Una cazuela de garbanzos recién hecha.

Una cazuela de garbanzos recién hecha. iStock

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Garbanzos a lo pobre: la receta fácil, barata y deliciosa que hago cuando no quiero complicarme

Es mi receta de cabecera cuando quiero comer bien sin complicarme: barata, fácil y llena de sabor. Siempre queda bien y, además, se puede congelar.

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Cuando hablamos de recetas de cocina tradicionales, es imposible ignorar aquellas elaboraciones que han acompañado a generaciones. Son platos que se adaptan a todos los gustos y necesidades, y que siguen teniendo un lugar destacado en nuestros menús diarios por su sencillez y valor nutritivo.

Una de esas recetas es la de los garbanzos a lo pobre, un plato tan económico como fácil de preparar, ideal para cualquier día de la semana. Además, es perfecto para toda la familia, ya que se elabora con ingredientes básicos que solemos tener en casa y no requiere grandes complicaciones.

Otra ventaja de este plato es que puede prepararse en cantidad y congelarse sin que pierda sabor ni textura. De este modo, siempre tendrás a mano una comida casera, sabrosa y saludable, lista para calentar y disfrutar en cualquier momento.

Desde el punto de vista nutricional, los garbanzos destacan por ser una excelente fuente de hidratos de carbono de absorción lenta, lo que ayuda a mantener la energía durante más tiempo sin provocar picos de glucosa en sangre.

También son ricos en fibra, lo que favorece el tránsito intestinal, y aportan vitaminas y minerales esenciales como el potasio. Todo ello convierte a los garbanzos a lo pobre en una receta humilde, sí, pero también equilibrada, completa y muy recomendable.

A continuación, te mostramos cómo preparar garbanzos a lo pobre paso a paso, con ingredientes sencillos y un resultado lleno de sabor. Una receta ideal tanto para quienes se inician en la cocina como para quienes buscan un plato reconfortante, nutritivo y fácil de adaptar.

Ingredientes de los garbanzos a lo pobre

  • 300 gramos de garbanzos, remojados de víspera
  • 4 patatas
  • Dos dientes de ajo
  • Un puerro
  • Una zanahoria
  • Una cebolla
  • Un pimiento verde
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Perejil
  • Sal
  • Una cucharada de orégano

Paso 1

Para empezar, hay que poner el agua a calentar en la olla rápida, para que, una vez que comience a hervir, se introduzcan los garbanzos. A continuación, hay que pelar la zanahoria y limpiar el puerro, cortándolo en cuatro trozos, introduciéndolo en la red de cocina y luego en la olla.

Paso 2

Lo siguiente que se debe hacer es sazonar, cerrar la olla y cocer durante 25 minutos a partir del modelo en el que suba la válvula, para seguidamente, escurrir los garbanzos y reservarlos en una fuente.

Paso 3

Ahora habrá que calentar una sartén con abundante aceite, pelar los dientes de ojos, laminarlos e introducirlos en la misma. El siguiente paso consiste en pelar la cebolla y cortarla en juliana y añadirla a la sartén, además de retirar el tallo y las semillas del pimiento y agregarlo tras cortarlo en dados grandes.

Paso 4

Continuando con la receta, se deben pelar las patatas y cortarlas en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor, para introducirlas en la sartén, sazonar y freír a fuego medio durante 25 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, retira las patatas bien escurridas y a una fuente y sazona.

Paso 5

Para concluir, calienta una sartén con una cucharada de aceite e introduce en ella los garbanzos, espolvoreando con un poco de perejil picado y orégano y saltea durante 3-4 minutos.

Consejos de preparación

A la hora de preparar garbanzos a lo pobre, hay algunos consejos básicos que conviene seguir. El primero y más importante es dejar los garbanzos en remojo entre 12 y 24 horas antes de cocinarlos. Este paso facilita la cocción y mejora su digestión.

Es fundamental no utilizar el agua del remojo para cocinar, ya que puede contener impurezas. Lo recomendable es escurrirlos bien y cocerlos con agua limpia, preferiblemente templada, para evitar contrastes bruscos de temperatura.

El uso de una red de cocina o saquito de tela puede resultar muy práctico. Permite añadir las verduras y retirarlas fácilmente una vez estén cocidas, sin tener que pescarlas una a una, lo que ahorra tiempo y esfuerzo.

El cocinero vasco que sugiere estos trucos también recomienda optar por garbanzos de proximidad, ya que los productos locales no solo tienen mejor sabor y textura, sino que además apoyan la economía de los agricultores cercanos.

Como plato principal, los garbanzos a lo pobre son una opción completa. Pero si se desea acompañarlos, se pueden combinar con carnes o pescados a la plancha. Algunas ideas: salmón en papillote o merluza al vapor con salsa de yogur y limón.

Una legumbre muy apreciada 

El garbanzo es una legumbre muy valorada en cocinas de todo el mundo. Su versatilidad permite consumirlo de múltiples formas, aunque la más habitual sigue siendo en grano. Platos como el hummus, el falafel árabe o los callos a la madrileña lo tienen como protagonista.

Se trata de un alimento altamente nutritivo. Aporta proteínas de origen vegetal, fibra soluble e insoluble, y minerales como potasio, fósforo, calcio, hierro o magnesio. También contiene vitaminas B6 y E, folatos y niacina, esenciales para el organismo.

Gracias a su alto contenido en fibra, los garbanzos ayudan a regular el tránsito intestinal, reducir la inflamación abdominal y prevenir el estreñimiento. También aportan algunos aminoácidos esenciales, claves para una dieta equilibrada.

El consumo de garbanzos favorece además la pérdida de peso, al generar saciedad y evitar el picoteo entre horas. Esto los convierte en un buen aliado para controlar el índice glucémico y mantener los niveles de energía estables durante el día.

Por último, su contenido en minerales como hierro, zinc y magnesio ayuda a mantener huesos y músculos sanos. Gracias a sus ácidos grasos Omega-3, también contribuyen a cuidar la salud cardiovascular, reforzando el corazón de forma natural.