación xenófoba y había pactado su respaldo a Kemal Kiliçdaroglu. Ambos anunciaron un programa conjunto, en el que prometían, entre otras cosas, el retorno de los refugiados sirios que acoge Turquía. Una promesa que miembros del gobierno desestimaron por ser imposibles de cumplir.

Dominio mediático

Uno de los elementos fundamentales en esta carrera electoral ha sido la presencia mediática. Erdogan, por ejemplo, ha aparecido 48 horas en la televisión pública durante la campaña -frente a las 32 de Kiliçdaroglu-. El presidente turco ha conseguido convencer a parte de la población de que la oposición se ha aliado con terroristas o de que él no es responsable de la crisis inflacionaria que azota el país.

Tras esta desigualdad, la coalición opositora ha intentado encontrar otros canales para difundir sus ideas. Kiliçdaroglu ha concedido una entrevista de siete horas con un famoso youtuber, en un formato en el que ciudadanos le hacían preguntas de temas varios. La vieron más de 20 millones de personas y se instalaron pantallas gigantes en varias ciudades del país, aunque aún se desconoce su impacto en las urnas.

La inflación, factor clave

Otro factor clave es la subida de precios. El descontento de la población está unido a este aumento. La inflación en Turquía se sitúa en un 44% y llegó al 85% en octubre, pero en vísperas de la definitiva cita con las urnas el Banco Central anunció que mantiene los tipos de interés al 8,5%.

Erdogan, responsable de la economía del país, no piensa alejarse de su estrategia de mantener los tipos bajos. Su teoría, según han analizado varios expertos, es que los intereses altos generan inflación. Y eso ha hecho que las verduras o las frutas entre en campaña: su precio puede decantar la balanza.