Image: Christina Rosenvinge

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El Cultural

Christina Rosenvinge

"No hay que confundir seducción con chantaje"

29 marzo, 2019 01:00

Ilustración: Ulises

Está en lo más alto porque sabe, quiere y puede. Christina Rosenvinge (Madrid, 1964) se ha puesto el pin del Premio Nacional, publica estos días Debut (Literatura Random House) y sigue de gira con Un hombre rubio.

¿Qué libro tiene entre manos? Conversaciones entre amigos, de Sally Rooney. Acabo de empezarlo. ¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro? Un estilo plano sumado a una historia poco atractiva. ¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana? Con Eva, la primera mujer, debe estar muy traumatizada. ¿Recuerda el primer libro que leyó? Una de esas historias que suceden en internados femeninos ingleses. Lo releí una y otra vez hasta que me enteré de que había todo un género que trataba de eso. ¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura? Libros impresos tumbada en la cama o en el parque. Últimamente estoy probando con los audiolibros. Cuéntenos la experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida. Ver Flowers, de Lindsay Kemp, cuando era adolescente. ¿Ve su carrera diferente con un Premio Nacional? El Premio Nacional te sitúa como referente cultural. Con ese pin en la solapa será más fácil levantar proyectos. Ya le contaré... ¿Qué detesta de la actual industria musical? Nunca ha sido justa ni perfecta. En cada cambio de formato se pierden algunos derechos adquiridos que hay que reconquistar, pero también se abren nuevas posibilidades. ¿Qué le falta? Lo que faltan son salas que suenen de maravilla. En Madrid hay pocas bien acondicionadas. Debería haber cierta protección para las que hacen un buen trabajo. ¿Quién defiende al autor en estos momentos? Los artistas siempre hemos sido el eslabón más débil de la industria a pesar de ser la base. No lo hacemos por dinero, y eso nos pone en una situación vulnerable. ¿Qué es lo que más le preocupa de la situación política? La falta de consenso en cuestiones tan básicas como la educación o el medio ambiente. ¿Cómo está viviendo el impacto del #MeToo? ¿Hay más conciencia? Ha sido positivo, aunque se ha intentado dilapidar su legitimidad con argumentos tan peregrinos como las acusaciones de puritanismo. No hay que confundir seducción con chantaje. ¿Qué huella le ha dejado el disco Un hombre rubio? Ha sido un año extraordinario, y lo que nos queda. Seguimos de gira. ¿Qué se llevó Bowie que eche en falta? Era una figura espiritual. Pocos artistas lo consiguen. ¿Qué autor o autora le tiene arrebatada? Elizabeth Anderson, una filósofa americana que habla de cómo llegar a una sociedad igualitaria respetando la pluralidad. ¿Qué tipo de música escucha habitualmente? El nuevo disco de Rocío Márquez y Circuit de Yeux. ¿Cómo consume música, en DVD, vinilo (que vuelve), internet? Vinilos y Spotify. ¿Le importa la crítica, le sirve para algo? Claro que me importa, te da la medida de cómo se entiende lo que estás haciendo. ¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo? En general, sí. Aunque entiendo que a veces resulta demasiado críptico. ¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado? Bobby Baker, en La Casa Encendida. Es una artista de performance británica que usa el humor y el universo hogareño para crear piezas desconcertantes muy potentes. Sus dibujos también son geniales. ¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa? De Louise Bourgeois. ¿Qué película reciente le ha impactado? The rider de Chloé Zhao. Denos una idea para mejorar la situación cultural. Dar mucho mejor trato a los profesores. Hacen un trabajo muy importante.