La cocina moderna, de autor y de vanguardia ha tendido en muchas ocasiones a distanciarse de la tradición y las raíces. No es el caso de Cinc Sentits, que precisamente es donde se hace fuerte y busca su espacio, en la cocina catalana tradicional.

La historia de su propietario y chef es de las más curiosas que hemos conocido. Jordi Artal nació en la canadiense ciudad de Toronto, donde vivió hasta principios de los 2000, cuando se mudó a California para trabajar.

Desde los dos años, cuando su abuela viajó a Canadá para llevarle de vuelta a pasar el verano en la Costa Brava, Jordi siguió pasando los meses más calurosos del año en Cataluña. La influencia de la cocina de su abuela, de sus visitas a Cataluña y la sensibilidad de Artal fueron el caldo de cultivo de lo que es hoy en día Cinc Sentits. El restaurante no se entiende sin conocer su pasado.

Eric Vicente, sumiller y jefe de sala de Cinc Sentits, acaba un plato en sala

Tradición catalana

Muy alejado de las cocinas, cuando Jordi Artal se desplaza a California lo hace para instalarse en Silicon Valley como director de márketing de una empresa de la burbuja puntocom, una época donde las tecnológicas no dejaban de crecer y en la que Jordi encontró su espacio.

Pero el hundimiento de estas empresas y la crisis puntocom de 2002 le obligan a cambiar de vida. Con su hermana decide volver a Cataluña y emprenden el proyecto de Cinc Sentits en Barcelona, que abre sus puertas en 2004.

Cinc Sentits de Jordi Artal en Barcelona

«Nunca había pensado en cocinar antes», nos confiesa Jordi mientras charlamos tras comer en su restaurante. «Me encantaba hacer comidas para amigos, que venían pensando en el típico plan, pero se encontraban con un menú degustación de cinco platos y dos postres».

Hoy, dieciocho años después de iniciar su aventura, se encuentra en un nuevo local que «se ha podido construir y diseñar a medida», sin su hermana como parte del proyecto y con dos estrellas Michelín en la mochila.

Cocina de vanguardia

Cinc Sentits ofrece dos menús degustación diferentes, el corto de ocho pasos con un coste de 139 € y el largo de diez pasos con un coste de 159 €. Ambos se pueden acompañar con un maridaje, costando el corto 69 € y el largo 79 €.

El viaje de Cinc Sentits empieza con un picnic entre olivos

Durante el menú, Jordi nos lleva de viaje en el espacio y el tiempo que empieza visitando los olivares de su familia donde pasó aquellos veranos de niño en La Torre de l'Espanyol con un vermú casero y diferentes bocados basados en la aceituna. Muy bien.

Gamba de Palamós

Durante este viaje encontraremos grandes platos como la croqueta de gamba de Palamós, un puerto conocido por la excelente calidad sus gambas debido a la profundidad de sus aguas, que permite conservar la textura y sabor. La croqueta se sirve con la cola de la gamba curada durante 30 minutos en algas. Sobresaliente.

Cebolla de Figueres, sencillez deliciosa

Otro plato que demuestra la habilidad de Jordi en la cocina debido a su sencillez y a saber extraer tanto de tan poco es la cebolla de Figueres, que tiene un sabor dulce y sin ningún tipo de picor debido a las condiciones climáticas del Empordà y las huertas de Figueres. Las cebollas se sirven acompañadas de una riquísima esfera con queso Serradet y un consomé de la misma cebolla. Notable alto.

Ternera Mediaval, una receta de 1324

Un plato muy curioso y de gran mérito es la ternera medieval, receta recuperada del Llibre de Sent Sovi, que fue publicado en 1324 y es uno de los libros de cocina impresos más antiguos que existen. En esta época, los cortes que pueden llegar a ser más sabrosos eran consideras los menos nobles debido a los largos tiempos de cocción que requerían. Este plato toma ventaja de esto con un rabo de toro estofado durante 16 horas, mollejas a la plancha, rebozuelos al ajillo y calabaza nixtamalizada. Notable alto.

Espectacular postre de higo

En los postres es necesario destacar el basado en el higo, que según nos cuentan en mesa se trata de un fruto «cultivado por primera vez hace nueve mil años, más de mil años antes incluso que el trigo y el centeno». Inspirado en la enorme higuera del jardín de la familia de Artal que lleva allí generaciones, este postre de higos asados y fermentados con migas de nuez tostada y jarabe de hibisco es una auténtica maravilla. Sobresaliente.

Con la bodega ocurre algo sorprendente y que creo que ningún otro restaurante con dos estrellas Michelín en España hace. La bodega está íntegramente formada por vinos españoles, no hay ninguna referencia internacional. «Si en cocina apostamos por la cercanía y lo local, no iba a ser menos con los vinos», nos explica Jordi. Lo cierto es que el maridaje funciona de maravilla y en ningún momento echamos de menos ningún vino internacional, la apuesta es arriesgada, pero demuestra funcionar.

Cinc Sentits es un restaurante para descubrir la cocina catalana tradicional y sus productos locales a través de la vanguardia, la técnica, el equilibrio y la elegancia. Un restaurante donde se come muy bien y se entiende un estilo de cocina típico desde un prisma moderno.