Me gustan mucho los postres con fruta, pero la realidad es que normalmente en España las solemos dejar abandonadas para ser cortadas y peladas al final de una comida, sin más, como se ha hecho toda la vida en mi casa. Creo, firmemente, que no las sacamos todo el partido que podríamos y que en general quedan bastante deslucidas cuando son las protagonistas.

Comer fruta te mantiene joven más tiempo, está demostrado científicamente, y pelar una piña se puede hacer en pocos minutos sin apenas dificultad. Así que parece que hoy todos los astros se han alineado para que preparemos este postre, ¿verdad? La piña queda fenomenal en chutneys o mermeladas, salteada y flambeada, asada y caramelizada e incluso frita como hacen en algunos postres orientales que la envuelven en una masa de buñuelo.

Queda estupenda en granizados con menta, pero también asada en ensaladas con pepino. La piña se ha hecho famosa de postre, asada, en algunos restaurantes como Amazónico y hoy decidimos acompañarla de una ligera pero consistente mousse. 

Hablo de una mousse de pistacho, liviana y sedosa, con sabor a pistacho gracias a la utilización de la crema de pistacho pero también por los tropezones de frutos secos picados. Pueden ser más gruesos o más finos, al gusto de cada uno, pero lo que gusta en la mousse es encontrárselo. Que haya textura.

Los pistachos tienen muchas propiedades beneficiosas, un color muy llamativo y un sabor muy característico para hacer, por ejemplo, deliciosos batidos de pistacho o los famosos baklavas pero también sirven muy bien en recetas saladas, acompañando carnes como un solomillo de cerdo con salsa de pistacho. La mousse de hoy es un mousse básico, una receta muy fácil para hacer en casa sin necesidad de gelatinas ni de calor. Para que nadie diga que no puede. La combinación con la piña, además, es fantástica.

Cómo hacer piña asada con mousse de pistacho

Ingredientes

  • Rodajas de piña, 4 ud
  • Azúcar moreno, 4 cucharadas
  • Ralladura de lima, 1/2 cucharadita
  • Pimienta negra, una pizca

Para la mousse de pistacho

  • Nata para montar, muy fría, 150 ml
  • Crema de pistacho, 70 g
  • Pistachos crudos pelados, 1 cucharada
  • Azúcar glas, 3 cucharadas

Paso 1

Es importante asegurarnos de que la nata está muy fría, y no montarla en un ambiente muy caliente. Es recomendable montarla en un bol de aluminio que podremos enfriar previamente en la nevera o que lo podremos poner encima de un baño maría invertido de agua con hielo. Si no está todo muy frío la nata merma, no sufla igual, pierde alrededor de un 30 % de su volumen. Siempre recomiendo batir con unas varillas eléctricas, para que sea más fácil, pero con mucho cuidado porque si batimos de más se separará el suero de la mantequilla. La nata se corta y no tiene solución. 

Una vez que la nata empieza a coger cuerpo añadimos el azúcar glas y batimos lo suficiente para que esté firme y consistente. Dejamos enfriar en la nevera. 

Paso 2

Picamos los pistachos al gusto, con la ayuda de una picadora o de un cuchillo. Si queremos más finito os recomiendo siempre la picadora. Y los mezclamos con la crema de pistacho. Para que se mezcle bien con la nata lo recomendable es juntar parte de la nata con la crema de pistacho, hasta que la mezcla sea más manejable. Luego ya con el resto de la nata para que se incorpore bien. Se mezclará con movimientos envolventes, con la ayuda de una espátula de arriba hacia abajo, hasta que esté todo uniforme e integrado. Dejar en la nevera refrigerando para que coja todo el cuerpo posible. 

Paso 3

Pelar la piña muy bien, quitar el corazón y lonchear. Sacar las rodajas de la piña de aproximadamente dos centímetros.

Paso 4

Poner en la sartén el azúcar y dejar que empiece a fundirse, a hacerse caramelo, añadir unas gotas de aceite de oliva también y poner la piña en la sartén. Añadir también la pimienta negra. Dorar la piña por ambos lados y, si queremos, añadir un poco de ron y dejar que evapore bien. 

Paso 5

Servir la piña con la mousse de pistacho y terminar por encima con algunos pistachos más.