Lo reconozco sin miedo a decirlo, la repostería no es lo mío. Pero poco a poco voy evolucionando, y creo que aquí es donde está el auténtico espíritu cocinillas. No hay que tenerle miedo a nada en la cocina, y con un poco de paciencia y tiempo podemos llegar a hacer cosas que ni imaginábamos.

¿No os lo creéis? Mirad cómo hacía yo cruasanes en 2011, tenía que recurrir al cruasán en bote, y fijaos que auténtica maravilla que hice la semana pasada. Bonitos, ricos y mucho más fácil de lo que pensaba que podría ser.

Preparación

Si tienes un robot de cocina la dificultad es mínima. Simplemente mezcla la harina, sal, azúcar y levadura 15 segundos a velocidad 1, añade la leche y mezcla durante dos minutos a velocidad 2. Se hará una bola que hay que dejar reposar una hora más o menos hasta que doble su volumen.

Si no tienes robot es lo mismo pero a mano, que como con toda masa hay que poner un buen empeño, aunque no tanto como haciendo pan. Juntamos bien harina, sal, azúcar y levadura y luego añadimos la leche, todo en un bol. Damos vueltas hasta que tengamos una masa consistente que amasaremos durante unos 5 minutos hasta que quede bien compacto. Igual que si tenemos robot de cocina dejamos reposar 1 hora o hasta que doble el volumen.

Ahora tenemos que agregar la mantequilla. Existe un método clásico en el que tenemos que estirar la masa, agregar encima la mantequilla y doblar en paquetes una y otra vez sobre él mismo mientras acabamos de hacer la masa. Yo añado directamente los 250 gramos de mantequilla al robot y lo tengo amasando hasta que queda todo completamente compacto, unos 10 minutos a velocidad 2. Igualmente lo podemos hacer con las manos, aunque es un trabajo algo complicado, y lo suyo será recurrir al método clásico. Es simplemente estirar la masa, estender la mantequilla a temperatura ambiente y doblar sobre si mismo la masa hasta que quede bien repartida la mantequilla.

Yo he hecho ambos métodos y la diferencia es casi inapreciable, así que usa lo que más sencillo te parezca.

Un apunte muy importante. En los ingredientes pone que uses 200-250 gramos de mantequilla. Con 250 yo tuve que añadir un poco de harina de fuerza extra porque la masa quedaba demasiado suelta. Lo suyo es empezar con 200 gramos, y si la masa coge forma quedarnos así. Si eres más amante de la mantequilla usa 250 gramos y añade poco a poco harina mientras se amasa hasta que sea consistente.

Una vez tenemos la masa dejamos reposar unos 5 minutos y sobre una superficie plana extendemos un poco de harina, ponemos la masa y con un rodillo extendemos.

Para conseguir las formas típicas de cruasán tenemos que extender en rectángulo, cortar en cuatro rectángulos transversales y estos en dos triángulos trazando una diagonal. En las fotografías puedes ver esto bien, que parece muy lioso explicado. Estos triángulos los enrollas sobre si mismos y queda el cruasán, que puedes doblar por sus puntas o no, según el tipo de forma que quieras.

receta-cruasanes-07

Precalentamos el horno a 210ºC, pintamos con huevo batido los cruasanes y los metemos sobre una bandeja con papel para horno. En unos 10 minutos estarán listos, pero contrólalos porque hay un punto en el que unos segundos más puede quemarlos, así que cuidado.

Resultado

Un olor para tu casa que va a enamorar a cualquiera y un acompañamiento para el café, merienda, desayuno o cualquier momento para chuparse los dedos. De verdad, es una maravilla de receta, y queda riquísimo.

Tiempo: 10 minutos + 1 hora de reposo

Dificultad: 3/5

Digestión: 4/5

Precio: 3€

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