Erdogan y su mujer saludan a la militancia desde la sede de su partido este domingo

Erdogan y su mujer saludan a la militancia desde la sede de su partido este domingo Reuters

Europa

Erdogan se jugará la presidencia en la segunda vuelta: las claves para que siga dirigiendo Turquía

Más de 64 millones de personas acudieron a las urnas este domingo, marcando una participación récord en el país.

15 mayo, 2023 03:04

Tras una tensa noche electoral por lo apretado del resultado, Turquía irá a una segunda vuelta de las presidenciales, ya que ninguno de los candidatos alcanzó más del 50% requerido para la victoria en la primera ronda. El líder más votado fue el actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, que obtuvo el 49%, seguido de cerca por el principal candidato de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, que consiguió el 45% de los votos. Sinan Ogan, el candidato de la ultraderecha, se llevó el 5%, mientras que Muharrem Ince no llegó al 1%.

La segunda vuelta, que se celebrará el 28 de mayo, será un duelo entre los dos candidatos más votados, Erdogan, líder del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) y Kiliçdaroglu, del Partido Republicano del Pueblo (CHP). El actual presidente se juega mantener el poder que, después de 20 años al frente del país, lo ha convertido en un líder cada vez más autoritario. Por su parte, el candidato opositor, apoyado por otros seis partidos, tiene como objetivo retornar al sistema parlamentario y restablecer el equilibrio de poderes que Erdogan alteró creando el actual sistema presidencial de Turquía.

A pesar del terremoto, que acabó con más de 50.000 vidas y ocasionó alrededor de cinco millones de desplazados a principios de febrero, Turquía ha visto una participación récord superior al 88%, más de 64 millones de personas. Además, ni la pandemia, ni la profunda crisis económica del país parecen haber debilitado decisivamente a Erdogan.

Los votantes de Ogan, decisivos

Durante las próximas dos semanas de campaña, Erdogan y Kiliçdaroglu tratarán de atraer hacia sí a los seguidores ultraderechistas de Sinan Ogan, que se han convertido en decisivos para la victoria en la segunda vuelta. Este tercer candidato ha sido muy crítico tanto con Erdogan como con la oposición. Ogan fue expulsado en 2015 del Partido de Acción Nacionalista (MHP), socio clave del AKP. Parece que el propio Erdogan apoyó la expulsión de Ogan, por lo que éste no tiene especial afecto al presidente.

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La postura ideológica de Ogan tampoco le acerca a la oposición, ya que considera que los nacionalistas que se han unido a Kiliçdaroglu, antiguos miembros del MHP liderados por Meral Aksener, se han escorado demasiado a la izquierda. La coalición opositora incluye seis fuerzas políticas que van del centro izquierda, representado tradicionalmente por el CHP; pasando por partidos de corte islamista, hasta la derecha nacionalista. Estos últimos no aceptaban ir junto al prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP). Sin embargo, el HDP anunció semanas antes de las elecciones su apoyo a la candidatura de Kiliçdaroglu. Ese acercamiento a los kurdos no es aceptable para Ogan.

Ante la incertidumbre y la importancia de los votantes de Ogan, que en la segunda vuelta tendrán que decidirse por Erdogan o Kiliçdaroglu, cabe la posibilidad de que el líder ultraderechista intervenga en la campaña de aquí al 28 de mayo y se pronuncie a favor de uno u otro candidato para orientar el voto de sus partidarios.

El "efecto arrastre" de los resultados en el Parlamento

Durante la jornada del domingo, los turcos también depositaron su voto para las elecciones parlamentarias. Los partidos han acudido agrupados en alianzas para conseguir concentrar el mayor número de votos. La Alianza Popular, liderada por el AKP de Erdogan ha obtenido el 49,47%, seguido de la Alianza Nacional del CHP de Kiliçdaroglu que consiguió el 35,09%, y los partidos prokurdos con el 10,32%. Estos resultados confirman las previsiones de que el partido de Erdogan renovará el control de la Cámara.

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Este es un elemento importante de cara a la segunda vuelta, ya que podría condicionar los votos en lo que algunos expertos denominan "efecto arrastre". Siendo el AKP el ganador en las parlamentarias, podría haber una inercia que llevara a votar a Erdogan para que el presidente sea del mismo partido que tiene mayoría en el Parlamento. Hay que tener en cuenta que es la primera vez que Erdogan va a una segunda vuelta para asegurar el poder.

Si Kiliçdaroglu ganara la presidencia, se daría una situación de cohabitación de partidos en la que el líder del CHP se convertiría en el jefe del Ejecutivo, mientras que la Asamblea estaría controlada por el AKP. Esta circunstancia previsiblemente generaría enfrentamientos y bloqueo político. Por eso, existe la posibilidad de que parte de los votantes en la segunda vuelta cambien su voto para evitarlo, consolidando así el poder de Erdogan durante cinco años más.