Aperitivos y entrantes

Ensaladilla de garbanzos, receta rápida para disfrutar de las legumbres

Hacer una ensaladilla clásica no es difícil, pero es que esta ni siquiera tienes que esperar a que se enfríe.

7 septiembre, 2022 19:35

0 votos

  • Total: 30 min
  • Comensales: 3-4

La ensaladilla es una de las reinas indiscutibles del tapeo patrio y uno de los entrantes más populares en las comidas familiares de los domingos, pero su versión clásica, hecha con patatas, requiere siempre de planificación, pues estas, aparte de cocerse y pelarse, deben tener tiempo para enfriarse. 

A no ser que le busquemos un sustituto a las patatas que funcione bien en una receta como esta y, los garbanzos cocidos -unos cuantos botes en la despensa son siempre un salvavidas- son la solución que todos necesitábamos. Por un lado tendremos una ensaladilla lista para comer en tiempo récord y, por otro, una ración de legumbres sin necesidad de recurrir a platos de cuchara, que ya sabemos que a muchos no les acaban de gustar.

Por supuesto, la receta es adaptable a los gustos de cada uno y, al igual que haríamos con una de patatas, podemos quitar y poner más o menos ingredientes a nuestro antojo, en esta ocasión, por ejemplo, hemos pasado de guisantes y judías verdes, pero en su lugar hemos puesto unos tirabeques ligeramente salteados con la zanahoria cortada en dados muy pequeños que han aportado un toque crujiente muy bueno.

Y, para aprovecharlo todo, en vez de una mayonesa tradicional de huevo, hemos hecho una mayonesa vegana -aunque en esta receta no lo será- con el agua del bote de garbanzos, el aceite del atún y unas anchoas.

Receta de ensaladilla de garbanzos

Ingredientes

  • Garbanzos en conserva, 1 bote grande
  • Chalota, 1 ud
  • Picadillo de aceitunas aliñadas, 3 cucharadas soperas
  • Huevos cocidos, 4 ud
  • Tirabeques, 75 g
  • Zanahoria, 1 ud
  • Atún en aceite de oliva, 1 lata de las ovaladas o 2 pequeñas
  • Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharadita
  • Sal

Para la mayonesa de anchoas

  • Agua de los garbanzos, 70 ml
  • Aceite del atún
  • Anchoas, 3 ud
  • Aceite de oliva virgen extra, cantidad necesaria
  • Zumo de limón o vinagre, 1 cucharada
  • Sal

Para servir

  • Ventresca de bonito, 1 lata
  • Tiras de pimientos del piquillo asados
  • Cebolla encurtida
  • Anchoas, 5 o 6 ud

Paso 1

Pelamos la zanahoria y la cortamos en cuadraditos pequeños. Lavamos los tirabeques, les retiramos los hilos laterales y los cortamos en tiritas. Ponemos a calentar una cucharada de aceite en una sartén y los salteamos durante dos o tres minutos con una pizca de sal. Retiramos del fuego y reservamos lejos de fuentes de calor para que se enfríen mientras hacemos el resto de pasos. También cocemos los huevos y los dejamos en agua helada.

Paso 2

Escurrimos los garbanzos reservando el agua de cocción que viene en el bote y los enjuagamos bien bajo un chorro de agua fría hasta que el agua deje de hacer espuma. Los escurrimos bien de agua, los ponemos en un cuenco grande o en una ensaladera y los aplastamos con ayuda de un tenedor. Si soltasen muchas pieles, las vamos retirando.

Paso 3

Añadimos la chalota picada muy fina y el picadillo de aceitunas aliñadas que puede sustituirse por las aceitunas que más nos gusten.

Paso 4

Pelamos los huevos cocidos, los cortamos en trozos y los ponemos en el cuenco.

Paso 5

Añadimos las zanahorias y los tirabeques salteados.

Paso 6

Reservamos el aceite del atún y escurrimos bien este antes de añadirlo a nuestra ensaladilla de garbanzos.

Paso 7

En el vaso de la batidora ponemos el aceite del atún y completamos con aceite de oliva virgen extra hasta tener 140 ml -el doble de volumen que de agua de los garbanzos-, añadimos 70 ml del agua de los garbanzos, una cucharada de vinagre o de zumo de limón y 3 anchoas. Emulsionamos con ayuda de una batidora de brazo del mismo modo que haríamos una mayonesa tradicional con huevo. Si es necesario, rectificar de sal.

Paso 8

Servimos nuestra ensaladilla de garbanzos con unas tiras de pimiento del piquillo asado, una anchoa troceada, cebolla encurtida y alguna lasca de ventresca de bonito. Podemos acompañarla de un surtido de panes crujientes.