Aperitivos y entrantes

Saladitos de sobrasada y pulpo, con hojaldre casero exprés

Solo hay una cosa mejor que el hojaldre casero y es el hojaldre casero exprés, mucho más fácil de amasar y con un resultado de lujo.

27 diciembre, 2017 20:01

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En esta ocasión vamos a preparar unos ricos saladitos desde cero, elaborando nosotros mismos la masa de hojaldre de una manera super sencilla y sin que suponga el engorro que muchos podáis imaginar.

Ingredientes

Para el hojaldre casero exprés:

  • Harina, 250 g
  • Mantequilla fría, 125 g
  • Sal, 10 g
  • Agua fría

Para los saladitos

  • Sobrasada, 100 g
  • Pulpo cocido, 125 g
  • Huevo batido
  • Sésamo

Como los vamos a usar de entrante en una de estas comidas tan especiales, los vamos a rellenar de pulpo con sobrasada, ingrediente que le acompaña a la perfección y cuya grasa empapará de sabor e intensidad nuestro hojaldre.

Cómo hacer un hojaldre casero exprés y, con él, unos saladitos de sobrasada y pulpo

01: Hacemos un volcán con la harina y picamos la mantequilla

En una encimera o mármol bien limpio, y en donde contemos con espacio suficiente, tamizamos los 250 g de harina y añadimos la sal. Mezclamos y formamos un pequeño volcán, apartando una pequeña parte de la harina para incorporarla poco a poco más tarde.

Posamos el bloque de mantequilla bien fría sobre él. Cortamos la mantequilla en láminas lo más finas posibles con la ayuda de una rasqueta, cuchilla o peine de pastelería/panadería. Si no disponemos de uno, cortaremos la mantequilla con un cuchillo, despegando las sucesivas láminas. En todo caso, es muy importante que las tiras sean lo más finas posibles.

Una vez laminada, seguimos picando la mantequilla con la rasqueta para que se vaya incorporando a la harina. Cuando los trozos de mantequilla sean ya muy pequeños y formen pequeños tropiezos dentro de la harina, juntamos todo raspando la encimera con la rasqueta y formando un montoncito alargado.

02: Vamos añadiendo el agua poco a poco y estiramos

Llegado a ese punto, vamos a ir añadiendo poco a poco el agua fría. La cantidad es imposible de especificar, ya que depende de la harina que hayáis usado.

Lo que sí que es importante es incorporarla muy poco a poco para no pasarnos y que nos quede una masa muy húmeda. En ese caso tendríamos que añadir más harina… y más agua… y al final es un lío y el resultado final es una incógnita. Así que será mejor ser paciente e ir con cuidado, añadiendo el agua muy poco a poco,  y así no tener que hacer apaños luego.

Añadimos un chorrito de agua y mezclamos bien con la rasqueta para que la humedad se reparta igualmente por toda la mezcla. Juntamos y volvemos a hidratar con unas gotas de agua. Y así sucesivamente hasta que la masa, sin estar completamente húmeda, esté mínimamente hidratada y no haya casi harina seca sin integrar con el agua y la mantequilla.

Una vez alcanzado ese punto, juntamos formando un montoncito alargado con todos los parches de masa, y aplastamos con el rodillo. La compresión terminará de unir y amalgamar los ingredientes, formando una capa gruesa en la que aún vemos la necesidad de integrar  mucho mejor la mantequilla.

03: Terminamos el hojaldre haciendo sucesivos pliegues

Estiramos un poco más la mezcla ayudándonos de un poco de la harina seca que habíamos apartado previamente, para que la masa no se adhiera ni al rodillo ni a la encimera. Estiramos hasta tener un rectángulo alargado de poco espesor y lo colocamos en sentido vertical.

Ahora haremos los pliegues. Para ello dividiremos imaginariamente el rectángulo de masa en tres partes. Cogemos la masa por la parte superior y doblamos ese tercio sobre el central. A continuación doblamos el tercio inferior sobre el pliegue anterior. Es decir, si dividimos la masa en tres rectángulos, de arriba a abajo, y los llamamos A B y C respectivamente, doblamos primero A sobre B y luego C sobre A + B. Estos pliegues y su estirado posterior terminarán de integrar la materia grasa y formar las hojas de nuestro hojaldre durante su horneado.

