Alfonso Gómez-Jordana con su paella.

Alfonso Gómez-Jordana con su paella. Cedida por Alfonso.

Reportajes gastronómicos

El ingeniero que honra la paella de su abuela en el emoji de Whatsapp: "Te ayuda a acordarte de donde vienes"

Detrás de ese pequeño dibujo de arroz con pollo y judías verdes que hoy vemos en nuestros chats, hay memoria, identidad y el homenaje silencioso de un nieto a su abuela.

Más información: ¿Sabes qué platos se esconden tras estos Emoji?

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Mientras España se recuperaba de la ofensa que causó el cocinero Jaime Oliver al echar chorizo a lo que él entendía por paella, Alfonso Gómez-Jordana se incorporaba a su nuevo trabajo en Whatsapp como product manager en un equipo de 100 personas. Era 2017 y el madrileño cumplía los 27 años.

Un paso por la empresa que por sigiloso que pudo parece casi 10 años más tarde se ha hecho viral tras la publicación en su perfil de X un hito para la historia del emoji, aunque para muchos pasara desapercibido. Hasta hace unos días.

“Cuando trabajaba en WhatsApp, cambié los ingredientes del emoji de paella para que coincidiera con la receta de mi abuela. Ella ya no está entre nosotros, pero su paella vivirá (digitalmente) para siempre”, publicó en inglés, sin saber que estaba a punto de convertirse en protagonista de una historia de homenaje cultural camuflada en el lenguaje visual del siglo XXI.

De Alicante a Silicon Valley: una paella con código

Gómez-Jordana estudió Ingeniería Informática y ADE en la Universidad Carlos III de Madrid, pero pronto dio el salto a Silicon Valley, primero en Google y luego en WhatsApp, donde en 2017 ingresó como product manager. Fue allí, entre algoritmos, actualizaciones y decisiones técnicas, donde surgió una oportunidad inesperada: rediseñar emojis.

“Cuando tocó revisar el de la paella en 2019, vi que llevaba guisantes y gambas”, explica por llamada desde Miami, donde reside actualmente. El emoji original —inspirado más en la paella “para turistas” que en la receta tradicional— no reflejaba lo que él conocía desde niño.

La evolución del emoji de la paella.

La evolución del emoji de la paella.

Para él, no existía paella como la que preparaba su abuela Paquita en Alicante. “Ella era de las que no medía nada: ‘una pizca de esto’, ‘al gusto’, ‘cuando lo veas’, me decía. Yo tuve que traducir todo eso a lenguaje de ingeniero: 25 gramos de sal, 4 minutos y 13 segundos…”.

Consultó la Paellapedia de Wikipaella para asegurarse de mantenerse dentro del canon y luego, con la nostalgia como aliada, añadió los ingredientes de la receta familiar: pollo, judía verde, garrofó, pimiento rojo (como suele llevar en Alicante) y un adorno de limón. A espaldas del público, y sin hacer ruido, sustituyó el emoji por uno más fiel a sus raíces.

Lo que Alfonso hizo fue liderar un nuevo capítulo, quizás el más íntimo, de una batalla cultural inherente a la paella. El Consorcio Unicode, encargado de aprobar nuevos emojis, dio luz verde. Pero lo que muchas personas no sabían —al menos hasta la confesión viral de Alfonso— es que WhatsApp tenía su propia interpretación, y que fue él, en silencio y por amor a su abuela, quien lideró su transformación.

La paella como hogar portátil

La relación de Alfonso con la paella va más allá de la pantalla del móvil. Las lecciones de su abuela le valieron para no tenerle miedo a la receta cuando tuviese que enfrentarse a ella y montar un restaurante improvisado de paellas con su compañero de piso en el patio de su casa en San Francisco.

Cocinaban cada día una versión diferente, invitaban a amigos a votar y recopilaban reseñas en Google Maps. Tal fue el éxito, que su “restaurante fantasma” llegó a posicionarse como el mejor local de paella en California. “Abríamos solo de 8 a 9 de la mañana los domingos, pero empezaron a hacer cola y tuvimos que cerrarlo”.

La paella que cocina Alfonso Gómez-Jordana para reconectar con su hogar.

La paella que cocina Alfonso Gómez-Jordana para reconectar con su hogar.

Para Alfonso, que dejó el país para cruzar el charco hace 10 años, la paella es hogar: "Aquí no tengo familia y es la parte que te ayuda a acordarte de donde vienes. La primera vez que hice amigos españoles fue yendo al parque donde lo celebraban el Día de la Hispanidad haciendo paella".

Hoy en Miami sigue cocinando paella —aunque menos, por falta de patio—, pero conserva los utensilios y las proporciones como un ritual sagrado. Y aunque su empresa actual, registrada como Paella Incorporated of United States, no se dedica a cocinar, lleva el nombre como estandarte simbólico. “Nos dedicamos a ayudar a otras empresas a mezclar sus ingredientes tecnológicos, igual que en una buena paella”.

La abuela Paquita no llegó a comprender del todo qué era un emoji, ni por qué su nieto pasaba tantas horas frente al ordenador. Pero gracias a Alfonso, su receta viaja hoy de móvil en móvil, en conversaciones cotidianas, en miles de idiomas y en todos los rincones del planeta.

"Hay casi 3.000 millones de personas usando WhatsApp y, parece una tontería, pero a lo mejor hay gente en la India que quiera cocinar paella y ahora compren judías verdes cuando antes compraban guisantes", advierte.

“Un emoji es un lenguaje universal. Si mandas una cara llorando, da igual que estés en Nepal o en Argentina, todos entienden que estás triste”, explica Alfonso. “Por eso era importante que la paella también comunicara lo correcto. Que no fuera cualquier arroz con cosas, sino la de verdad”.

Detrás de ese pequeño cuenco de arroz con pollo y judías verdes que hoy vemos en nuestros chats, hay algo más que código y diseño: hay memoria, identidad y el homenaje silencioso de un nieto que quiso que su abuela viviera, aunque fuera en 72 píxeles.