Reconozco que siempre he tenido una mala relación con el falafel y creo de verdad que la culpa de todo ha sido que los he comido malos. Porque, de repente, un día fui a Mune y los de ellos me encantaron, porque de pronto descubrí que el falafel no es siempre harinoso y seco sino que puede ser crujiente por fuera y jugoso por dentro y ser tremendamente aromático.

Al principio pensaba que todos esos secos y rancios que había ido comiendo aquí y allá eran así, y que era yo la rara a la que no le gustaba el falafel. Pero... ¡qué cambio cuando empecé a preparar esta receta vegana en casa! Vale que en España no estemos muy acostumbrados pero este es un claro ejemplo de aperitivo vegetal y saludable, un falafel al horno que aunque lo tradicional es hacerlo frito así se puede también perfectamente. 

Pero ese no es el único cambio que podemos hacer a nuestro falafel, en realidad podemos modificar casi todos sus ingredientes siguiendo las mismas pautas de conseguir una masa de legumbres especiada, con una fuerte predominancia del ajo. Ejemplo de ello es el falafel de habas tiernas o este falafel de boniato que presentamos aquí, un falafel que juega con toda esa jugosidad y el dulzor que le aporta este tubérculo anaranjado. Si hay muchas recetas veganas que te plantearán romper barreras hacia ese mundo, esta es una de ellas. 

Cómo hacer falafel de boniato

Ingredientes

Para el falafel

  • Boniato grande, 1 ud
  • Garbanzos cocidos, 100 g
  • Judías blancas cocidas, 100 g
  • Dientes de ajo, 2 ud
  • Chalota, 1 ud
  • Cilantro, 4 ramitas
  • Perejil, 2 ramitas
  • Comino, 1/4 cucharadita
  • Pimienta negra molida, abundante
  • Zumo de limón, 1 cucharada
  • Sal, c/s
  • Sésamo, 2 cucharadas

Para la salsa tarator

  • Pasta tahini, 2 cucharadas
  • Agua, 2 cucharadas
  • Zumo de limón, 1 cucharada
  • Sal, al gusto
  • Zanahoria pequeña, 1 ud

Paso 1

Lo primero será cocinar el boniato. Para ello tenemos dos alternativas: La 1) contempla envolver el boniato en papel de alumino, con un chorrito de aceite, y hornearlo a 180 ºC durante 45 minutos, hasta que al pincharlo esté muy tierno, y la 2) dice que lo metamos en el microondas dentro de un recipiente para cocción al vapor o de un bol con un poco de agua en el fondo y filmado completamente y lo cocinemos a máxima potencia durante 15 minutos aproximadamente. 

Paso 2

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Cuando el boniato ya esté frío pelarlo completamente y machacarlo con la ayuda de un tenedor o de un pasapurés.

Paso 3

Poner el ajo y las hierbas en un robot de cocina y triturar todo muy bien. Añadir entonces el resto de los ingredientes, teniendo en cuenta que si los garbanzos y las alubias son de bote tendremos que lavarlos bien antes de usarlos. 

Paso 4

Cuando esté todo bien triturado añadir el boniato y mezclar bien. Será el momento de ponerlo a punto de limón, de sal y de pimienta negra, a mí personalmente me gusta potente. 

Paso 5

Precalentar el horno a 200 ºC y disponer las bolitas de falafel encima de una bandeja de horno, usando papel de horno también. No hace falta que estén muy separadas porque en el horno no crecen. 

Espolvorear los falafel con un poco de sésamo por encima y hornear durante 10-12 minutos. Tras este tiempo dejar reposar unos minutos sobre una rejilla para que sean manejables. Por supuesto, la otra opción que tenemos es freír los falafeles en abundante aceite de oliva bien caliente. Después lo sacaremos a un papel absorbente.

Paso 6

Mientras que el falafel se hornea preparar la salsa, para ello lo primero será rallar la zanahoria en el bol donde vayamos a hacer la receta. Después, diluir la pasta de sésamo con el zumo de limón y el agua. Parecerá al principio que se corta pero nada de eso, si lo mezclamos bien volverá a adquirir una textura homogénea muy agradable. Podremos añadir más agua o limón al gusto de cada uno, hasta que se obtenga la consistencia deseada. 

Paso 7

Servir los falafeles de boniato acompañados de la salsa para ir mojando poco a poco.