Con la masa plegada, la giraremos 90º de manera que las aberturas de los pliegues queden en la parte superior e inferior. Con la ayuda de otro poco de la harina restante estiramos la masa del centro hacia arriba y del centro hacia abajo, hasta que los pliegues se junten y la masa quede de nuevo estirada y uniforme. Realizamos de nuevo los pliegues, giramos 90º y volvemos a estirar.

Repetiremos el proceso hasta que lo hayamos realizado cinco veces, para lo cual ya habremos tenido que integrar toda la harina que habíamos reservado al principio. Una vez realizados todos los pliegues, vamos a dejarla reposar en el frigorífico sin estirar. La tapamos con un film o un trapo limpio y la guardamos en el frigorífico al menos un par de horas.

04: Estiramos el hojaldre, lo cuadramos y lo cortamos en tiras

Sacamos la masa ya reposada, fría y reposada del frigorífico y procedemos a estirarla. La estiraremos con el rodillo desde el centro hacia afuera, ayudándonos de dos papeles de horno, bajo y sobre la masa. Seguimos estirando el hojaldre hasta obtener un rectángulo lo más grande posible y de un espesor aproximado de 4-5 mm.

Recortamos el sobrante con un cuchillo formando un rectángulo regular. Cortamos la parte estrecha en tres tiras alargadas de la misma anchura.

05: Rellenamos con la sobrasada y el pulpo y enrollamos

Esparcimos la sobrasada a lo largo de toda la tira de hojaldre. Añadimos sobre la sobrasada el pulpo cocido picado, hasta repartirlo por toda la sobrasada.

Cogemos uno de los dos costados de la masa y enrollamos sobre la sobrasada y el pulpo. Pintamos con el huevo batido el rulo resultante y el resto de la masa, y terminamos de enrollar.

Haremos lo mismo con las tres tiras para obtener tres tubos alargados, rellenos de nuestra mezcla de sobrasada y pulpo.

06: Horneamos nuestros saladitos, cortamos y servimos

Posamos los cilindros sobre un papel sulfurizado colocado en la bandeja del horno. Marcamos los cortes de los saladitos en rollitos de 3-4 cm, sin llegar al final (hasta la mitas aproximadamente). Pintamos los hojaldres con el huevo batido y espolvoreamos con un poco de sésamo.

Horneamos durante 15-20 minutos en un horno previamente precalentado a 200º C.

Una vez cocinado y dorado el hojaldre, sacamos del horno y dejamos enfriar al menos 20 minutos. Terminamos de cortar los saladitos con un cuchillo de sierra.

Ya podemos disfrutar de este original aperitivo, totalmente casero.

Resultado final

Estos saladitos son un aperitivo fácil y muy resultón. Los ingredientes del relleno pueden variar tanto como os alcance la imaginación, pero la sobrasada con el pulpo está sabrosísima y combina de maravilla. Además es ideal para aprovechar las puntas y las partes menos nobles del pulpo, un ingrediente que seguro que en estas fiestas ocupa las mesas de más de un hogar.

Por supuesto, podéis hacer estos saladitos con un hojaldre industrial si no os queréis complicar mucho la vida. Pero, de todas formas, con esta receta tendréis la posibilidad de hacerlo en casa, de una manera muy sencilla y rápida.

El hojaldre se suele preparar con un método más laborioso: formando primero una masa con la harina y el agua (amasijo) y otra con la materia grasa (empaste) e integrándola, alternando pliegues y reposos en el frigorífico. Sin embargo, este hojaldre exprés es mucho más sencillo y el resultado es genial para este tipo de elaboraciones.

Y, sobre todo, está hecho con una buena mantequilla y con ingredientes seleccionados por nosotros. Porque los hojaldres industriales, especialmente los más económicos, están compuestos de grasas vegetales de la peor calidad.