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Arte

Chiharu Shiota, hilar las piedras

La primera instalación permanente de la artista en Europa está relacionada con la emoción, la fragilidad del ser, nuestra relación con el cosmos y la memoria

15 junio, 2021 00:56

Chiharu Shiota. In the Beginning Was... Planta

Fundación Sorigué. Complejo Industrial Sorigué. C-12, km. 162. Balaguer (Lérida)

Algo tan sencillo como el sonido de las piedras al caer fue el principio de In the beginning was…, la primera instalación permanente de la artista Chiharu Shiota (Osaka, 1972) en Europa. Se trata del último site-specific de PLANTA, el proyecto impulsado por el grupo empresarial Sorigué en 2011 con la creación de espacios de arte únicos para la exhibición y experimentación de obras de gran formato de artistas internacionales (Juan Muñoz, Bill Viola, William Kentridge y Antonio López, entre ellos). Una lista ecléctica al servicio de un concepto que, desde un entorno industrial y natural, y militancia sostenible, promueve la convivencia entre procesos industriales, investigación de nuevos materiales y proyectos artísticos pensados para el lugar.

Concebida como culminación de la propuesta presentada por Chiharu Shiota en la sede de la Fundación Sorigué de Lérida en 2015, esta nueva instalación no sólo se titula del mismo modo sino que también ha sido realizada con los mismos materiales: hilo de lana de color negro e infinidad de pequeñas piedras de distintos tamaños. El primero, es el material que siempre utiliza Shiota para apropiarse del espacio tejiendo su volumen interior como si fuera una araña, y el segundo está vinculado doblemente a la idea de origen: el del grupo empresarial y el de la especie humana desde la explosión del Big Bang. La obra se inspira en una experiencia de la artista al visitar este complejo industrial en Balaguer y contemplar las piedras deslizándose por las montañas de grava.

No hay nada en la obra de Shiota que no estÉ relacionado con la emoción, la fragilidad del ser y nuestra relación con el universo

Como es habitual en los sites que se van construyendo, uno de los aspectos más importantes para garantizar una experiencia inmersiva es el emplazamiento de cada propuesta. En el caso de Shiota se ha optado por un edificio de 140 m2 y 10 de altura construido exprofeso adherido al Centro de Mineralogía, un espacio didáctico para el conocimiento y la reflexión en torno a los procesos geológicos. Se trata sin duda del mejor lugar para entender que el arte es otra vía para la interpretación del universo.

Del sonido a la trama, de la recopilación de materiales a la escucha de sus historias o del dibujo lineal a la creación de ambientes envolventes y conmovedores, no hay nada en Shiota que no esté relacionado con la emoción, la fragilidad del ser, nuestra relación con el cosmos, la memoria y un destino que, como cuenta la leyenda del hilo rojo, a todos nos mantiene unidos por un filamento invisible. Un hilo, en este caso negro como la noche, que por mucho que se estire o encoja, jamás se podrá romper. Esta es la impresión que tenemos al dejarnos atrapar por la trama envolvente que ha ideado Shiota y que tiene el aspecto de una enorme maraña que, al igual que atesora piedras en su interior –un símbolo espiritual sintoísta– puede albergar almas como la del espectador que la transita.

Muchos recordarán a Shiota, una de las artistas japonesas de más proyección internacional, por su participación en las bienales de Moscú, Lyon y Venecia, donde representó a su país con una espectacular instalación de hilo rojo. De su nueva intervención en Lérida, que tiene su origen en una propuesta de hace años, dice la artista que puede ser entendida como un alegato en favor de los efectos de la pandemia en el ámbito de la cultura. Si el mundo se ha paralizado, no ha sucedido lo mismo con la necesidad de seguir creando. Justo lo que la ha impulsado a concebir una instalación que vuelve sobre esa experiencia de la infancia cuando, siendo una niña, recogía piedras del suelo y las guardaba en sus bolsillos.